Escapada al pueblo segoviano de Santo Tomé del Puerto
El pequeño pueblo segoviano de Santo Tomé del Puerto ha formado parte de algunos grandes momentos de la historia, y hoy en día es un enclave ideal para llenar de buenos momentos una escapada de fin de semana.
Tomando la carretera A-1 desde Madrid, en dirección a Burgos, el primer pueblo segoviano que nos encontramos tras cruzar el Puerto de Somosierra es Santo Tomé del Puerto. A este municipio, que dista 57 kilómetros de la ciudad de Segovia, pertenecen también las poblaciones segovianas de Villarejo, Rosuero, La Rades del Puerto, Siguero y Sigueruelo.
Según cuentan, fue en esta zona donde tuvo lugar, a finales del XIII, la ultima batalla contra los moros que todavía permanecían en Castilla. Además, en el año 1808, las tropas francesas que participaron en la Batalla de Somosierra partieron desde Santo Tomé.
Además de un serrano entorno natural, próximo al Nacimiento del Duratón, el río que luego en su trayecto origina unas espectaculares hoces, esta localidad castellano-leonesa cuenta con un gran patrimonio histórico-monumental, integrado, sobre todo, por antiguas iglesias y ermitas. No faltan en el pueblo varios hoteles y casas rurales, restaurantes donde degustar buena cocina castellana y un par de pastelerías. Junto con los muchos planes que se pueden realizar, en Santo Tomé del Puerto contamos con todo lo necesario para poder disfrutar de un buen fin de semana de turismo rural.
Qué ver en Santo Tomé del Puerto
El pueblo de Santo Tomé gira en torno a su gran plaza, en la que se encuentra la Iglesia de la Natividad de Nuestra Señora, de estilo barroco. Antaño hubo también en la población un convento, el de la Orden, del que actualmente sólo quedan en pie la torre y alguna pared de la iglesia. Quedan también buenas muestras de patrimonio etnográfico, como una antigua fragua con su fuelle original.
Se puede hacer también un recorrido monumental por las poblaciones que pertenecen al municipio, y que incluiría la Ermita de San Juan Bautista de Rosuero; la Iglesia de San Sebastián y el Toril de Sigueruelo; la Ermita de Nuestra Señora de la Varga, en Siguero; la Iglesia de Nuestra Señora Natividad y la Fragua, en Villarejo, y la Ermita de Santa Ana, en La Rades del Puerto.
No le falta un buen patrimonio natural a Santo Tomé, en el que destacan parajes como las Riberas del Río Duratón, el Área Recreativa Los Bonales, la Cañada Real Soriana, la Senda del río Caslilla o la Enebra de Siguerulo, que es una enorme sabina, o enebro, cuya edad se cifra en torno a los 400 ó 500 años.
Qué hacer en Santo Tomé del Puerto
Las posibilidades que ofrece Santo Tomé del Puerto para los aficionados a la naturaleza y a la aventura son numerosas. Desde tranquilas rutas de senderismo a jornadas de esquí en la cercana Estación de La Pinilla, pasando por la práctica del vuelo sin motor, ya que hay un aeródromo preparado para la práctica de este deporte junto a la autovía de Madrid-Burgos.
Si viajamos en familia, hay un centro de turismo, la Granja El Enebral, donde mayores y pequeños pueden convivir con la naturaleza y con los animales de la granja. Otro buen plan en familia es el que ofrece el Parque Recreativo La Dehesa, un paraje rodeado de robles donde hay una piscina con vestuarios, un parque infantil, zona de aparcamiento y un chiringuito donde preparan buenas paellas.
Y si lo que te va es coronar cumbres, justo frente a Santo Tomé del Puerto se encuentra la Peña Cebollera, que tiene 2.129 metros de altitud. También se encuentra en la zona el Pico del Lobo, que con 2.274 metros es la montaña más elevada de la Sierra de Ayllón, en el Sistema Central.