El museo de la Torre árabe de Alfarp
En la localidad valenciana de Alfarp puedes visitar de forma gratuita este museo, ubicado en una antigua torre árabe.
La localidad de Alfarp se encuentra a unos 30 kilómetros de Alzira, en la provincia de Valencia. En la década de los ochenta, el Ayuntamiento de Alfarp adquirió esta torre árabe con el fin de recuperarla. Tras un largo proceso de casi 20 años, hoy en día se ha convertido en un museo etnológico y centro de interpretación de las torres vigía de la Ribera.
Para poder visitar este museo, es necesario hacer una reserva previa en el Ayuntamiento de Alfarp o en la Oficina de Turismo. Estas visitas guiadas son gratuitas y se hacen los sábados y domingos entre las 12 y las 14 horas. En este tiempo, se realiza un paseo guiado por el interior del castillo, en el que se pueden ver restos romanos, así como cerámica y alfarería encontrados en este lugar. Uno de los mejores momentos del recorrido es la subida a la parte más alta, desde la que se pueden contemplar unas privilegiadas vistas del valle de Alcalans.
Historia de la Torre de Alfarp
La Torre de Alfarp, de gran importancia histórica y patrimonial, está ubicada en la Plaza de Dalt y es de origen andalusí y servía para la defensa y protección de los habitantes de la alquería a la que pertenecía. Fue construida sobre los restos romanos de una finca rústica, de hecho, se han encontrado restos arqueológicos de esta época en sus cimientos.
Se cree que en la época musulmana, la torre sería más alta de lo que es ahora, de unos 18 metros aproximadamente. Además, es muy probable que perteneciera a una red de torres defensivas conectadas visualmente, para poder comunicarse en caso de ataque.
La torre contaba con una fortaleza en su perímetro para protegerla y algunos lugares estratégicos desde donde poder disparar ballestas, en caso de ataque. El acceso a este recinto fortificado era a través de una puerta en altura con una escalera levadiza y daba paso a una zona intermedia antes de llegar a la torre sin más objetivo que dificultar la entrada a todo aquel que no fuera bienvenido. Esta zona estaba siempre vigilada por un cuerpo de guardia. De la misma manera que en esta parte inferior, en lo más alto de la torre también se presupone que habría ballesteros, preparados para defender en caso de ser necesario.
Transformación de la torre en castillo
El 7 de julio de 1238 la torre pasó a manos cristianas, concretamente al rey Jaime I, cuando este pactó con los musulmanes de la Ribera la incorporación de estas tierras al Reino de Valencia. El caballero Pere de Montagut recibió el Señorío y su familia fue la encargada de transformar la torre defensiva en un castillo. Para la remodelación se alzaron cuatro metros y medio los muros de la barbacana y se rebajó el espacio que quedaba entre el acceso y la torre, construyendo unas bóvedas de cañón.
En apariencia, más que un castillo parecía una especie de caja fuerte de 12 metros cuadrados, con la torre en el centro, que albergaba las estancias para la residencia, así como salas de consejo. Más tarde, fue añadida incluso una bodega, con el fin de almacenar jarras de aceite y vino. Con el paso de los años, el castillo perdió su función defensiva. De hecho, a partir del siglo XVIII y hasta el siglo XX fue utulizada como vivienda o incluso como carnicería.
No fue hasta el año 2021 que recuperó de nuevo su esplendor, acogiendo un pequeño museo y centro de interpretación de las torres de vigilancia de la comarca de la Ribera. Actualmente, se trata de una visita obligada para conocer el patrimonio valenciano de cerca.
