Petrés, una pequeña localidad en Valencia con un gran patrimonio histórico
En la comarca del Camp de Morvedre, en el interior de la provincia de Valencia, hay una población que, pese a no tener muchos habitantes ni una gran extensión, tuvo un espléndido pasado, del que todavía quedan vestigios.
Petrés es un municipio de la provincia de Valencia que pertenece a la comarca de Camp de Morvedre y ejerce de puerta a las sierras Calderona y Espadán. Está a unos 28 kilómetros de Valencia y a apenas 2 kilómetros de Sagunto. Limita al sur con la vega baja del río Palancia y por el norte con las montañas Rodana y Ponera.
Esta pequeña localidad puede presumir de tener un amplio conjunto de construcciones y otros elementos de gran valor histórico y cultural, así como un envidiable entorno natural, gracias a su localización. Su casco urbano se puede recorrer a través de la llamada “Ruta Cultural e Histórica de Petrés”, con la que conocer el patrimonio y la evolución histórica de la población a lo largo de los siglos.
Historia de Petrés
La historia de Petrés se remonta a la Prehistoria, con evidencias de sus primeros pobladores, aunque no es hasta la Edad Antigua que se han encontrado restos arqueológicos. Por su cercanía a Sagunto, su evolución histórica siempre ha ido de la mano, y hoy en día todavía quedan restos de villas aristocráticas romanas, cerámicas e incluso lápidas funerarias con inscripciones en latín.
Los dos periodos más importantes han sido la época islámica y la repoblación cristiana. En la época islámica se producen los orígenes del pueblo actual, en torno a los siglos X y XI, cuando un grupo de familias musulmanas se establecieron en el margen del río Palancia. En el siglo XIV, empieza la época cristiana, cuando Pedro IV El Ceremonioso dona la población a la familia Aguiló y empieza su repoblación, tras la expulsión de los moriscos en el año 1610.
Muestra de este pasado, son algunos de los edificios mejor o peor conservados que se contemplan en la actualidad. Aljibes, acequias, el sistar o partidor de aguas; el Palau dels Juncosa, la almazara, el horno viejo, los molinos o l’Hort Tancat, así como la iglesia de San Jaime o la ermita de Santa Domingo, son algunos de los puntos más significativos de Petrés.
Qué ver en Petrés
Uno de los lugares más emblemáticos de Petrés es su castillo palacio de los Aguiló, de los siglos XV-XVI. Fue construido por la familia Aguiló, Barones de Petrés. La fortaleza está formada por dos edificios, el primero era la parte residencial, que constaba de dos plantas. La planta inferior se dividía en tres salas y tenía una gran terraza con una cisterna para recoger el agua de la lluvia y, aunque de la segunda planta ya no quede nada, sí que hay documentos que acreditan su existencia. El segundo edificio albergaba las caballerizas.
En cuanto a construcciones religiosas, destaca la iglesia de San Jaime Apóstol, de los siglos XVI-XVIII, construida sobre una antigua mezquita. Tiene una fachada de piedra blanca y todavía conserva el escudo de armas con una corona y un águila, símbolo de los señores de Petrés, así como la imagen de San Jaime vestido de peregrino. De su interior destaca la capilla de la Purísima o de la Comunión, de estilo neoclásico y principios del siglo XIX. Tiene forma redonda y está decorada con 14 pinturas al fresco del pintor morellano Joaquín Oliet que representan escenas del Antiguo y Nuevo Testamento. Además, a la entrada hay dos paneles cerámicos del siglo XVIII de Sixto IV y San Pedro Pascual.
Otro lugar importante es la ermita de Santo Domingo, un templo barroco del siglo XVIII ubicado al final del Calvario. Fue construida entre los años 1721 y 1725 y tiene una nave central y dos naves laterales. En el lateral izquierdo se sitúa la sacristía y la vivienda del ermitaño, que fue habitada hasta mediados del siglo XX. Tiene una decoración característica del estilo barroco y destaca la capilla de la Virgen del Rosario, de 1758. Gracias a su ubicación, en uno de los puntos más elevados de Petrés, se puede contemplar una fantástica panorámica de la comarca del Camp de Morvedre.