Aznalcázar, un antiguo pueblo sevillano junto a Doñana
El pueblo sevillano de Aznalcázar tiene una gran parte se su término municipal dentro del humedal más grande de Europa, el Parque Nacional de Doñana.
A sólo 25 kilómetros de la ciudad de Sevilla se halla el bonito pueblo andaluz de Aznalcázar. Situado en una zona alta, entre las Marismas del Guadalquivir y el Aljarafe sevillano, y junto al río Guadiamar, es un destino perfecto para los amante de la naturaleza y los aficionados a la arqueología, ya que en esta zona se han hallado importantes y valiosos vestigios.
El municipio contó en su pasado con una destacada presencia romana, y de ello dan fe monumentos como el Puente Romano sobre el río Guadiamar o el Recinto Amurallado.
La villa se halla junto a varios Espacios Naturales Protegidos, como el Parque Nacional de Doñana, al que se puede acceder desde el mismo pueblo; el Corredor Verde del Guadiamar o los Pinares de Aznalcázar y Puebla. Te recomendamos visitar el Centro de Visitantes del Parque Nacional, que lleva el nombre de J. A. Valverde.
Qué ver en Aznalcázar
La visita a este pueblo sevillano comienza en la Iglesia de San Pablo, un bonito templo de estilo gótico-mudéjar de finales del siglo XIV o principios del XV. Paseando por el municipio veremos varios edificios antiguos, como la Casa Grande, del siglo XVI, que alberga el Ayuntamiento. De un siglo después es la Fuente Vieja, una fuente pública de finales del XVIII que está decorada con azulejos. También se conservan en la localidad cuatro cruces que cuentan con varios siglos de antigüedad, y que están situadas en los accesos a la población.
Mención a parte merecen los restos romanos, como el Puente Romano que hay sobre el Río Guadiamar. Se hundió en el año 1821, pero todavía quedan varios arcos visibles de los catorce que existían hasta el siglo XIX.
Una gran parte de los vestigios romanos se hallan en el Cerro del Alcázar, en la zona más alta de Aznalcázar. Allí se encuentran los restos de la fortaleza que da nombre a la localidad, los cimientos de algunas viviendas y varias construcciones subterráneas.
Qué comer en Aznalcázar
La gastronomía es otro de los atractivos de este singular pueblo sevillano. A pesar de ser una zona en la que suelen primar los días soleados y cálidos, aquí gustan, y mucho, los platos de cuchara, como cocidos, potajes y pucheros. Entre las recetas más populares se encuentran los garbanzos con tagarninas, los chícharos con conejo, la caldereta de liebre o los alcahuciles.
En los pinares que hay junto al municipio se suelen encontrar, entre noviembre y diciembre, buenos ejemplares de níscalos, unas ricas setas que aquí son conocidas como gurumelos. Aquí las preparan al ajillo, asadas, a la plancha o con arroz, entre otras posibilidades. También abunda en el término municipal la caza menor, como conejos, liebres y zorzales, cuyas carnes están muy presentes en la cocina local.
Todavía existe en la localidad la tradición de elaborar licores caseros con frutos de la zona, que podrás probar y comprar en el bar restaurante La Cancela Verde, que se encuentra en el número 6 de la Plaza Cruz de Navarrete. También son muy típicos de aquí los vinagres de yema, que maceran con plantas aromáticas locales.
Y no hay que olvidar que, durante nuestra estancia en Aznalcázar, gran parte del suelo que pisemos está considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el que pertenece al Parque Nacional de Doñana.
