Las Lagunas de Villafáfila, en Zamora
Las zamoranas Lagunas de Villafáfila constituyen uno de los humedales de mayor importancia del norte de la Península Ibérica, siendo un lugar de gran belleza donde disfrutar haciendo senderismo.
A poco más de 50 kilómetros por carretera de la ciudad de Zamora, en la comarca de Tierra de Campos, se halla la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila. Encontraremos este hermoso espacio natural al noreste de la provincia zamorana, comprendiendo los términos municipales de las poblaciones de Cañizo, Cerecinos de Campos, Manganeses de la Lampreana, Revellinos, San Agustín del Pozo, San Martín de Valderaduey, Tapioles, Villafáfila, Villalba de la Lampreana, Villárdiga y Villarrín de Campos.
La reserva tiene una extensión de 32.682 hectáreas, rompiendo este gran humedal con el tradicional paisaje de esta zona de Castilla y León, formado por tierras de secano y de cultivo de cereales. Se trata de un complejo lagunar integrado por tres lagunas principales, Salina Grande, Barillos y Salinas, además de por otros humedales de menor tamaño. En torno a ellos se pueden realizar bonitos recorridos, tanto a pie como en bicicleta.
Antes de visitar estas lagunas es conveniente pasarse por la Casa del Parque, que se halla en la carretera que une Villafáfila a Tapioles, a sólo un kilómetro y medio de Villafáfila. En este lugar nos informarán de todo lo que necesitamos saber para disfrutar de esta singular reserva de una manera respetuosa, proporcionándonos información sobre los itinerarios recomendados.
Lagunas de Villafáfila y alrededores
Aunque cualquier hora del día es perfecta para visitar las Lagunas de Villafáfila, los momentos en los que mejor luce, y cuando conseguiremos las mejores fotografías, es al amanecer y a la puesta del sol. Es en esos espacios de tiempo cuando los humedales ofrecen su mejor cara, desprendiendo una belleza singular.
Además del evidente encanto natural, estas lagunas se han convertido en el refugio de una gran variedad de aves migratorias, aves acuáticas y esteparias, y es por ello que ha sido declarado espacio protegido. Y no hay sólo aves en los humedales. De hecho, en las zonas de secano que rodean las lagunas habita un ave muy singular, la avutarda. En Villafáfila cuentan con más de 2.000 ejemplares, lo que posibilita que podamos observar y fotografiar a este esquivo pájaro.
En torno a las Lagunas de Villafáfila merece la pena visitar varios pueblos zamoranos para contemplar su tradicional arquitectura de casas hechas en tapial y adobe. También podremos acercarnos a lugares muy especiales, como el monasterio cisterciense de Moreruela, cuyos restos han sido colonizados por nidos de cigüeñas; la Villa Romana de la Fuente de San Pedro o el Yacimiento de Santioste en Otero de Sariegos, al que se puede llegar por un camino desde la Laguna Grande.
Rutas en coche por las Lagunas de Villafáfila
Os proponemos dos itinerarios para hacer en coche o moto, haciendo paradas de unos cinco minutos para poder disfrutar tanto de la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila como de los atractivos que hay a su alrededor.
- Ruta por los términos municipales de Tapioles, Revellinos, Villafáfila y Villarrín de Campos: se trata de un recorrido de dos horas en el que pasaremos por la laguna de las Paneras, en Revellinos; por la Laguna Rosa o por la Laguna de Barillos, que es la segunda más grande de la reserva y cuenta con grandes concentraciones de ánades silbones, ansares y patos cuchara. Muy cerca del pueblo de Otero de Sariegos hay un observatorio con telescopios desde donde tendremos el mejor punto de observación de la Laguna Grande. En el trayecto de esta ruta también se hallan la Laguna de San Pedro, el monasterio cisterciense de Granja de Moreruela, del siglo XII, y un gran número de palomares.
- Ruta por la Laguna Grande en el término de Villafáfila: este recorrido es un poco más corto, de una hora y media, y tiene como protagonista la laguna más grande de esta reserva natural. A lo largo de este trayecto también se pasa por la Laguna de las Salinas, por el Regato del Tío Hachero y por otros pequeños lagunajos donde habitan pequeñas aves. La ruta también discurre por los palomares de Villafáfila, por el pueblo casi abandonado de Otero de Sariegos, por el Puente Romano y por el Monasterio de Granja de Moreruela. Son muchas las aves que veremos en el trayecto: cigüeñas, palomas, avesfrías, zarapitos, chorlitos, gansos, limícolas e incluso, con suerte, alguna avutarda.