Curiel de Duero, la escapada perfecta en Valladolid
Un gran patrimonio monumental, una rica gastronomía, bellas propuestas de naturaleza y sugerentes tradiciones hacen de la villa vallisoletana de Curiel de Duero un buen destino rural.
A poco más de 60 kilómetros por carretera de la ciudad de Valladolid, en el Valle del Cuco, se halla la población de Curiel de Duero. Y te preguntarás, ¿qué se me ha perdido a mí en este pueblo vallisoletano? Pues mucho, porque esta pequeña villa nos reserva un excelente patrimonio histórico-monumental que incluye una iglesia, un palacio y hasta un castillo.
Perteneciente a la comarca de Campo de Peñafiel, este municipio también cuenta con un atractivo entorno natural y con una magnífica oferta gastronómica, además de poseer una animado calendario de eventos y curiosas tradiciones.
La mejor época para hacer una escapada a Curiel de Duero es en otoño o en primavera. En verano el calor puede llegar a ser excesivo, ya que la temperatura media ronda los 30 grados. Por el contrario, en invierno, la temperatura media suele andar por los -1 grado. En cualquier caso, siempre podemos abrigarnos bien y disfrutar incluso en época invernal de este encantador destino de Castilla y León.
El patrimonio monumental de Curiel de Duero
Lo de Castilla y León con los monumentos es mención a parte. Raro es el pueblo que no tiene varios monumentos históricos, por no hablar del patrimonio de las ciudades. Y Curiel de Duero es un buen ejemplo de ello. Dos antiguas iglesias y una ermita posee la villa, la iglesia románica de San Martín, del siglo XII, que hoy en día está en manos privadas y funciona como bodega; la Ermita del Santo Cristo o la Iglesia de Santa María, original del siglo XII.
Pasamos a visitar los monumentos de obra civil, y nos encontramos con dos joyitas. Por un lado el palacio fortificado de los Zúñiga, del siglo XV, del que sólo siguen en pie la muralla y la torre del homenaje, y el Castillo de Curiel, del siglo IX, el más antiguo de la provincia de Valladolid, que actualmente es un estupendo hotel.
Paseando por el pueblo nos encontraremos con el Rollo de Justicia, del siglo XVI, que está a la entrada de la localidad y tiene grabados los escudos de los Estúñiga o Zúñiga. También comprobaremos que hay dos espacios museísticos, el Museo Escuela del Ayer, donde han reproducido una escuela de principios del siglo XX, o el Museo Etnográfico, que guarda todo tipo de objetos relacionados con la historia y vida de la villa, como piedras de molino, herramientas para elaborar queso y vino, un arado romano, un trillo, arreos del ganado y otros muchos enseres tradicionales más.
Atractivos turísticos de Curiel de Duero
Te damos más motivos para elijas Curiel de Duero para tu próxima escapada. Si te va lo de perderte en la naturaleza, aquí lo suyo es practicar senderismo por rutas como la PRVA-9, que nos lleva hasta las Altas Pinzas de Castilla, desde donde podremos contemplar y fotografiar una espectacular vista panorámica de la Ribera del Duero.
Si lo que más te tira es la buena gastronomía, la cocina castellana nunca te defraudará. Tradiciones como la de la matanza del cerdo dan como resultado excelentes jamones, chorizos botagueños, lomos, morcillas o tortas de chicharrones. Y disfruta de platos tan típicos como el lechazo churro asado en horno de leña, las chuletillas de cordero a la brasa de sarmiento de vid o las recetas elaboradas con perdices, liebres, conejos o codornices. Para acompañar, siempre contarás con un buen pan y excelentes vinos de la Ribera del Duero.
Si no sabes cuando es el mejor momento para viajar a Curiel de Duero, te hacemos unas cuantas sugerencias. Por ejemplo, el primer fin de semana de mayo, cuando se celebra la Cruz de Mayo; el 15 de mayo, para poder participar en los festejos por San Isidro; durante la Semana Cultural del Valle del Cuco, que tiene lugar la misma semana que se celebra San Isidro; el primer fin de semana de agosto, para vivir la Fiesta del Verano, o durante la Fiesta de la Vendimia, a finales de septiembre o principios de octubre, y podrás disfrutar de tradiciones como el pisado de la uva al son de las dulzainas.