Descubre la Ermita de Markina y su altar entre rocas milenarias
Desde la enigmática Ermita de San Miguel hasta sus calles llenas de encanto, Markina-Xemein, en Vizcaya, tiene mucho que ofrecer a sus visitantes.
Los templos religiosos son verdaderas joyas culturales y arquitectónicas que, además de su función espiritual, nos ofrecen la posibilidad de descubrir historias fascinantes y detalles únicos.
En el caso de la Ermita de San Miguel de Arretxinaga, situada en el municipio vizcaíno de Markina-Xemein, encontramos un ejemplo único que mezcla misterio, arte y tradición. Este peculiar templo llama la atención por su ubicación entre montes, pero también por un elemento singular que la hace incomparable: tres enormes rocas que conforman una capilla en su interior.
A lo largo de los siglos, esta ermita ha despertado la curiosidad de historiadores, peregrinos y visitantes. Desde su origen en el siglo XVIII hasta las leyendas y supersticiones que rodean sus piedras, cada rincón de este lugar guarda un relato interesante que vale la pena descubrir. Te contamos el enigma de estas rocas y te recomendamos qué más ver en Markina-Xemein.
La historia de la Ermita de San Miguel de Arretxinaga
La Ermita de San Miguel de Arretxinaga fue construida en 1734 sobre las ruinas de una antigua capilla medieval, en un lugar cargado de espiritualidad desde tiempos inmemoriales. Esta zona del País Vasco, profundamente vinculada a la mitología, vio cómo el cristianismo comenzó a consolidarse durante la Edad Media, reemplazando creencias ancestrales por templos dedicados a santos y ángeles.
El edificio actual sorprende por su estructura hexagonal y su sobriedad exterior. Su fachada está formada por piedra sin labrar, con un tejado piramidal de tejas y una cúpula interior sostenida por seis nervios que convergen en un punto central. Sin embargo, su verdadera singularidad radica en el interior: las tres imponentes rocas que forman una capilla alrededor de la figura del Arcángel San Miguel. Estas piedras, de más de 40 millones de años, generan una atmósfera única, cargada de simbolismo.
La figura de San Miguel aparece representada con una lanza, triunfante sobre un dragón que simboliza el mal. Este detalle artístico refuerza el carácter sagrado del lugar, convirtiéndolo en un punto de peregrinación y devoción.
El misterio de las tres rocas
Uno de los mayores enigmas de la Ermita de San Miguel de Arretxinaga es el origen de sus tres colosales piedras. Aunque su presencia está documentada desde hace siglos, los expertos no han llegado a un consenso sobre cómo llegaron a este lugar ni qué significado tenían originalmente.
El nombre del templo ofrece una pista etimológica interesante: “Arretxinaga” se traduce como “lugar donde yacen las piedras”. Algunos investigadores sostienen que las rocas podrían haber formado parte de un dolmen prehistórico, adaptado posteriormente por la religión cristiana para integrarlo en su simbolismo. Otros, en cambio, defienden que se trata de una formación geológica natural, fruto de movimientos tectónicos o de la acción de ríos y glaciares.
La tradición oral y las creencias populares también han contribuido a enriquecer el misterio de estas piedras. Según una leyenda local, las personas que desean contraer matrimonio deben pasar tres veces por debajo de las rocas para asegurar su felicidad conyugal. Además, en el siglo XIX, los vecinos atribuían propiedades curativas y milagrosas a estos monolitos, lo que incrementó su fama.
Sea cual sea su verdadero origen, las rocas de Arretxinaga continúan siendo un poderoso símbolo de conexión entre lo humano y lo divino, atrayendo a cientos de visitantes cada año.
Descubre los encantos de Markina-Xemein
Visitar la Ermita de San Miguel es sólo una de las muchas razones para conocer Markina-Xemein, un pintoresco municipio lleno de historia y tradiciones. Situado a menos de una hora en coche desde la ciudad de Bilbao, y a sólo 20 kilómetros de la localidad de Durango, este pueblo ofrece una experiencia cultural y turística inolvidable.
Entre sus principales atracciones se encuentra el Palacio Sortalekua, un edificio del siglo XVII que actualmente alberga el ayuntamiento. Su arquitectura imponente y su relevancia histórica lo convierten en una visita obligada. Muy cerca, la fuente Goiko Portala, construida en 1787, invita a los visitantes a disfrutar de sus aguas mientras observan las inscripciones en euskera grabadas en su base.
La Iglesia del Carmen, con su fachada de piedra arenisca, y la Iglesia de Santa María, Monumento Nacional de Euskadi, también destacan por su belleza arquitectónica y su valor patrimonial. Esta última, construida en el siglo XVI, alberga un retablo impresionante que deleitará a los amantes del arte sacro.
Por otro lado, los aficionados a los deportes tradicionales podrán conocer el trinquete de Markina, conocido como la “Universidad de la Pelota Vasca”. Este frontón, cuna de grandes pelotaris de cesta punta, ofrece visitas guiadas para profundizar en la historia de este deporte tan arraigado en el País Vasco. Finalmente, no puedes dejar de visitar otros puntos de interés, como el Palacio de Murga, que alberga la torre medieval Bidarte, o la casa de cultura Uhagon, un espacio vibrante donde se celebran exposiciones y actividades culturales.