Quintanilla de Onésimo, cuna del Canal del Duero
Dotado de un bello entorno natural, un buen patrimonio monumental y una interesante oferta de gastronomía y enoturismo, Quintanilla de Onésimo es siempre un gran destino en Valladolid.
Situado a 35 kilómetros de la ciudad de Valladolid, junto al río Duero, Quintanilla de Onésimo posee un curioso nombre, y eso es lo primero que nos llama la atención de este pueblo vallisoletano. Lo de Quintanilla le viene de quintana, que así se denominaba a las casas solariegas en la época romana. En cuanto a lo de "Onésimo", se le puso en el año 1941 por decreto de la Falange, ya que aquí nació el político Onésimo Redondo.
En Quintanilla nace el Canal del Duero, considerado como una de las obras de ingeniería más destacadas del siglo XIX en esta zona. Fue construido para abastecer de agua a la provincia de Valladolid, aunque hoy en día sólo se usa para el regadío.
Qué ver en Quintanilla de Onésimo
El edificio monumental más destacado de esta localidad vallisoletana es la Iglesia de San Millán, construida originalmente en el siglo XVI siguiendo la línea del estilo renacentista. Pero en el año 1958 este templo se hundió, conservándose sólo el ábside y un retablo manierista de Jerónimo Vázquez y Giralte.
En la calle central del pueblo, la que fuera la antigua carretera nacional que comunica Valladolid con Soria, se halla la Ermita de San Roque, también renacentista y del siglo XVI. En su interior conserva una talla de Cristo del XVI y de un inusual gran tamaño, además de tres esculturas de papelón de relicarios.
Otros lugares que visitar en Quintanilla de Onésimo son la Casa de Cultura, que está ubicada en un antiguo caserón de piedra del siglo XIX situado junto al río; un antiguo molino y el puente renacentista del siglo XVI, que une los pueblos de Olivares de Duero y Quintanilla. Se trata del único puente que veremos sobre el Duero desde la localidad de navarra de Tudela hasta la vallisoletana de Peñafiel.
Qué hacer en Quintanilla de Onésimo
Los amantes del buen comer descubrirán que Quintanilla de Onésimo dispone de unos cuantos restaurantes donde darse un buen homenaje gastronómico a base del contundente recetario castellano. Podrán probar platos tan típicos como el lechazo asado o en chuletillas, y otras recetas elaboradas con espárragos trigueros, setas, níscalos y cangrejos de río. Y para maridar todas estas exquisiteces, nada mejor que acompañarlas con un buen vino de Ribera del Duero. Son vinos de esta zona, donde abundan los viñedos y donde se encuentra el Parque de la Arquitectura del Vino, donde podremos ver guardaviñas, una bodega subterránea, una casilla de labriego, un pozo o un pequeño museo.
Para los que prefieran sumergirse en la naturaleza, en los alrededores de Quintanilla se pueden realizar bonitas rutas de senderismo. Es el caso de la ruta entre el río y el Canal del Duero; la ruta que discurre por el monte siguiendo el trayecto de una antigua cañada, o la ruta de la Ribera, que va siguiendo el curso del río.
Y para los que disfrutan con una buena fiesta, la más señalada es la Festividad de Nuestra Señora y San Roque, que tiene lugar entre el 14 y el 18 de agosto, y que incluye una procesión con rifa del arco de San Roque, una merienda en la plaza del pueblo donde se reparte vino a todos los asistentes y verbenas. Otra cita festiva es la de San Millán, el 12 de noviembre, donde tienen un gran protagonismo juegos tradicionales como la tanga y calva. E imprescindible es la Fiesta de la Vendimia, que se celebra a principios de octubre, y siempre tiene lugar en domingo.
