¿Sabes cuál es la ciudad con más iglesias románicas del mundo?

España es un país muy rico en arte románico, tiene en su haber numerosos monumentos de este estilo, y bien conservados, por cierto. Zamora es un lugar excepcional que destaca por la gran cantidad de templos que tiene con estas características. Esta ciudad castellana vivió un gran apogeo durante la Edad Media gracias, en parte, a la expansión peregrina del Camino de Santiago. Fruto de ello son la veintena de construcciones religiosas que se levantaron a inicios del siglo XII.

La Ruta del Románico zamorana invita a imaginar la ajetreada vida de la ciudad en tiempos en los que se estaban construyendo todos estos templos. Maestros artesanos, canteros y albañiles debían de recorrer sus calles arriba y abajo, así como los nuevos oficios que surgían también, fruto de la agitación artística del momento.

Catedral de San Salvador, Santa María Magdalena y San Claudio de Olivares

La catedral de Zamora es uno de las más antiguas de Castilla y León y fue declarada Monumento Nacional ya en el año 1889. Se trata de uno de los tres templos medievales con cruceros coronados por un cimborrio bizantino de influencia oriental que se conserva en la cuenca del Duero. Su tamaño no es muy grande, pese a que Zamora fue sede episcopal permanente desde el año 1120, cuando se inició su construcción. Tiene una planta de tres naves, con capillas añadidas en el siglo XV, y una torre cuadrada. El cimborrio citado es una de las características principales de esta catedral, ya que está acabado con piedras talladas de forma que simbolizaban el cielo visible, y que destaca sobremanera sobre la austeridad del resto del templo.

Otro templo románico zamorano es la iglesia de Santa María Magdalena, pues ya aparece mencionada en archivos del año 1157, aunque su construcción no fue finalizada hasta mediados del siglo XIII. Es de una sola nave, de planta rectangular, y destaca un rosetón de lóbulos punteados con forma de diamante así como los capiteles trabajados con figuras imaginarias. Como curiosidad, se cree que, en tiempos medievales, se administraba justicia ante su portada.

En la Plaza de San Claudio se encuentra la pequeña iglesia de San Claudio de Olivares, que está considerada una de las más antiguas de la ciudad, pues está datada en el siglo XII y mencionada, concretamente, en documentos del año 1176. Es posible que el maestro constructor trajera la escultura de los primeros años del Románico desde León y, con él, aportó una pieza maestra: el capitel de los Centauros, de contenido erótico.

Santa María la Nueva, Santiago del Burgo y San Juan Bautista

Otra de las joyas del románico primitivo en Zamora es Santa María la Nueva, del siglo XI. De sus orígenes mantiene una parte del muro meridional, la cabecera y una pila bautismal románica, pues fue incendiada y tuvo que ser reconstruida con un nuevo ábside y capiteles historiados. Más tarde, en el siglo XVII fue añadido el campanil.

En la calle Santa Clara se conserva la iglesia Santiago del Burgo. En sus inicios quedaba fuera de la primera muralla que rodeaba al burgo primitivo, extramuros, hasta que más tarde quedó dentro del segundo anillo amurallado. Se cree que fue construida gracias a donaciones particulares. Cuenta con elementos decorativos extravagantes en los capiteles de sus columnas, como la representación de David con una honda o la de Sansón y el león.

Para terminar, destaca una construcción de mediados del siglo XII en la plazuela de San Miguel. Es la iglesia de San Juan Bautista, también conocida como de la Puerta Nueva. Llama la atención su gran torre cuadrada y una de sus portadas, la sur principal en concreto, que se ve rodeada de dos columnas y tres arquivoltas con una magnífica decoración de motivos florales y formas geométricas. Además, cuenta con un símbolo que ya se ha convertido en todo un referente del románico zamorano: un rosetón de rueda de carro.