Fermoselle, el pueblo zamorano de las 1.000 bodegas
Mientras persigue la declaración de Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO, Fermoselle ya puede presumir de otros títulos, como el de Bien de Interés Cultural, Conjunto Histórico-Artístico o el de ser el “Pueblo de las 1.000 Bodegas”.
Situado en la comarca zamorana de Sayazo, a 64 kilómetros de la ciudad de Zamora y muy cerca de las frontera con Portugal, Fermoselle es un gran destino en la Comunidad Autónoma de Castilla y León. Y lo es por su gran patrimonio monumental, por su espectacular entorno natural, en el que destaca el Parque Natural Arribes del Duero, o por su excelente oferta de alojamiento y restauración.
Pero, además, Fermoselle es conocido como el “Pueblo de las 1.000 bodegas”, título que consiguió gracias a su rico patrimonio subterráneo. Y es que bajo el suelo de esta villa zamorana hay excavados en la roca más de mil habitáculos, todos ellos sostenidos por arcos de medio punto, pilares y sillería, y comunicados entre sí a través de galerías. Se trata de bodegas subterráneas que permanecen intactas desde hace siglos.
Las bodegas de Fermoselle
Fermoselle posee una enorme cultura de la vid y el vino, hasta tal punto que su subsuelo está horadado por infinidad de bodegas, un patrimonio subterráneo que le ha otorgado el sobrenombre de “el Pueblo de las 1.000 Bodegas”.
Desde hace muchos siglos, el vino en esta población castellana ha estado estrechamente ligado el subsuelo, el lugar ideal para resguardarlo del clima. Por este motivo, y a lo largo de cientos de años, los habitantes Ferrmoselle han ido construyendo un impresionante entramado de galerías, consiguiendo crear el hábitat perfecto para la conservación de sus caldos.
Y las bodegas subterráneas de esta localidad que podría llegar a ser Patrimonio de la Humanidad, algunas de las cuales se remontan al siglo X, se pueden visitar. Sólo hay que reservar nuestra entrada para realizar las rutas guiadas que ofrece la AECT Duero-Douro a través de la web de Momentos Únicos.
Qué ver y hacer en Fermoselle
Además de descubrir el increíble mundo subterráneo del Fermoselle, en la superficie podremos disfrutar de su peculiar arquitectura popular excelentemente conservada, y de monumentos como la Iglesia de la Asunción, los restos del Castillo de Doña Urraca, el arco de acceso a la zona del castillo o las ermitas de Santa Colomba, la Soledad, Santa Cruz y la Ermita de San Albín.
Cualquier momento del año es perfecto para recorrer el entorno natural esta localidad zamorana, protagonizado por el hermoso Parque Natural Arribes del Duero, aunque es en durante los meses otoñales cuando el paisaje nos ofrece su mayor riqueza cromática. No hay que perderse sus espectaculares miradores, desde donde contemplar el Duero y los Arribes, como el de Torrejón, el del Castillo, el de las Escaleras, el de las Peñas, el Mirador de Los Barrancos y el Mirador del Terraplén.
Llegada la hora de comer, podremos darnos un buen homenaje a base de recetas tan tradicionales de la zona como el arroz a la zamorana, la ternera sayaguesa, las mollejas a la sayaguesa o el bacalao “a la tranca” o “a lo tío”. Y todo ello regado con excelentes vinos de la Ribera del Duero. En cuanto a su calendario festivo, no hay que perderse eventos como la Romería de San Albín, la Romería de Santa Cruz del Lunes de Pentecostés o las Fiestas en honor de San Agustín, patrón de Fermoselle, que se celebran la segunda quincena de agosto.