Ruta por los pueblos de colores, en Segovia

Segovia, a pesar de la belleza que nos ofrece por su arquitectura tiene algunos atractivos más escondidos pero que sin duda merecen la pena visitar. Un ejemplo de ello es la ruta de los pueblos de colores de los que hablaremos hoy.

Se tratan de diversos pueblos pertenecientes a la provincia de Riaza y que llaman la atención por su arquitectura, construida con materiales producidos en la zona y que hace que los edificios tomen colores rojos, amarillos y negros. A continuación haremos un pequeño recorrido por cada uno de estos pueblos y conoceremos todas sus peculiaridades.

Pueblos amarillos

En estos pueblos predomina el color amarillo y ocre porque el material usado para su construcción es rico en cuarcita, lo que les confiere este color, material que se saca de la zona de la sierra de Ayllón. A esta serie de pueblos conocidos como los pueblos amarillos pertenecen dos localidades, Alquité y Martín Muñoz de Ayllón.

• Alquité

Este es quizás uno de los pueblos más pequeños de España, ya que tiene censado solo 4 habitantes pero aún así tiene su encanto y merece la pena hacer una parada en nuestra ruta por los pueblos de colores. Además destaca la iglesia románica de San Pedro, que data del siglo XII.

• Martín Muñoz de Ayllón

En este pueblo segoviano tampoco aumenta el censo, y es que al igual que su vecino Alquité, tiene censados solo 4 habitantes, al igual que Alquité el elemento que más destaca es su iglesia de San Martín, patrón del pueblo.

Pueblos rojos

El color rojizo que adquieren las construcciones de esta serie de pueblos, al igual que los amarillos es debido a la composición geológica de los materiales del terreno. Están situados en una sierra rica en arcillas, las cuales tienen un alto contenido en hierro que al oxidarse le confieren este color rojizo. A la ruta de los pueblos rojos pertenecen las localidades de Villacorta y Madriguera.

• Villacorta

Es uno de los pueblos más altos de toda la ruta, pues se encuentra situado a una altitud de unos 1090m, además de su peculiar arquitectura rojiza, destaca, como no, por su iglesia de Santa Catalina y por algo que suele sorprender a todas las personas que lo visitan, la cantidad de gatos que podemos encontrarnos por sus calles.

• Madriguera

Es el pueblo con más habitantes de toda la ruta de los pueblos de colores, 20 habitantes, y quizás el más emblemático, ya que sus casas rehabilitadas le dan un encanto especial a sus calles, que junto con su iglesia de San Pedro se han convertido en el destino de algunos viajeros que se hospedan en sus casas rurales para desconectar un poco del estrés del día a día.

Pueblos negros

La última parada en la ruta de los pueblos de colores es en los pueblos negros, en los que predomina el uso de la pizarra en sus construcciones, material que les confiere este material negro. El contraste de los edificios negros con el paisaje nevado crea un paisaje único que es un auténtico regalo para la vista.

La ruta de los pueblos negros cuenta con algunos más que el resto Negredo, Becerril, El Muyo y Serracil. Todos ellos cuentan con sus iglesias, que suele ser el edificio más emblemático de cada uno de ellos. Al igual que el resto son pueblos con muy poca población (20 habitantes el que más) y a veces cuando estamos paseando por las calles de algunos de estos pueblos da la sensación de que estamos completamente solos.

Algo curioso que podemos observar en este tipo de rutas es la importancia que ha tenido la religión en toda la historia de España, que incluso en pueblos tan pequeños, todos y cada uno de ellos tienen su iglesia.

Sin duda la ruta de los pueblos de colores es algo que merece la pena hacer en nuestro paso por Segovia, se puede hacer en una mañana y al terminarla podemos darnos un homenaje con la gastronomía de la zona, una de las más ricas de España.