Obidos, ciudad amurallada
Óbidos es una de las joyas arquitectónicas de Portugal que tiene un maravilloso castillo. Es una excursión perfecta de un día si estás de visita en Lisboa pero también un destino en sí mismo porque está cerca de la costa portuguesa. No te vayas sin disfrutar de su acueducto y de Laguna de Óbidos que llena una depresión durante unos cuatro kilómetros antes de que se vacíe en el océano. Tiene mucho que ver y hacer.
Situada a unos 80 kilómetros de Lisboa, Óbidos es una de las joyas arquitectónicas de Portugal. Un pequeño municipio de apenas 3000 habitantes, fortificado y medieval que tiene un magnífico castillo y algunos rincones preciosos que nos hablan del medievo portugués. Sin duda una excursión perfecta de un día si estás de visita en Lisboa o también un destino en sí mismo para pasar unos días y recorrer la cercana costa portuguesa.
Obidos es una ciudadela fortificada, como su propio nombre indica, porque “Óbidos” proviene del latín “oppidum”, término utilizado para designar a las antiguas ciudades amuralladas. A las afueras del castillo se extienden casas encaladas con tejados rojos y buganvillas en los balcones. Un vista maravillosa que parece un cuadro.
El increíble castillo es obligatorio dentro de las cosas qué ver en Óbidos. Es de origen romano, aunque fue fortificado por los árabes. Desde 1950, hasta el día de hoy, el castillo es un hotel estilo parador, al que no se permite la entrada al menos que seas un huésped. Sin embargo es recomendable visitarlo aunque sea desde fuera. Desde atrás se pueden hacer fotografías preciosas.
Ciudad amurallada
Además una de las cosas más más interesantes de la visita a Obidos es poder subir a sus gigantes murallas y caminar sobre ellas mientras rodeas todo el pueblo. La visión de toda la villa es impresionante: las casas encaladas, los tejados, los viñedos…
Y por supuesto no te vayas sin visitar el acueducto. Catalina de Austria encargó este acueducto en la década de 1570, y suministraba agua desde una fuente situada a unos seis kilómetros al sur de Usseira.
Como principal suministro de agua a la ciudad, esta estructura sirvió para su propósito durante más de 200 años, y sus altos arcos fueron reparados dos veces, a finales del siglo XVII y un siglo más tarde.
Obidos está declarada Patrimonio Nacional y todos los años celebra un mercado medieval que es la delicia de los turistas. Es verdad que es un mercado con otros de muchas ciudades pero el entorno de la ciudad medieval le confiere un aire distinto y único porque uno tiene la sensación de haber viajado en el pasado.
Famosa por su chocolate
Además la ciudad es conocida por su chocolate. De hecho en enero se celebra el Festival del Chocolate. Pero también por un producto que se llama ginjinha. No te vayas de allí sin probarla. Es un licor de una fruta llamada ginja, parecida a la cereza y esta bebida es también famosa en otras ciudades de Portugal.
Una gran combinación es tomar las dos cosas juntas: el chocolate y el licor, dicen que sabe a gloria y es otra experiencia para vivir en este destino.
Otro de los planes más especiales y recomendables es escaparse a disfrutar del agua azul de la Laguna de Óbidos. Un poco al oeste de la villa se encuentra esta laguna que llena una depresión durante unos cuatro kilómetros antes de que se vacíe en el océano. Es un lugar muy fotogénico y sin duda una escapada para respirar aire puro y tener paz.