Albarracín, ciudad eterna

Los rincones de Albarracín captarán tu atención ya que disfrutar de la sencillez de un paseo por una senda fluvial o perderse por las calles de lo que parece un plató listo para rodar una superproducción medieval, aquí es infinitamente más fácil de lograr que en cualquier otro lugar del mundo.

Calles estrechas, serpenteantes y empedradas, caprichosas construcciones salpicadas de bonitos balcones de forja y madera tallada, diminutas y curiosas ventanas –que seguramente encierren múltiples historias tras los visillos que las visten–, todo sin aparente orden ni con cierto pero con un inolvidable encanto que hace mágico, especial y sobre todo diferente cada paseo por el pueblo.

Albarracín, retazos de historia tras una muralla

Si os parece comenzaremos, como siempre nos gusta hacer, dando unas pequeñas pinceladas de historia que nos conduzcan a la razón de ser de está ciudad medieval. Su ubicación estratégica fue la que convirtió a Alabarrracín en un lugar primordial a la hora de buscar sitios de fácil defensa. Y es que en un tiempo en el que la planificación defensiva era básica para la supervivencia, Albarracín ofrecía la garantía de protección a sus moradores. Al otro lado de la fortaleza los habitantes respiraban una agradable sensación de bienestar y paz, sabedores de que cada piedra de la muralla y cada soldado apostado en las torres, velaban por su seguridad.

Conservado casi perfecto, Albarracín es uno de esos lugares donde parece que el tiempo se detuvo y todo permanecía a la espera de tu llegada. Vas a tener complicado elegir tu rincón favorito a la hora de rememorar recuerdos; su muralla, visitable en parte, no da opción a dudas, sí o sí tienes que verla. El Alcazar de Albarracín, lo verás en el mismo punto. La Plaza Mayor, justo en el centro del pueblo, alberga el edificio del Ayuntamiento, varias construcciones emblemáticas y un balcón (de esos tan bonitos que te comentaba antes) que tampoco puedes perderte.

Ya ves que aquí todo es bonito y es que por algo, Albarracín está considerado como uno de los pueblos más bellos de España, desde luego razones no le faltan.

Migas y ternasco ¿Comemos?

En el menú albarracinense encontramos jamón de Teruel, migas, Ternasco de Aragón o Cabrito lechal de la Sierra de Albarracín, setas o deliciosas verduras como la borraja (en temporada), jerigota –que es una especie de pisto típico de Albarracín–, platos de caza etc.

De postre, la recomendación es que preguntéis por los ’suspiros de amante’ o por las ’almojábanas’ (un dulce típico de la sierra) y en el apartado ‘para llevar de vuelta a casa’ os proponemos los quesos o embutidos de la sierra o cualquiera de los escabeches y conservas aragonesas, que harán que el fin de vuestras vacaciones sea mucho más alegre.

Tradición culinaria serrana o tapeo de calidad, elige tu formula favorita y recupera fuerzas para continuar con el paseo porque seguro que aún no has descubierto todos y cada uno de los fascinantes rincones que te propone esta preciosa localidad turolense.