De pesca en el Embalse de Santolea, en Teruel
Los aficionados a la pesca disfrutarán de un maravilloso día de pesca en el turolense Embalse de Santolea, rodeados de pinos y entre huellas de dinosaurios.
Situado en el término municipal de Castellote, en la provincia de Teruel, el Embalse de Santolea fue construido en una zona que posee un alto valor geológico y paleontológico. Por esta zona de Aragón caminaron dinosaurios hace millones de años, y sus huellas se pueden ver en parte del territorio, como sucede en el entorno de este embalse.
El pantano se realizó originalmente en la década de los 30 del siglo XX, aunque en la década de los 70 del mismo siglo fue reconstruido para alcanzar las 380 hectáreas de superficie y los casi 47 hectómetros cúbicos. Más recientemente, en el año 2020 se comenzaron los trabajos para dotar al embalse de una capacidad de 81,75 hectómetros cúbicos y una superficie máxima inundada de 444 hectáreas.
La zona donde se encuentra el Embalse de Santolea no sólo es perfecta para realizar bonitas rutas de senderismo, también es ideal para la práctica de la pesca. De hecho, las aguas del río Guadalope han dado lugar en este pantano a un coto deportivo donde, sobre todo, habitan truchas.
De pesca en el Embalse de Santolea
Como ya hemos comentado, es la trucha, tanto la común como la arco-iris, la que más abunda en las aguas del Embalse de Santolea. A pesar de su abundancia, hay que tener en cuenta las restricciones del coto y cuándo tiene lugar la época de reproducción. De todo ello, y de la obtención de permisos, podemos obtener información en la página web de la Federación Aragonesa de Pesca y Cásting.
Y como no sólo de truchas vive el pescador, conviene saber que en el embalse también hay carpas, madrillas y barbos. No son muy abundantes ni tienen un gran tamaño, por eso pescar uno de estos ejemplares produce una mayor satisfacción. En esta caso también es recomendable estar al día de la normativa actual en cuanto a las restricciones de cebos naturales.
Y un valor añadido para los pescadores es la presencia del black bass. En definitiva, y aunque no se trata del embalse favorito de los aficionados a la pesca, las aguas dulces del Pantano de Santolea siempre serán un buen destino para la captura de truchas y de peces depredadores.
Qué ver y hacer en Castellote
Y después de un gran día de pesca, lo mejor es acercarse a conocer el pueblo de Castellote. Situado en la comarca del Maestrazgo, posee un maravilloso casco histórico, declarado Bien de Interés Cultural, y mucho encanto rural. Es todo un placer recorrer las estrechas y empinadas callejuelas de esta villa turolense, donde se conservan grandes casas blasonadas, los restos de un castillo, una fuente de estilo gótico e incluso un acueducto medieval.
Son muchos los lugares de interés monumental que recorrer, como la Iglesia de San Miguel, del siglo XIV y estilo gótico; la barroca Iglesia de la Virgen del Agua, del siglo XVII; el antiguo edificio del Ayuntamiento, con soportales; la Ermita de San Macario, del siglo XVIII, o la Ermita de El Llovedor, del siglo XVIII.
Y en el entorno natural de Castellote también nos esperan parajes muy especiales, como las Hoces del río Guadalope, la Almazara de Jaganta, las Grutas de Cristal de Molinos, el Puente Natural de Fonseca o el Embalse de Santolea, que ya ha quedado claro que es un buen lugar para practicar la pesca, pero también lo es para disfrutar de los deportes náuticos y darse un refrescante baño en verano.
