Guía de Calatayud
Descubrimos Calatayud, un pueblo aragonés con un gran patrimonio monumental, un hermoso entorno natural, una rica gastronomía y otros muchos atractivos turísticos que hacen su visita obligatoria.
Nos trasladamos a la provincia de Zaragoza, en la Comunidad Autónoma de Aragón, y en la Comarca de Calatayud nos encontramos con el gran municipio que le da nombre: la antigua villa de Calatayud. Situada a 86 kilómetros de la ciudad de Zaragoza, a sus habitantes se les conoce con el gentilicio de bilbilitanos, y su término municipal abarca otras poblaciones, como Embid de la Ribera, Huérmeda, Torres o la Urbanización Campo de Golf.
Hay una famosa copla popular cuya letra dice: “Si vas a Calatayud, pregunta por la Dolores”. Te recomendamos que no lo hagas, porque los bilbilitanos están ya más que hartos de esta broma, y no suelen responder muy bien a ella. Pero, al margen de ello, los habitantes de la ciudad tienen muy buen carácter, y reciben acogedoramente a sus visitantes.
Además de ser muy bien recibidos, quedaremos encantados con el impresionante patrimonio mudéjar de esta población aragonesa; degustaremos su deliciosa oferta gastronómica, incluyendo sus populares adoquines, unos enormes caramelos cuadrados, y podremos recorrer su bello entorno natural, que incluye lugares tan impresionantes como el Parque Natural del Monasterio de Piedra o la Laguna de Gallocanta. Te contamos todo esto, y más, en nuestra Guía de Calatayud.
El clima de Calatayud
A la hora de hacer la maleta, ten muy en cuenta las particularidades climáticas de Calatayud. Por su situación geográfica, en el Valle del Jalón, junto a la ladera del Sistema Ibérico y muy cerca de la depresión del Valle del Ebro, aunque posee un clima de tipo mediterráneo, está también muy influenciado por el clima continental.
Esto se traduce en unos inviernos bastante fríos, y en unos meses estivales muy calurosos. La temperatura máxima media anual es de 13 grados centígrados, mientras que la media mínima al año es de alrededor de siete grados.
Esta zona de Aragón puede sufrir heladas a lo largo de cinco a siete meses del año, y las precipitaciones son ligeramente superiores a medida que ascendemos en la Comarca de Calatayud, siendo la pluviometría media de entre 300 y 550 mm.
Qué ver en Calatayud
- Sinagoga Menor: también llamada de Hiladores, se hallaba en el muro sur de la Judería de Calatayud, pero quedó prácticamente destruida durante la Guerra de los Dos Pedros, entre 1357 y 1369. Por este motivo, y a petición del poderoso Gremio de los Tejedores, fue reconstruida en el siglo XIV.
- Colegiata de Santa María la Mayor: considerada Monumento Nacional, se remonta al año 1120, cuando el rey Alfonso I el Batallador reconquistó Calatayud, y la mezquita mayor de la ciudad fue reconvertida en una iglesia bajo la advocación de la Virgen María. De su origen mudéjar conserva el claustro, la torre y el ábside, elementos que hicieron que en 2001 fuese declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
- Iglesia de San Andrés: parece ser que es uno de los templos que se fundó en el siglo XII tras la reconquista por parte de Alfonso I el Batallador, aunque no conserva su original estilo románico, a excepción de algunos elementos, como el crismón que hay sobre la actual portada y una pila bautismal. Está considerada Monumento Nacional.
- Santuario de Nuestra señora de la Peña: se encuentra en el mismo lugar donde se hallaba el Castillo de la Peña, que actualmente sólo conserva la planta y algunas cámaras excavadas en la roca. Sobre sus restos se edificó esta iglesia, cuyo origen se remonta al siglo XII. Su aspecto actual ofrece elementos mudéjares, pero también barrocos, resultado de las sucesivas restauraciones que ha experimentado a lo largo de la historia.
- Palacio de Erlueta: se encuentra entre la Plaza de Erlueta y la Calle San Miguel, y es del siglo XVI, aunque cuenta con algunos añadidos del siglo XVIII que le confieren un aire clasicista. La verdad es que este palacio renacentista ha experimentado numerosas transformaciones para poder llegar en tan buen estado hasta nuestros días.
- Iglesia de San Pedro de los Francos: aunque su origen data del siglo XI, su aspecto actual es del siglo XIV, pero conserva la estructura mudéjar de tres naves con altos pilares, con bóvedas de crucería y triple ábside.
- Colegiata del Santo Sepulcro: inaugurada en 1156, sobre ella se crearía una nueva iglesia de estilo mudéjar que quedó consagrada en 1249. Tras su derribo, en el año 1605 se inició el templo actual, cuyas obra finalizaron en 1613. Su claustro mudéjar, que ha llegado hasta nuestros días, está considerado el arquetipo de los numerosos claustros mudéjares aragoneses.
- Iglesia de San Juan el Real: su construcción se debe a la Compañía de Jesús, y en su origen estaba bajo la advocación de la Virgen del Pilar. En 1769, dos años después de la expulsión de los Jesuitas, el templo fue reclamado por los parroquianos de la Iglesia de San Juan de Vallupié, que tuvo que cerrar por su estado ruinoso. En 1770 se consiguió la cesión, convirtiéndose en el templo de San Juan el Real. En su interior alberga varias pinturas de Francisco de Goya.
- Castillo Mayor de Ayud: está considerado el castillo árabe más antiguo de la Península Ibérica, ya que fue construido en el siglo IX. Tras la última rehabilitación, realizada en 2020, puede volver a visitarse.
- Castillo Real o del Reloj: es uno de los cinco castillos que hubo en Calatayud, y de él sólo quedan algunas ruinas ubicadas sobre un cerro, en el barrio del Picado. Fue construido entre los siglos IX y X siguiendo el estilo mudéjar.
- El Recinto de la Longia: se trata de los restos de un recinto murado que comenzaba en el castillo de Ayub, conservando varios torreones de planta cuadrada y semioctogonal, con bóvedas de cañón o ligeramente apuntadas.
- Castillo de Doña Martina: actualmente en ruinas, formaba parte del cinturón de seguridad de Calatayud, que incluía cinco castillos. Poseía una alargada planta de más de 140 metros, y se encontraba protegido por los barrancos de la Rúa y las Pozas. De todos los castillos de esta villa aragonesa, es el único que fue construido con sillares de caliza, contando con un peculiar entramado de madera.
- Castillo de Torre Mocha: tras una restauración de los restos que se conservan, realizada en el año 2019, este castillo ha consolidado el arco de entrada, y también se repararon muchas grietas. Está situado sobre uno de los cinco cerros que rodean la localidad.
- Antigua Casa Consistorial: del siglo XVI, es un edificio de estilo renacentista que se encuentra en la Plaza de España, también llamada la Plaza del Mercado.
- Reserva Natural de la Laguna de Gallocanta: ubicada entre las comarcas aragonesas de Daroca y Jiloca, es un fascinante paraje natural que lleva sobre nuestro planeta desde la Prehistoria. Se encuentra a poco más de una hora de Calatayud, y el origen de la laguna fue un mar que estaba situado hace miles de años en la Depresión del Ebro. De hecho, sus aguas siendo saladas. Está incluida en la lista de humedales de importancia internacional dela Convención RAMSAR, y es Zona de Especial Protección para las Aves.
El Parque Natural del Monasterio de Piedra
A poco más de 25 kilómetros de Calatayud, en el término municipal de Nuévalos, se encuentra el Parque Natural del Monasterio de Piedra, un lugar muy especial donde la naturaleza, la historia, el arte y la arquitectura se combinan a la perfección. El parque surgió en torno al antiguo Monasterio de Piedra, que fue construido por monjes cistercienses en el año 1194 junto al río Piedra, y que está considerado Monumento Nacional.
Actualmente, y tras una gran restauración, el antiguo monasterio se ha convertido en un bonito hotel que todavía conserva algunas de las dependencias y tesoros monacales, como la Sala Capitular, el Altar Barroco del siglo XVIII, el Claustro Cisterciense, la Abadía (que cuenta con una iglesia de estilo románico tardío), la Cilla, la Cocina Monacal, el Calefactorio o el Escudo.
En torno al monasterio hay un precioso parque donde ha crecido de forma generosa la vegetación, y donde el río Piedra origina todo tipo de saltos de agua, cascadas naturales, grutas o estanques. Dejando volar la imaginación, descubriremos un montón de peculiares formaciones naturales con nombre propio, como la Peña del Diablo, Los Chorreadores, el Lago del Espejo, el Baño de Diana, la Cascada Iris, el Lago de Los Patos o la Gruta del Artista. La caída de agua más espectacular es la llamada Cascada de la Cola de Caballo, que se precipita desde una altura de 50 metros.
Qué comer en Calatayud
Nos adentramos en la cocina tradicional de Calatayud para descubrir algunos de los productos locales más típicos, como los embutidos obtenidos del cerdo. Por ejemplo, los fardeles, que se preparan con hígado y magro de cerdo. Y para los aficionados a las buenas carnes, en los restaurantes bilbilitanos podremos degustar el popular Ternasco de Aragón, nombre con el que se conoce en esta tierra al cordero joven.
Otro ingrediente omnipresente en la cocina local son las verduras de la tierra, como la borraja, y las frutas, sobre todo los excelentes melocotones que se dan en esta parte de Zaragoza. Si queremos probar una especialidad bilbilitana, deberemos pedir el congrio seco, una receta que se remonta al año 1446. Y para maridar, nada mejor que los vinos con Denominación de Origen Calatayud, que podremos también catar saliendo de tapas por algunos de los muchos bares de la localidad.
Los más golosos deben saber que los dulces bilbilitanos tienen mucha fama. Y es que Aragón tiene una gran tradición repostera, siendo el Monasterio de Piedra el primer lugar de Europa donde se elaboró por primera vez el chocolate. No hay que dejar de probar los bizcochos de Calatayud, y por supuesto hay que llevarse de recuerdo un caja de adoquines, unos enormes caramelos cuyo origen se remonta a principios del siglo XX. En sus envoltorios se pueden leer coplas populares, siendo distintas en cada caramelo.
Calatayud en fiestas
- El Jueves Lardero: se trata de una celebración que tiene lugar el jueves anterior al miércoles de ceniza y de la Cuaresma, y que tiene una vertiente marcadamente gastronómica. También se le conoce como “El Palmo”, porque antaño se celebraba una merienda campestre en la que un palmo de chorizo o longaniza formaba parte, junto con el pan, del almuerzo tradicional de los bilbilitanos.
- Semana Santa de Calatayud: declarada de Interés Turístico de Aragón, está considerada como una de las más antiguas de nuestro país. Hasta 12 cofradías y hermandades de penitencia forman parte de los diversos actos y procesiones de esta semana. La tarde del Viernes Santo se vive uno de los momentos más especiales, cuando desde la iglesia de San Juan sale la procesión del Santo Entierro, que data del siglo XV.
- “Calatayud entre dos luces”: con este lema el Departamento de Turismo del Ayuntamiento de Calatayud y la Asociación “Escoscao” organiza todos los años un fin de semana de Noches Blancas, que tiene lugar durante las semanas previas a las fiestas de la Virgen de la Peña, que se celebran en septiembre. Con este motivo los principales monumentos de la villa abren sus puertas hasta la madrugada, y todo ello está rodeado por un juego de luces naturales y artificiales que aumentan su belleza.
- Fiestas de la Virgen de la Peña: son las fiestas mayores de Calatayud, y se celebran en honor de la Virgen de la Peña, patrona de la villa, en torno al día 8 de septiembre. Además de los actos religiosos, el programa festivo incluye pasacalles con Gigantes y Cabezudos, actuaciones musicales y actos culturales, deportivos y de ocio.
- Festividad de San Íñigo Abad: el patrón de la ciudad es festejado con un programa de varios días, y siendo el día grande el 1 de junio, fecha del fallecimiento del santo. Son unas animadas fiestas que cuentan tanto con actos religiosos como lúdicos.
- San Roque: consideradas Fiestas de Interés Turístico Regional, tienen lugar en el mes de agosto, normalmente entre los días 13 y 16. Es una festividad organizada por las 10 peñas de Calatayud, y cada una de ellas organiza su propio programa festivo, que incluye espectáculos, conciertos, eventos gastronómicos...
- Las Alfonsadas: declarada Fiesta de Interés Turístico Regional por el Gobierno de Aragón, tiene como eje central la recreación histórica medieval de la Reconquista de Calatayud por parte del rey aragonés Alfonso I "El Batallador" en el año 1120. La ciudad se engalana el primer fin de semana para convertirse en el escenario perfecto para esta celebración, que también incluye un gran mercado medieval, espectáculos y atracciones medievales, exhibición de aves rapaces, luchas de caballeros, torneos, danzas, juegos, cuentacuentos, conciertos, espectáculos de calle…