Senderismo en Semana Santa en Valencia
Aprovecha tus vacaciones de Semana Santa para reconectarte con la naturaleza. Te proponemos estas rutas de senderismo en la provincia de Valencia aptas para todos los públicos y alejadas del bullicio de las grandes ciudades.
El turismo rural y de interior es uno de los motivos principales que hacen digna de visitar la Comunidad Valenciana. Y, dentro de este ámbito, el senderismo es una de las actividades preferidas debido a la capacidad de adaptación; puede ser de campo o de montaña, de más alta intensidad o adecuada a todos los públicos.
Sin embargo, existen una serie de normas que se deben cumplir a la hora de visitar estos parajes maravillosos, pues tenemos la obligación de conservarlos entre todos. Utilizar los contenedores de basura, ser respetuoso con los demás visitantes, evitar hacer ruidos excesivos para no alterar la fauna o, por supuesto, no hacer fuego son algunas de ellas. Por nuestro bien, también debemos informarnos de la previsión meteorológica y adaptar la ropa y el calzado al lugar que se va a visitar.
La ruta de los puentes colgantes, en Chulilla
La historia de esta ruta se remonta a los años 50 cuando, para facilitar el trayecto a los trabajadores que iban desde Chulilla a Loriguilla, con tal de construir un gran embalse, se dispusieron dos puentes colgantes. En el año 1957, en plena riada de Valencia, el caudal del Turia se llevó por delante las pasarelas y no se volvieron a colocar hasta el 2013 con el objetivo de potenciar el turismo de esta población.
El puente más alto no es recomendable si se tiene miedo a las alturas, pues está a unos 15 metros sobre el río y tiene aproximadamente 21 metros de largo. El otro de los puentes es algo más largo pero su altura no llega a los 6 metros. Esta preciosa ruta es accesible a todo el mundo y, además, se puede aprovechar para descubrir el pueblo de Chulilla y el paraje de las Hoces del Turia.
La Murta, en Alzira
Este espacio protegido cuenta con un microclima de suaves temperaturas y un alto grado de humedad, lo que favorece una flora sin igual en la que se desarrollan formaciones vegetales de alto grado de madurez y bosques de fresnos, carrascas o madroños. De hecho, antiguamente esta zona era conocida como La Vall del Miracles (el valle de los milagros) por las propiedades medicinales de sus plantas. En cuanto a la fauna, también es muy rica y variada por la diversidad de ecosistemas que hay; destacando algunas rapaces de alto valor ecológico como el águila perdicera.
Cuenta también con un gran patrimonio histórico-cultural pues se llegaron a documentar hasta once ermitas en el valle del siglo XIII, todas acogidas a la Orden de San Jerónimo. En 1372, bajo la autorización del Papa Gregorio XI, se mandó construir el Monasterio de Santa María de la Murta, constituyéndose la congregación del mismo nombre.
La Ruta del Agua, en Chelva
Esta ruta puede hacerse tanto desde Chelva como desde Calles, y se trata de un trazado circular de unas 3 horas de agradable recorrido en las que nunca faltará la compañía del agua proveniente de fuentes, lavaderos, acequias y de los ríos Tuéjar y Chelva.
En este paseo el senderista se puede empapar de naturaleza, pero también de cultura. El sendero pasa por el Barrio Árabe de Benacacira, que conserva todavía su trazado urbano intacto, y en el que se encuentra la Ermita de la Soledad, construida en el siglo XVII sobre la primera mezquita musulmana. También están los barrios cristianos de Ollerías, el Barrio Judío y muchos más lugares que descubrirás haciendo esta magnífica ruta.
La Ruta del Salt, en Náquera
Este paseo tiene un recorrido más bien corto, de unos 7 kilómetros, y se sitúa en las inmediaciones del Garbí y del Alto del Pí. Este rincón corresponde a todo el Barranco del Salt, que tiene una formación rocosa muy característica y curiosa.
El punto clave del recorrido es el famoso Pi del Salt, un árbol monumental que tiene aproximadamente 150 años y que ya supera en altura los 18 metros. Los habitantes del lugar cuentan que varios alcaldes lo han querido cortar a lo largo de su vida, pero siempre ha sido salvado por la fuerza de los incondicionales del lugar y de la ruta.