El histórico Pasaje de Ripalda, en el corazón de Valencia
No dejes que pase desapercibido el Pasaje de Ripalda entre toda la grandeza y belleza de Valencia. Historia, arquitectura y curiosidades se dan la mano en este pequeño paseo de 50 metros en pleno centro de la capital del Turia.
Valencia es una de las ciudades con más historia de Europa y aloja en su centro numerosos edificios que no te puedes perder como su Catedral, la Basílica, la Lonja de los Mercaderes o la Iglesia de San Nicolás. Sin embargo, no debes dejar de visitar este curioso pasaje prácticamente en la entrada a la plaza del Ayuntamiento.
Los valencianos pasan a diario por él a modo de lugar de paso para acortar la distancia entre la calle San Vicente Mártir y la plaza Mariano Benlliure. Este pequeño rincón de solo cincuenta metros de largo es un lugar encantador lleno de vida que fue testigo de una corriente de finales del siglo XIX en la que se trataba de imitar los pasajes italianos de estilo neoclásico.
Origen y arquitectura del Pasaje Ripalda
A finales del siglo XIX la alta burguesía valenciana trataba de trasladar a la ciudad las costumbres y el estilo arquitectónico de las urbes más importantes de Italia. La marquesa de Campo Salinas y condesa de Ripalda, Doña María Josefa Paulín, influenciada por esta corriente, encargó al arquitecto Joaquín María Arnau Miramón en 1889 la construcción de un lugar que tendría su propio nombre: el Pasaje Ripalda.
El arquitecto valenciano ha sido considerado como uno de los más importantes de la época y fue el primero en utilizar hierro en sus construcciones más allá de la función industrial. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos en Valencia, continuó en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid y acabó su formación en Roma. En 1879 fue nombrado arquitecto del distrito del Ayuntamiento de Valencia y en 1893 académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos.
La construcción de este pasaje asombró a todos los valencianos por los arcos de sus entradas, que animaban a adentrarse en su interior, decorado con bonitos dinteles y ménsulas. Además, tenía (y tiene) grandes claraboyas que permiten llenar de luz natural el pasaje. Está cubierta por hierro y cristal, y en el centro tiene un pasillo que une los dos lados a la altura del primer piso. Como curiosidad, y aunque no se sabe si es cierto, muchos teorizan sobre que alberga la única obra de Gaudí en Valencia: tres vidrieras con forma de pavo real.
Historia y curiosidades del Pasaje Ripalda
Fue el primer pasaje comercial cubierto en Valencia y durante años alojó lugares de culto en la capital como el Gran Hotel Ripalda, el Café Hungría o el Café Inglés. Hasta la década de los años 40 estuvo abierto el hotel y, tras su cierre, las plantas superiores se convirtieron en viviendas y las inferiores en locales comerciales.
Entre las tiendas que hay actualmente destaca ‘Espai Ripalda’, un comercio dedicado a la confección de trajes regionales e indumentaria valenciana, que antiguamente era Casa Teruel, un local en el que vendían botones y otros artículos de mercería. Llama la atención también ‘Guantes Camps’, con un bonito escaparate del siglo XIX que todavía mantiene su esencia. Es un negocio de complementos con casi 150 años de experiencia especializada en guantes, aunque también venden bufandas.
Por último, llama la atención, en la puerta de acceso de la calle San Vicente, un pequeño mosaico en el que figura el nombre del pasaje y se muestra el palacio de la condesa de Ripalda, un edificio ya desaparecido que estaba también en Valencia y que construyó el mismo arquitecto, Joaquín María Arnau, concebido como un ‘château’ francés.
