Cabra de Mora, curiosa e histórica villa en la comarca Gúdar Javalambre

Maria Reig 16 Septiembre, 2024

¿Sabías que este municipio tiene una réplica de la Escala Santa de San Juan de Letrán de Roma, por donde subió y bajó Jesucristo en el palacio de Poncio Pilato para ser juzgado?

Cabra de Mora
Cabra de Mora. Fuente: Turismo Gúdar Javalambre

A unos cuarenta y cinco minutos de Teruel capital, en plena comarca de Gúdar-Javalambre, a 1085 metros de altitud y rodeado de un enclave paisajístico de gran belleza, encontramos el pequeño municipio de Cabra de Mora. De origen árabe, su nombre no proviene del animal, si no del árabe “Qabr” que designa un lugar donde se ha enterrado a alguien de importancia para los musulmanes.

Como aldea de Teruel, figura desde el año 1039, y fue en los siglos del XVII al XX cuando alcanzó su mayor esplendor económico y arquitectónico debido a la industria textil y la explotación del agua del río Alcalá. Esta pequeña localidad está llena de segundas residencias utilizadas tanto en verano como en invierno por su cercanía a las pistas de esquí. Cuenta además con un monumento inspirado en Roma y existen variados alojamientos entre los que encontramos uno de los más singulares de la provincia.

Cabra de Mora
Cabra de Mora. Fuente: Turismo Gúdar Javalambre

Historia de Cabra de Mora

Parece que el origen de la población de Cabra de Mora se remonta a la época musulmana. Así, el antiguo núcleo urbano estuvo en la ladera que une los ríos Alcalá y de Malezas. En cuanto a la primera referencia escrita, Cabra aparece citado en 1237, en el llamado “Llibre del repartiment” en el que los participantes en la reconquista plasmaron los repartos que se hicieron a los hombres libres de Teruel a Cabra.

A partir el siglo XVII comenzó una época de esplendor económico coincidiendo con la explotación del agua. Se tiene noción de la existencia de seis molinos harineros, tres fábricas textiles, además de dos tejerías de producción cerámica, entre otras. De hecho, durante el siglo XVIII, más del 50% de la población trabajaba en actividades industriales, siendo esta tasa superior a la de Zaragoza. El término municipal de Cabra de Mora está salpicado de masías, casas de campo centenarias, algunas construidas en la Edad Media y rodeadas de tierras de cultivo, pasto y ganado. Hasta el siglo XX, al menos una cuarta parte de la población vivía en ellas.

Si a lo largo de la historia de Cabra hay que destacar un personaje en la población, ese es Fray Miguel Vicente Abad Zapater, Fraile Franciscano Descalzo, que promovió la construcción de la iglesia de San Miguel, la Escala Santa y la ermita de los Desamparados. Nació en esta localidad el 13 de mayo de 1663, y además de impulsar y financiar estas obras realizadas entre 1690 y 1729, envió hasta Cabra ornamentos religiosos, cuadros de grandes pintores como Paolo de Matheis o Genaro Sarneli, un crucifico bendecido por el Papa y 228 reliquias de las que aún se conservan algunos relicarios. También consiguió la bula del Papa Benedicto XIII con la remisión de los pecados y la indulgencia de 7 años para todo el fiel que, arrodillado, subiera los 28 peldaños de la Escala Santa. Fray Miguel falleció el 6 de enero de 1730 y está enterrado en la iglesia de Nuestra Señora y San Miguel de Cabra.

Cabra de Mora
Cabra de Mora. Fuente: Turismo Gúdar Javalambre

Patrimonio monumental y natural de Cabra de Mora

Callejear por el casco histórico de Cabra de Mora, bien cuidado y con numerosas segundas residencias, se convierte en un paseo con gran encanto. Una parada imprescindible es la que debe hacerse para visitar la réplica de la Escala Santa de San Juan de Letrán de Roma, por donde subió y bajó Jesucristo en el palacio de Poncio Pilato para ser juzgado. De estilo barroco, construida con piedra de mampostería y sillarejo, está situada en una ermita contigua a la iglesia de San Miguel. Tanto la Escala como la iglesia forman un conjunto monumental declarado Bien de Interés Cultural en el año 2001.

La iglesia de San Miguel es un impresionante templo de tres naves, con un gran altar barroco y una altura máxima de treinta y tres metros, lo cual parece increíble encontrar en una población tan pequeña. Este conjunto monumental se convierte, desde hace unos cuantos años, durante la Semana Santa, en escenario de la representación de la Pasión de Cristo a cargo de un grupo de unos treinta actores aficionados, entre vecinos y veraneantes.

Si además de disfrutar de estas maravillas, queremos paz y descanso, estamos en el sitio adecuado. En Cabra encontramos casas rurales, entre las que destaca La Casa del Silencio, una de las más singulares de toda la provincia. Ostenta la categoría de cinco espigas y cuenta con restaurante para sus clientes. Su fachada y sus laterales recubiertos de hiedra, con una terraza inmensa, una docena de balcones, con estancias con gran personalidad y obras de arte es, sin lugar a dudas, un lugar para el descanso. Cuenta además de numerosas rutas de senderismo para disfrutar del gran patrimonio natural de este pequeño y a la vez asombroso pueblo.

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