Guía de Albarracín
Considerado como uno de los pueblos más bonitos de España, Albarracín es un lugar único en la comunidad aragonesa, y uno de los mejores destinos de Teruel.
Su privilegiado emplazamiento, sus calles de ambiente medieval, su espectacular entorno natural o su cuidada oferta de alojamiento y restauración son sólo algunos de los motivos que han convertido a la villa de Albarracín en un destino preferente en Teruel.
Se halla a una altura de 1.171 metros, en plena Sierra de Albarracín, que forma parte de de los Montes Universales. Es esta situación la que facilita que el pueblo se pueda ver desde lejos, y según nos acercamos quedaremos totalmente atrapados por sus encantos. Sobre todo si llegamos al atardecer, cuando los últimos rayos de sol se reflejan sobre sus rojizos tejados de teja árabe y sus fachadas de yeso rojo.
Este pueblo turolense de calles adoquinadas y encantadores rincones está considerado Monumento Nacional, y posee la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Forma parte de la Red de los pueblos más Bonitos de España, y además ha sido propuesto por la UNESCO para ser declarado Patrimonio de la Humanidad. Lo tiene todo para una escapada rural perfecta: un bello entorno natural, interesantes lugares de valor histórico, una exquisita oferta de gastronomía, peculiares tradiciones, sugerente artesanía que comprar y buenas propuestas de alojamiento. Te lo contamos en nuestra Guía de Albarracín.
Qué ver en Albarracín
- La Plaza Mayor de Albarracín: acoge el edificio porticado del Ayuntamiento, y es el perfecto punto de partida para recorrer este bello pueblo aragonés.
- El Castillo o Alcazaba: lo podremos ver sobre un gran peñasco en lo más alto de la localidad. Junto con la Torre de la Muela y la del Andador integraban el principal núcleo defensivo de la villa. Sus restos se remontan al siglo X, y todavía se pueden ver las torres defensivas y los aljibes de abastecimiento de agua, además de las excavaciones de varias antiguas viviendas.
- La Catedral: el edificio original se edificó en el siglo XIII sobre un antigua mezquita árabe, aunque el actual se remonta al siglo XVI. El considerado como el monumento más emblemático de la villa es de estilo renacentista, y posee una sola nave con una cubierta con bóveda estrellada y policromada. Se encuentra en la Plaza de la Seo, y se puede visitar con guía a través de la Fundación Santa María.
- La Iglesia de Santiago: ubicada muy cerca de la Plaza Mayor, se empezó a construir a principios del siglo XVII, y fue finalizada en 1726 con el remate de la torre. Posee una sola nave con cubierta de crucería estrellada, y en su interior destacan el retablo renacentista de la Epístola, dedicado a San Sebastián, y el Retablo Mayor, dedicado al Apóstol Santiago. Junto al templo se halla la antigua casa parroquial, actualmente reconvertida en un hotel.
- La Iglesia de Santa María: templo del siglo XVI con influencias góticas y mudéjares. En el interior podremos contemplar destacados retablos y capillas, como la dedicada a la Comunidad de Albarracín.
- Ermita de Santa Bárbara: edificada en 1766, posee muros de mampostería y una bóveda de medio cañón. Una vez dentro comprobaremos que posee una nave única con capillas poco profundas. Llama la atención el balcón volado del coro, y sobre todo la antigua talla del Calvario, que debía formar parte de un ya desaparecido retablo de la escuela hispano-flamenca.
- La Ermita del Santo Cristo de la Vega: su aspecto actual se debe a una reforma de principios del siglo XVIII, que fue cuando se le incorporó la Capilla Mayor y el coro. En su interior no hay que perderse la imagen de la Virgen de la Vega, el objeto más antiguo de Albarracín, del siglo XII, y el Santo Cristo de la Vega.
- El Palacio del Obispo o Palacio Episcopal: se encuentra anexo a la Catedral, con la que se comunica a través de un sobrio claustro. Ambos edificios dan forma al conjunto monumental más destacado de Albarracín. Construido en el siglo XVIII, en su interior se halla el Museo Diocesano.
- El Museo Diocesano: se encuentra en la última planta del Palacio Episcopal, y en él se puede conocer la evolución histórica de la diócesis de Albarracín a través de diferentes paneles expositivos y de diversas piezas y tesoros, como un “pez de cristal de roca” del siglo XVI y de posible procedencia veneciana, que es una de las piezas más importantes de la colección.
- El Museo de la Ciudad de Albarracín: inaugurado en 1990, se encuentra ubicado en el antiguo hospital de la localidad, cuyo edificio es de 1789. Se usó como cárcel del distrito después de la Guerra Civil Española, y tras ser rehabilitado se convirtió en el museo de la villa. Su visita nos servirá para conocer la historia de Albarracín.
- El Museo de Juguetes: emplazado en el barrio del Arrabal, este museo surgió gracias a la pasión por los juguetes de Eustaquio Castellano. Alberga más de cinco décadas de recolección de todo tipo de juguetes, algunos de ellos auténticas rarezas y verdaderas joyas. Entre otros muchos podremos ver recortables, casitas de muñecas, maquetas de trenes eléctricos, caballitos, un zoótropo de 1920, teatros en miniatura, un hipódromo, juegos neolíticos, juegos de tabas...
Atractivos naturales de Albarracín
Albarracín posee uno de los entornos naturales más sorprendentes de Aragón. Entre los parajes naturales más sobresalientes destaca el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno, donde contrastan el verdor de los pinares con el tono rojizo de la piedra de rodeno, una arenisca que abunda en la zona. En sus abrigos rocosos todavía se conservan algunas magníficas muestras de arte rupestre levantino, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En conjunto, la Sierra de Albarracín está repleta de atractivos naturales, como el Salto del Molino de San Pedro en el Vallecillo, la Cascada de Calomarde, el Barranco Hondo, los Ojuelos del Río Cabriel o las lagunas de Noguera, Bezas o Rubiales.
Y no hay que olvidar que los alrededores de esta población turolense poseen una gran riqueza de setas y hongos, lo que ha dado origen al Parque Micológico de la Comunidad de Albarracín. En él encontraremos una gran variedad hábitats, todos ellos ideales para la producción de setas. Encontraremos magníficos ejemplares en los pinares, en los rebollares, en los quejigares silíceos o en los húmedos pastizales.
Mar Nummus Dinópolis
Albarracín acoge una subsede de Territorio Dinópolis dedicada al mundo de los fósiles y a los mares prehistóricos. Se trata de Mar Nummus, que se inauguró en el año 2008. Y es que hace más de 150 millones de años, toda la Sierra de Albarracín estaba cubierta por el Mar de Tethys, el precursor del actual Mediterráneo. En este centro podremos contemplar una interesante y variada muestra de los fósiles de los seres que vivieron en este inmenso mar, como cocodrilos, esponjas, ammonites… También nos enseñan cómo se origina un fósil, que es la herramienta de la que se sirven los paleontólogos para estudiar cómo era la vida hace millones de años.
Nos sorprenderemos con un ejemplar del mayor depredador que se conoce, el impresionante Liopleurodon, un gigantesco reptil que vivió en los mares jurásicos. La mayor parte de los fósiles hallados en la Sierra de Albarracín son invertebrados marinos, pero también se han hallado algunos restos de vertebrados, tanto marinos como continentales. Es el caso de algunos tipos de peces, un cocodrilo marino y otros reptiles marinos.
Mar Nummus Dinópolis se encuentra en el Camino de Gea s/n, y se puede visitar por libre o a través de una visita guiada. El horario es de 10:30 a 14:30 horas, y de 16:00 a 20:00 horas. La visita suele durar entre 45 minutos y una hora.
Comer e ir de compras en Albarracín
Uno de los mejores planes en Albarracín consiste en darse un buen homenaje gastronómico a base de algunas de las mejores exquisiteces aragonesas, como el ternasco de Aragón, la caldereta de cordero, el estofado de ciervo, las sopas de ajo, los huevos con jamón, el gazpacho de pastor, el conejo escabechado, las gachas, las migas con uvas, las farinetas o las truchas al vino. De postre os proponemos las almohábanas de ben Razin, un exquisito dulce de origen musulmán, y los “suspiros de amante”, y no hay que dejar de probar el rico pan que se elabora en el pueblo.
Para comprar y llevarnos a casa de vuelta, en Albarracín encontraremos tiendas de regalos y de artesanía donde adquirir objetos realizados en forja y en madera, recuerdos de la localidad o bisutería de artesanía.
También podremos comprar productos gourmet, como Jamón de Teruel, curado en Bronchales, a 1.573 metros de altitud; quesos de la sierra hechos con leche de cabra y de oveja; embutidos de caza, especialmente de ciervo y de corzo; patés, mermeladas, escabeches, conservas de cerdo, pastas y dulces...
Albarracín en fiestas
- San Antonio Abad: el día 17 de enero se festeja en Albarracín a San Antón, patrón de los animales, con hogueras repartidas por toda la localidad, en torno a las cuales se come, se bebe y se festeja.
- Semana Santa: como sucede con la mayoría de las Semanas Santas Aragonesas, la sobriedad, austeridad y el silencio respetuoso de las procesiones sólo se interrumpe con el sonar de tambores y bombos. Entre las procesiones destacan la del Jueves Santo, que sale desde la Iglesia de Santa María, y la procesión del Vía Crucis del Viernes Santo. El Domingo de Resurrección se celebra en la Iglesia de Santiago la Pascua del Señor.
- Los Mayos: esta celebración, que tiene lugar el día 30 de abril, recuerda la tradición de rondar a las mozas casaderas cantándoles coplas, ataviados con los trajes tradicionales y acompañados de guitarras y bandurrias.
- Corpus Christi: fiesta religiosa que acontece 60 días después del Domingo de Resurrección, entre los meses de mayo y junio. Se trata de una tradicional procesión que en la actualidad llevan a cabo la cofradía del Santísimo Cristo de la Vega y los niños que han recibido durante el año la primera comunión, además de la corporación municipal. Es un buen momento para ver uno de los trajes típicos más peculiares de la villa, el de los maceros.
- Fiesta de la Virgen del Carmen: tiene lugar en torno al 16 de julio, y se celebra con una solemne procesión que recorre el pueblo. Parte de la Iglesia de Santiago, y pasa por la Plaza Mayor, el Portal de Molina, la Plaza de la Comunidad o la calle de la Virgen del Carmen.
- Fiestas Patronales en honor de Santa María y del Cristo de la Vega: se celebran en torno al 8 de septiembre, y duran una semana. Incluyen animadas verbenas nocturnas con actuaciones musicales, conciertos, pasacalles, charangas, cabezudos acompañados por dulzainas…
Aparcar en Albarracín
El centro histórico de Albarracín está integrado por calles bastante estrechas, en las que apenas se puede aparcar, y por eso el Ayuntamiento ofrece a sus visitantes hasta cinco puntos de aparcamiento regulado en el entorno de la localidad. Podremos escoger donde dejar nuestro vehículo en función de lo que vayamos a hacer o de la ubicación de nuestro alojamiento.
Los aparcamientos son el Estacionamiento de San Antonio, que tiene 401 plazas; el Estacionamiento de la Calle San Antonio, con 38 plazas; el Estacionamiento de la Calle Puentes, con 30 plazas; el Estacionamiento del Parque Municipal, con 40 plazas, o el Estacionamiento de la Calle Los Palacios, con 30 plazas.
Cada zona de aparcamiento precisa de un ticket de estacionamiento que se puede adquirir en las máquinas habilitadas a tal efecto en cada una de estas áreas, y cuya cuota está determinada por el tiempo que el vehículo permanezca estacionado dentro de dicha zona. Se pueden conocer las tarifas actualizadas de aparcamiento a través de la web del Ayuntamiento de Albarracín.