Visita a la Catedral de Sevilla
Considerada Patrimonio de la Humanidad, la Catedral de Sevilla es uno de los principales y más representativos monumentos de la capital hispalense.
Cuando se piensa en la ciudad de Sevilla, lo primero que nos viene a la mente son monumentos como su famosa Giralda, o lugares como la Plaza de España y el barrio de Triana. Pero hay un monumento que los sevillanos adoran, aunque no es tan conocido por los que visitan la ciudad. Hablamos de la Catedral de Sevilla.
Dedicada a la advocación de Santa María de la Sede, todos los días se puede escuchar misa en esta catedral, que además es el principal foco de atención en celebraciones tan señaladas como el Corpus, la Inmaculada o la festividad de la Virgen de los Reyes, que se celebra el 15 de agosto, coincidiendo con la festividad de Santa María de la Asunción o de la Sede.
Declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 1987, la catedral sevillana está considerada por su tamaño como la catedral gótica más grande del mundo, además de ser el tercer templo cristiano, por detrás de San Pedro en Roma y San Pablo en Londres. El 25 de julio de 2010 también fue nombrada Bien de Valor Universal Excepcional.
Historia de la Catedral de Sevilla
El origen de la Catedral de Santa María de la Sede se remonta al año 1401, cuando se cree que comenzó a construirse sobre el solar que ocupaba la antigua Mezquita Aljama de Sevilla. De esta mezquita sólo se conservó su alminar, que es la popular Giralda, y el Patio de los Naranjos.
En el año 1506, con la colocación de la última piedra en la parte más alta del cimborio, se dio por terminada su construcción, aunque en realidad se continuó trabajando en ella, tanto exteriormente como en el interior, durante varios siglos. También tuvo que ser restaurada tras los daños que sufrió durante el terremoto de Lisboa de 1755.
Para la construcción de la catedral llegaron desde Europa varios maestros canteros, como el francés Maese Carlín (Charles Galter), que ya había participado en otras grandes catedrales góticas europeas. También hubo grandes arquitectos españoles que intervinieron en su construcción a lo largo de su historia, como Martín de Gainza, Asensio de Maeda, Diego de Riaño o Hernán Ruiz, siendo este último el responsable del último cuerpo de la Giralda. En 2008 tuvo lugar la última restauración, que consistió en sustituir los 576 sillares que integraban uno de los grandes pilares que sustentan el templo por nuevos bloques de piedra de mayor resistencia.
Qué ver en la Catedral de Sevilla
Son varias las construcciones que integran la Catedral de Sevilla. La primera es el gran templo de cinco naves orientado hacia Levante por su origen musulmán. En su enorme nave central se halla el coro, rodeado por espectaculares órganos, además de la Capilla Mayor, que tiene cuatro plantas y alberga el retablo mayor. Otros lugares destacados son la nave de San Fernando, el crucero, el trascoro o la impresionante Capilla Real, donde se encuentra la imagen gótica de la Virgen de los Reyes, patrona de Sevilla.
Hay una segunda construcción integrada en el conjunto de la catedral, la Giralda. Se trata de una torre campanario, aunque en su origen era el alminar de la mezquita Mayor almohade de Isbiliya.
El conjunto catedralicio se completa con el Patio de los Naranjos, que se añadió para tener la función de claustro de la catedral. Antiguamente era el sahn o aljama de la antigua mezquita, pero hoy en día es uno de los anexos más populares de la catedral sevillana, aunque no posea ningún sentido religioso.
