Las cuatro juderías más importantes de Andalucía
Patrimonio, arquitectura, historia, arte y cultura se unen en el legado sefardí de Andalucía. Descubre las cuatro ciudades andaluzas más destacadas por su pasado hebreo, verdaderas joyas del pasado.
En la Andalucía medieval, los judíos formaron una de las comunidades más prósperas del momento. A día de hoy todavía permanece un rastro imborrable de su legado en Sevilla, Córdoba, Lucena y Jaén. Cuatro hitos del patrimonio sefardí que no te puedes perder.
La presencia de los judíos en la vida social, política, religiosa y cultural en estas ciudades es, sin lugar a dudas, un atractivo turístico que forma parte del patrimonio de la historia de Andalucía. La judería de Sevilla todavía se conserva estupendamente y Córdoba tiene el lujo de poder contar con la única sinagoga hebrea de toda la comunidad andaluza.
La judería de Sevilla
La de Sevilla es una de las juderías más antiguas de la Península Ibérica. Su época de mayor esplendor fue en el siglo XIII y llegó a tener tres sinagogas, que actualmente son Santa María la Blanca, San Bartolomé y otra que estaría en la Plaza de la Santa Cruz. En la calle de la Judería todavía pueden contemplarse el arco y el torreón que formaban parte de la puerta que daba acceso al barrio judío desde el Alcázar.
La judería sevillana abarcaba mucho más que el barrio de Santa Cruz, aunque este formara una de las partes y contara con tres de las calles más importantes: la de la judería, como ya hemos dicho, la del Agua y la de la Vida. Otros de los lugares más interesantes de recorrer son la Plaza de Santa Cruz, la calle Cruces, en la que numerosas cruces están incrustadas en las paredes, o el Palacio de Altamira, levantado tras el asalto a la judería de 1931 y que fue restaurando en 1999.
La judería de Córdoba
La cultura judía vivió en Córdoba su época de mayor esplendor durante la dominación musulmana, aunque su origen se remonte a los tiempos del Imperio romano. Fue además cuna del reconocido médico y filósofo judío Maimónides, cuya estatua de bronce preside la plaza de Tiberíades, y forma parte del conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994. Para conocer la vida y la historia de la comunidad judía en esta ciudad lo mejor es visitar la Casa del Judío, la calle de los Judíos, el cementerio, la sinagoga como único testimonio de la arquitectura religiosa hebraica o la Casa de Sefarad.
Este barrio tiene el trazado típico urbanístico islámico con dos calles transversales centrales, así como calles laberínticas. La mayor parte de la herencia sefardí se encuentra entre la Puerta de Almodóvar, la Mezquita-Catedral y el Palacio Episcopal. Como curiosidad, puedes saborear la cocina tradicional sefardí en Casa Mazal, una casa-patio en plena judería con platos típicos y cocina kosher.
La judería de Lucena
Su enclave fue conocido entre los siglos IX y XII como la perla de sefarad. Algunos de los judíos más reconocidos por la historia como Jehudá ha Leví o Maimónides vivieron en esta ciudad, entre otros motivos, porque contó durante años con una afamada academia de estudios en la que se estudiaba el Talmud, el libro que contiene la tradición, ceremonias, preceptos y doctrinas de la religión judía.
Pero si por algo destaca Lucena es por tener el cementerio judío más grande y mejor conservado de Europa, del que se documentaron más de 300 tumbas en 2006. Este hecho ha convertido a la localidad en un centro de peregrinaje constante de judíos provenientes de todo el mundo. Antiguamente se llamó Eliossana y era una ciudad habitada intramuros exclusivamente por judíos que todavía hoy conserva restos de ese legado en monumentos y calles rotuladas en hebreo y castellano, algunas palabras todavía vivas, las tradiciones e incluso la gastronomía.
La judería de Jaén
Tal vez la de Jaén también sea, junto con la de Sevilla, una de las comunidades judías más antigua en tanto que una de las primeras referencias que se hacen de ella se remonta a los primeros años del siglo VII, concretamente al 612, cuando el rey visigodo Sidebuto prohibió por ley que los judíos tuviesen esclavos cristianos. Seguramente, y ante este documento legal, se tratara de una gran comunidad establecida ya desde época romana.
Entre las calles Martínez Molina y Huertas del casco histórico de la ciudad se encontraba la antigua judería. En esta zona puede visitarse el Monasterio de Santa Clara, antigua sinagoga de la que todavía se conserva un muro, o la Santa Capilla de San Andrés, cuyo uso anterior también pudo ser el de sinagoga. Los baños árabes, de los cuales una zona estaba destinada a los judíos, o la Puerta de Baeza de las murallas, que era la que daba acceso a la judería, son otros de los puntos de referencia a los que poder acudir para conocer más de cerca esta antigua comunidad.
