4 pueblos españoles con castillos para disfrutar de una escapada realmente perfecta
Si a un pueblo lleno de encanto medieval le añadimos un castillo, el resultado es un destino perfecto para sentir que viajamos en el tiempo.
España es tierra de castillos. Datos curiosos: en España hay alrededor de 20.000 castillos, y la provincia de Jaén es la que más tiene, contando con 237 fortalezas.
Y es que, ¿quién no ha anhelado alguna vez encarnar el papel de un noble templario? A todos nos gusta recorrer las estancias cargadas de historia de un castillo, y si se encuentra en un pueblo con sabor medieval, mejor que mejor. Ahí van cuatro propuestas de pueblos con castillo, para que tu próxima escapada esté cargada de magia y de gratas sorpresas.
4 pueblos españoles con castillo
Nuestra selección de localidades de España con castillo incluye destinos tan bonitos e históricos como Xátiva, en Valencia, que a falta de uno cuenta con dos castillos; Villarroya de la Sierra, en Zaragoza, que también posee dos castillos; Belmonte, en Cuenca, y el municipio gaditano de Olvera, que se encuentra en la maravillosa Ruta de los Pueblos Blancos.
Otros imprescindibles pueblos con castillo son Loarre, en Huesca; Manzanares del Real, en Madrid; Peñafiel, en Valladolid; Peralada, en Girona, o Villena, en Alicante.
Descubre el Castell Menor y el Castell Major en Xátiva
Con una rica herencia que se remonta a los tiempos íberos, Xátiva se erige como un verdadero tesoro histórico en la provincia de Valencia. Esta ciudad alberga una doble fortaleza: el Castell Menor, ubicado en la cumbre de la colina de la Penya Roja, brindando vistas panorámicas del valle de Bisquerta; y el Castell Major, que se alza majestuosamente en lo alto de la sierra de Vernissa.
Puedes acceder al castillo en tu propio vehículo (excepto los domingos y días festivos), aunque se recomienda ascender a pie por las laderas de la montaña. El horario de visitas es de martes a domingo, de 10 de la mañana a 7 de la tarde. Además, podrás explorar el pintoresco casco antiguo de la ciudad, con sus encantadoras y estrechas calles y sus plazas llenas de vida.
Los Castillos del Rey y de la Reina en Villarroya de la Sierra
Villarroya de la Sierra, en Zaragoza, es uno de esos lugares que te cautivan con su belleza, ya que parece sacado directamente de un cuento medieval de hadas. Originalmente, el pueblo contaba con una antigua fortificación de origen árabe del siglo X. Tras la Reconquista, se edificó una nueva fortaleza conocida como el Castillo del Rey.
Con el paso del tiempo, otra fortaleza se levantó en una colina cercana, llamada el Castillo de la Reina. Durante tu visita, no te pierdas la oportunidad de recorrer las pintorescas calles de Villarroya, con sus casas de piedra y los balcones rebosantes de flores.
Adéntrate en el Castillo de Belmonte, en Cuenca
En el corazón de la provincia de Cuenca se encuentra Belmonte, un pueblo que parece detenido en el tiempo. Su castillo medieval, uno de los mejor conservados de la región, ofrece fascinantes recorridos guiados. Además, el castillo es conocido por albergar el Campeonato Mundial de Combate Medieval cada año.
El castillo abre sus puertas de martes a domingo, de 10 de la mañana a 2 de la tarde y de 4 a 7 de la tarde. Además de la fortaleza, el pueblo cuenta con una impresionante Plaza Mayor y con una atmósfera tranquila y muy acogedora.
Maravíllate con el Castillo de Olvera, en Cádiz
Situado en la famosa Ruta de los Pueblos Blancos de Andalucía, Olvera deslumbra a sus visitantes con su encanto medieval y su espectacular castillo, que se alza majestuosamente sobre un cerro rocoso. Este castillo formaba parte del sistema defensivo del Reino Nazarí de Granada. Durante tu visita podrás explorar sus antiguas murallas y disfrutar de maravillosas vistas panorámicas de los parajes que rodean la villa.
El castillo está abierto todos los días de la semana, desde las 10 de la mañana hasta las 7 de la tarde. Durante tu estancia, también te recomendamos pasear por el laberinto de calles estrechas y blancas de Olvera, jalonadas por casas encaladas. Y no hay que olvidar los preciosos patios repletos de flores de los que presume el pueblo.