La Villa Condal de Miranda del Castañar, una histórica localidad en Salamanca
La provincia de Salamanca alberga poblaciones que son grandes tesoros a nivel histórico y cultural. Es el caso de Miranda de Castañar, de pasado esplendoroso.
Situado al sur de la provincia de Salamanca, cerca de Béjar y en la sierra de Francia, se encuentra Miranda del Castañar, un bello pueblecito que se levanta sobre un promontorio rocoso al que circundan los ríos San Benito y Francia. Se caracteriza por tener calles estrechas, construcciones de mampostería y madera, casas blasonadas en piedra y estar rodeada de sólidas murallas. Su casco histórico fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1973.
Está catalogado como uno de Los Pueblos Más Bonitos de España desde 2017 y, considerando su patrimonio cultural e histórico, pasear por su casco antiguo es trasladarse en el tiempo hasta ese pasado medieval que envuelve cada rincón de la localidad. El recinto amurallado, en el que sobresalen las torres del homenaje de su castillo y la de las campanas, aún conserva sus cuatro puertas.
La historia de Miranda del Castañar
El nacimiento de la población se sitúa en el siglo XII con la orden Hospitalaria de Jerusalén, también conocida como la Orden de Malta, aunque se consolida tras la repoblación que en 1254 realizó Alfonso IX de León con gallegos traídos desde Compostela. Hay constancia que en 1282 era señor de Miranda el infante Pedro, hijo de Alfonso X el Sabio y Violante de Aragón.
El rey Enrique IV, en 1457 creó el condado de Miranda del Castañar a favor de su hijo Diego López de Zúñiga y, en el siglo XIX, pasó a la Casa de Alba por el matrimonio entre la XVIII condesa de Miranda del Castañar y el XV duque de Alba. En 1833, a la creación de las actuales provincias, Miranda de Castañar pasa a integrarse en la de Salamanca.
De su pasado histórico y de su influencia en el desarrollo de la comarca durante la época medieval nos hablan sus calles, casas, puertas, pasadizos y, cómo no, la muralla que rodea esta localidad salmantina de casi 900 años de antigüedad. Con algo más de 600 metros, la muralla comienzó a construirse a principios del siglo XIII y se encuentra prácticamente intacta y completa, incluyendo sus cuatro puertas, cada una orientada a un punto cardinal.
Qué ver en Miranda del Castañar
Uno de los principales legados que nos presenta Miranda del Castañar es su castillo, uno de los mejor conservados de la provincia. Comenzó a construirse el siglo XIV y se levanta sobre una planta de trapecio irregular, ocupando el lugar de un antiguo castillo del siglo XII. Al igual que la muralla, se encuentra en perfecto estado de conservación. Uno de los elementos de mayor interés del castillo es su torre del homenaje, de planta cuadrada y que junto con la torre del campanario definen una silueta típica de la población.
En pleno siglo XV la familia Zúñiga se estableció en Miranda del Castañar e hicieron de ella una Villa Condal donde se desarrollaba toda la vida social y económica de la zona. Llegaron a habitarla más de tres mil vecinos y, de aquellos años de bonanza, se pueden observar los escudos, blasones y bellas casas como las del Escribano, la de los Tejada o la de las Carnicerías. Catalogados más de 50, la mayoría tienen su origen en el siglo XVII y XVIII. El antiguo patio de armas del castillo de Zúñiga, actual plaza situada frente al castillo y construida en el siglo XVI, está preparada para convertirse en plaza de toros. Se trata de la segunda plaza de toros más antigua de España, detrás de la de Béjar, y la más antigua en cuanto a su forma cuadrada. También se la conoce por el nombre de Coso Taurino.
Siguiendo por las calles de la villa, encontraremos la iglesia parroquial de Santiago y San Ginés de Arlés. Se trata de una construcción sencilla de estilo gótico construida entre los siglos XIII y XIV. De techo mudéjar, destacan dos sepulcros góticos y una Piedad hispano flamenca. También la sede del actual Ayuntamiento destaca por su interés histórico. Se trata de la Alhóndiga, sitio real donde se compraba o se vendía y se almacenaba el grano, fue construido a finales del siglo XVI. Además, se conservan dos ermitas: la del Cristo del Humilladero a la entrada de la población y la de la Virgen de la Cuesta, patrona de la localidad y situada fuera del recinto amurallado. Ésta última la encontraremos muy bien conservada, sus paredes albergan un puro estilo románico de piedra con mampostería y techo a dos aguas y ofrece unas espléndidas vistas a la Peña de Francia.