Los Carnavales más originales de España
Con la llegada del mes de febrero, España se prepara para celebrar una gran variedad de fiestas de Carnaval, y las hay para todos los gustos y todos los colores, algunas de ellas realmente peculiares.
El Carnaval es, sin duda, la fiesta pagana más alocada y divertida de cuantas se celebran en el mundo, y suele tener un toque gamberro. También hay algunas celebraciones que despiertan la curiosidad por resultar diferentes y muy originales.
La lista de los Carnavales más curiosos de España está encabezada por fiestas tan conocidas como el Carnaval de Laza, en Xinzo y Verín, en Orense. Pero hay otras que todavía no resultan tan conocidas, como los Carnavales de Bielsa, los de Pontevedra, los de Cintruénigo o los Carnavales de Llodio. Seguramente no son los Carnavales más populares de España, pero desde luego son curiosos, sorprendentes, originales y muy divertidos.
- El Carnaval de Villar del Arzobispo, en Valencia: la originalidad de los carnavales de esta localidad valenciana reside en que aquí no se lleva a cabo el popular “Entierro de la Sardina”, porque lo que hacen es velar y enterrar una morcilla. Otra de sus singularidades es la del Sábado de Carnaval, día en la que celebran la tradicional “quemá del chinchoso”. Cada año, los habitantes de Villar del Arzobispo eligen el personaje más odiado, que suele ser algún político, y se elabora un muñeco a escala natural que lo represente, y que posteriormente es quemado en una gran hoguera.
- El Carnaval de Bielsa, en Huesca: esta serrana localidad aragonesa cuenta con un personaje protagonista muy especial, Cornelio Zorrilla. Se trata de un muñeco de trapo que está relleno de paja y representa a un bandido, el cual encarna todas las cosas malas que pueden asolar este valle oscense. Cornelio es juzgado, y después colgado de la fachada del Ayuntamiento y quemado en la hoguera. Como complemento, los jóvenes del municipio se convierten en “trangas”, unos seres diabólicos mitad hombre mitad macho cabrío, y que ataviados con una gran piel de choto y con la cara pintada de negro van recorriendo el pueblo y asustando a pequeños y mayores con el ruido de unos enormes cencerros que llevan colgados.
- El Carnaval de Cintruénigo, en Navarra: cada año, durante los sábados y domingos de Carnaval hacen su aparición por la tarde los cirboneros. Se trata de unos personajes carnavalescos que van vestidos de “zarramuskeros” y armados con cualquier cosa que pueda manchar a todos aquellos asistentes que no vayan disfrazados, como serrín, harina, azulete… Hace años era mucho peor, porque también estaba permitido lanzar huevos y hasta excremento, algo que hoy en día está totalmente prohibido.
- El Carnaval de Pontevedra: un loro es el auténtico protagonista del Carnaval de la ciudad de Pontevedra. Se llama Ravachol, el mismo nombre que tenía un personaje anarquista de principios del siglo XX. El loro original era la mascota de un boticario de esta época, don Perfecto, y utilizaba un lenguaje de lo más ordinario e irreverente con todo el que entraba en la farmacia. Y fue así hasta que el loro murió por atiborrarse de pasteles durante la celebración del Carnaval, siendo homenajeado por los habitantes de la comarca con un velatorio y un entierro multitudinario. Esto ocurrió en 1913, y desde entonces en el Carnaval de Pontevedra se sigue representando, año tras año, los hechos que acontecieron por entonces.
- El Carnaval de Llodio, en Álava: en este municipio vasco el personaje central es la Bruja de Lezeaga, objetivo principal de todas las iras y burlas de los habitantes de la zona. Según una leyenda, esta bruja vivía en una cueva situada muy cerca de Llodio, y con sus cánticos y otras malas artes atraía a los pastores del pueblo. Durante el Carnaval, las cuadrillas de la población detienen a la hechicera, o mejor dicho a un un muñeco que la representa, y la pasean hasta que finalmente la condenan a morir en una gran hoguera, acto con el que finalizan los Carnavales.