Las plazas más importantes de Salamanca
La belleza de Salamanca no tiene límites, es un destino muy bien valorado por turistas nacionales e internacionales. Te animamos a que encuentres en sus plazas una muestra de su perfección.
El valor histórico y artístico de Salamanca parece no tener límites, siempre quedará un museo o un monumento por visitar, un rincón en el que encontrar una pequeña muestra de belleza o una plaza a la que acudir, sin importar las veces que hayas ido.
Por eso, sus plazas son un punto más que obligado de visita, porque son animados focos de la vida social de la ciudad, tanto para los vecinos como para los turistas; pero también por la cantidad de tesoros arquitectónicos que poseen.
La plaza de Anaya
Esta plaza es un lugar de paso obligado para todos los visitantes de la ciudad, ya que se encuentra entre las Catedrales de Salamanca y el Palacio de Anaya. Además, cuenta con unos bonitos jardines que sirven también como una zona de descanso ideal entre visita y visita en la ciudad. Tuvo su origen cuando el general francés Thiebault quiso instalar aquí su cuartel general durante la Guerra de Independencia y derribó las Casas del Cabildo para tener mejor visión de la Catedral, así quedó despejado el terreno, que es en el que ahora están los jardines.
A uno de los lados de la plaza de Anaya está la Catedral Nueva de Salamanca. Es una de las últimas catedrales góticas construidas en España y, en concreto, a esta plaza da la fachada norte, en la que se puede ver la conocida figura del astronauta entre toda la decoración medieval. Frente a ella está el Palacio de Anaya, que alberga actualmente la Facultad de Filología y que fue el Colegio Mayor de San Bartolomé. A su izquierda, está la iglesia de San Sebastián, que era la antigua capilla de este colegio mayor, y a la derecha la Hospedería de Anaya, que sirvió de alojamiento para los estudiantes con menos recursos. Cabe destacar que todo este conjunto fue declarado Bien de Interés Cultural.
La plaza del Concilio de Trento
Se dice de ella que es de las plazas más bonitas de Salamanca, en parte, por estar rodeada de algunas de las construcciones religiosas más importantes de la ciudad, como el Convento de San Esteban, con una majestuosa fachada plateresca, y que ha sido alojamiento de personajes tan ilustres como Cristóbal Colón o Santa Teresa de Ávila. Es un edificio del siglo XVI y su estilo abarca referencias de finales del gótico y del renacimiento. De hecho, su pórtico, que representa el martirio de San Esteban, es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura del renacimiento en el último tercio del siglo XVI.
Esta céntrica plaza también da acceso al Convento de Santa María de Las Dueñas o al Palacio de Castellanos, que se ha visto modificado a lo largo de los años, pero que todavía conserva ese aire de estilo mudéjar de sus comienzos. Probablemente su claustro sea el elemento que mayor interés despierta en el visitante, pues posee una gran armonía pese a su forma pentagonal. En la parte inferior tiene arcadas decoradas con medallones y en la superior, los capiteles de las columnas tienen esculpidas formas vegetales, figuras fantásticas, animales, etc. Una maravilla de conjunto.
La plaza Mayor
Esta plaza es uno de los símbolos de Salamanca, incluso se podría decir que de España, por su belleza y armonía. No en vano, fue declarada Monumento Nacional en 1935. Inició su construcción el arquitecto Alberto Churriguera en la primera mitad del siglo XVIII, y sigue una de las líneas más recargadas del barroco. Los primeros lados que se edificaron fueron el este, con el Pabellón Real y medallones de los reyes de España, y la sur, conocida como fachada de San Martín. Tras varios años con las obras paradas, se reanudaron en 1750, esta vez bajo las órdenes del arquitecto Andrés García de Quiñones. En esta fase se añadió la parte norte, con el Ayuntamiento de Salamanca, y la oeste, la fachada de Petrineros.
Todo el conjunto forma un cuadrilátero de más de 6.000 metros cuadrados. Sujetan todos sus porches 88 arcos de medio punto, en los que hay locales comerciales y de restauración, entre los que encontramos Café Novelty, el más antiguo de Salamanca. Llaman la atención las cuatro esculturas alegóricas de la Casa Consistorial, que representan a la agricultura, la industria, la música y la poesía.