Ciudad Rodrigo un destino único repleto de historia, cultura y naturaleza
Salamanca es una provincia con mucho por descubrir. La ciudad amurallada de Ciudad Rodrigo es un lugar fantástico en el que adentrarse en la historia y viajar al pasado.
Declarada Conjunto Histórico Artístico desde 1944, Ciudad Rodrigo se encuentra situada al suroeste de la provincia de Salamanca, a algo más de ochenta kilómetros de la capital y a pocos kilómetros de la frontera portuguesa por el oeste. Catalogado como uno de los Pueblos Más Bonitos de España desde el año 2016, nos hallamos ante una plaza fortificada cuyos muros encierran un rico patrimonio de edificios civiles y religiosos entre los que destaca su catedral y su castillo.
Bañada por el río Águeda, se localiza sobre un cerro rocoso que parece que ya estuvo poblado desde el Paleolítico, y constituye uno de los principales destinos turísticos salmantinos. Su legado patrimonial y monumental, su patrimonio religioso, su especial Carnaval, declarado de Interés Turístico y Nacional y su gastronomía hacen de Ciudad Rodrigo un lugar especial que no debemos dejar de visitar. Además, su posición geográfica la convierten en un lugar privilegiado para el contacto con la flora y la fauna ya que disfruta de un clima ligeramente más cálido que el de la zona central de la provincia de Salamanca.
Historia de Ciudad Rodrigo
Debido precisamente a su situación, la historia de Ciudad Rodrigo trascurre a lo largo de los siglos ya que sus condiciones geográficas la señalan como lugar idóneo para el desarrollo de numerosas sociedades. Ya desde el Paleolítico Inferior se tienen noticias de ocupaciones humanas. Grabados rupestres, megalitos, dólmenes y numerosos yacimientos dan cuenta de los distintos asentamientos prehistóricos en la ciudad y sus alrededores. De la Edad del Bronce también se conserva el conocido como el verraco del puente, una escultura zoomorfa de granito que se puede ver en la Plaza del Castillo.
Como primitivo castro vetón, fue conquistado por los romanos que dejaron tres columnas monumentales que podemos ver a la entrada a la ciudad y que forman parte del escudo heráldico de Ciudad Rodrigo. Sufrió invasiones bárbaras que la destruyeron, invasiones árabes que también la asolaron y tras un intento de repoblación por parte de Alfonso VI encargado al Conde Don Rodrigo, de ahí su nombre, no pudo ser repoblada definitivamente hasta el año 1161 por Fernando II de León, haciendo de ella un bastión contra los musulmanes y contra el reino portugués.
La época dorada de la ciudad se sitúa en la Edad Moderna, especialmente en el siglo XVI, debido a la estabilidad política y la recuperación económica. Es aquí cuando se produce una intensa actividad constructiva de edificios civiles y religiosos, así como el impulso de diversas fundaciones monásticas. Posteriores conflictos asolaron de nuevo la ciudad: la Guerra de la Independencia de Portugal, la de Sucesión a la Corona española y, posteriormente la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil española.
Qué ver en Ciudad Rodrigo
Al entrar a la localidad encontramos las Tres Columnas y más adelante el Puente Mayor y el Verrasco. Si ascendemos hacia la parte más alta de la localidad nos hallaremos ante el Alcázar de Enrique II de Trastámara, fortaleza del siglo XIV. Se trata de un recinto fortificado en el que destaca la torre del homenaje. Desde allí es posible realizar un paseo por el adarve de la muralla y observar el doble sistema defensivo de la ciudad. Se convirtió en Parador Nacional en 1931, uno de los más antiguos de España.
Punto destacado en la visita es la catedral de Santa María, una joya arquitectónica que comenzó a construirse en el siglo XII y que fue declarada Monumento Nacional en 1889. Con planta de cruz latina, impresiona su Pórtico de la Gloria o del Perdón, su puerta de las Cadenas con cinco magníficas esculturas del primer tercio del siglo XIII, la monumental capilla mayor, la capilla del Pilar, el magnífico coro catedralicio y un espectacular altar de alabastro entre otras excelentes manifestaciones de arte religioso. El claustro, dentro del conjunto arquitectónico, presenta hermosos relieves románicos y una rica iconografía.
Podemos seguir el recorrido visitando la iglesia de San Pedro y San Isidoro, la iglesia del Sagrario, los restos del convento de San Francisco, el Palacio de los Águila, la Plaza Mayor y el Palacio del primer Marqués de Cerralbo, que constituyen puntos de gran interés en la ciudad. Además de disfrutar de su famoso Carnaval del Toro en la época de su celebración, también podemos realizar rutas por su río y sus alamedas durante todas las épocas del año o deleitarse en paseos en las épocas templadas y lluviosas recorriendo lugares que nos ofrecen una gran variedad de setas. No podemos abandonar Ciudad Rodrigo sin saborear su variada gastronomía, con multitud de platos basados en los productos autóctonos: garbanzos, alubias, patatas y cebollas, así como productos de las huertas ribereñas. Como no podía ser de otra forma, destacamos el cerdo ibérico y sus sabrosos embutidos. Ciudad Rodrigo, una delicia para todos nuestros sentidos.