No hay Fallas sin seda en Valencia
La seda sigue viva en Valencia gracias, en parte, a la fiesta de las Fallas. Conoce el origen de este material y su historia, recorriendo las mismas calles y lugares que dieron lugar a su gran fama internacional.
Desde el año 2016, las Fallas son Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y este hecho le ha aportado, si cabe, más notoriedad a la fiesta. Uno de los elementos más importantes de estas fiestas son las sedas valencianas, sin las que no existiría la indumentaria que se luce en las calles de la ciudad especialmente del 1 al 19 de marzo.
Una de las mayores expresiones de la seda valenciana tiene su reflejo en los tejidos espolinados de la indumentaria. El proceso de producción de este tejido se realiza de manera artesanal, sin mecanización y cuidando hasta el último detalle.
La seda en Valencia
De todos los tejidos de seda, la máxima expresión la protagoniza el espolín. Un tejido exclusivo, único y elaborado de manera artesanal en un telar Jacquard manual. Precisamente es la elaboración manual lo que permite infinidad de posibilidades de personalizar cada tejido. Para crear los 13 metros de tela que se necesitan, contemplando un ancho de 54 centímetros, para confeccionar un traje de valenciana, se precisan hasta 3 meses de trabajo, de ahí que el espolín sea la “joya de la corona” de la indumentaria valenciana. Actualmente, hay menos de diez empresas en toda la provincia de Valencia que trabajen esta técnica, debido a su complicación y alto coste del producto. Sin las Fallas, este trabajo tradicional no podría seguir existiendo.
La ofrenda a la Virgen de los Desamparados viste a las calles de Valencia de color, flores y seda. Durante dos días, las falleras y falleros de todas las comisiones rinden homenaje a su patrona en uno de los actos más emotivos y especiales de las Fallas. Cada año, los días 17 y 18 de marzo por la tarde Valencia se convierte en una auténtica pasarela en la que se luce toda la indumentaria valenciana y todas las sedas.
Es un evento imprescindible para conocer la seda valenciana en su máximo esplendor por la cantidad de gente que desfila y la variedad que hay de ella. Los damascos, brocados, brocateles, sedas y espolines desfilan sin cesar y, como en todas las pasarelas, también aquí hay tendencias y moda, aunque la inmensa mayoría de los dibujos son históricos, suele haber innovación en los colores y las confecciones de las prendas.
Historia de la seda valenciana
En el último tercio del siglo XV, la inmigración de los sederos genoveses provocó el despegue de la industria sedera valenciana. Los artesanos de la seda se establecieron en el conocido barrio de velluters (terciopeleros) y se agremiaron, llegando a obtener un privilegio del rey Fernando II de Aragón, “El Católico” por el que se le concedía al oficio la categoría superior de Arte.
El histórico edificio del Colegio del Arte Mayor de la Seda alberga hoy en día el Museo de la Seda, un lugar ineludible para conocer la historia, importancia y evolución de la seda valenciana. Cuenta con una exposición permanente y exposiciones temporales, además de demostraciones de la extracción del hilo de seda y del funcionamiento de un telar Jacquard.
Otro de los lugares más importantes de Valencia es la Lonja de los Mercaderes, además de ser uno de los monumentos del gótico civil más significativos de Europa. En 1996 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y, siglos atrás, sirvió para comercializar con diferentes productos, entre los que destacó la seda. De hecho, mucha gente conoce al edificio como “Lonja de la seda”.
