La ciudad de Bucarest, en Rumania
Bucarest es la ciudad más poblada de Rumania, además de ser su capital. Está situada a orillas del río Dâmbovița, y acoge las principales sedes industriales, comerciales y culturales del país. Se trata de una bonita villa repleta de parques y de vegetación, y resulta especialmente encantadora en los días soleados, cuando se puede disfrutar de las terrazas de sus cafés y dar un paseo en barco por los ríos y lagos que la rodean o atraviesan.
El clima de Bucarest es de tipo húmedo continental, y se caracteriza por contar con unos inviernos fríos y ventosos y con unos veranos calurosos. Las temperaturas invernales oscilan entre los 0 y los −20 grados centígrados, mientras que en verano pueden superar fácilmente los 35 grados, llegando incluso a los 40 grados. Los meses de verano son secos, aunque pueden darse fuertes tormentas. Las precipitaciones más intensas tienen lugar en otoño y primavera, cuando las temperaturas oscilan entre los 17 y los 22 grados.
El encanto de Bucarest incluye históricos edificios de distintos estilos arquitectónicos, además de otros lugares de interés. Entre las visitas imprescindibles se hallan las de la Iglesia Patriarcal, construida en el año 1657; las ruinas del palacio de Vlad Tepes, del siglo XV; la Curtea Veche o Patio Viejo; el Palacio del Parlamento, un gigantesco edificio con seis mil habitaciones; las villas de estilo Second Empire y un buen número de iglesias ortodoxas. En torno a la Curtea Veche se fundó la ciudad de Bucarest, y en esta zona se encuentran algunos de los principales museos, como el Museo de la Aldea, el Museo Nacional de Arte o el Museo Nacional de Historia.
Bucarest dispone de una gran selección de restaurantes donde degustar la cocina tradicional rumana. Entre los platos más típicos que podemos probar está la Ciorba de Perisoare, que es un caldo con diferentes legumbres, bolitas de carne picada con especias y bors, un ingrediente agrio; la Ciorba de Burta, un caldo cremoso que lleva callos, carne de ternera, yogur natural, huevos y especies; el Sarmale, rollitos de carne en hojas de col u hojas de viña; el Fasole cu Costita, un cocido de alubias con costillas de cerdo ahumadas, o la Tocanita y Tochitura, un estofado de carne con legumbres. En el apartado de los dulces están delicias como el Papanasi, el Cozonac, el Chec, el Clatite, el Gogosi o el Corn. Para beber, nada mejor que los vinos rumanos, sin olvidar la tuica, la bebida nacional.
La oferta de hoteles en Bucarest incluye alojamientos de cinco estrellas, como el Hotel Howard Johnson Grand Plaza o el Radisson Sas Hotel; de cuatro estrellas, como el Hotel Crystal Palace, el Hotel Novotel Bucharest, el Hotel Caro o el Hotel NH Bucharest, o de tres estrellas, como el Confort Airport Hotel, el Hotel Unique, el Hotel Caro Parc, el Hotel Central o el Hotel Ibis Gara De Nord, entre otras muchas propuestas.
La ciudad de Bucarest ha dejado atrás la tristeza y el oscurantismo de su pasado comunista y se ha reconvertido en una animada localidad, donde podremos disfrutar de un gran número de bares, restaurantes y clubes, donde vivir tanto el día como la noche. A los rumanos les gusta pasarlo bien, y eso se nota en sus calles.
Bucarest es también es un buen lugar para salir de compras. Los almacenes y tiendas más importantes se encuentran en la zona de la Piata Unirii (Plaza de la Unión) y en las avenidas principales. Los locales más pequeños y tradicionales los podremos encontrar en las callejuelas que hay en torno a la calle Lipscani, muy cerca de Curtea Veche. Los domingos por la mañana se celebra un gran rastrillo de segunda mano a orillas del Dâmbovita. Entre los objetos más tradicionales que podemos adquirir están los de cerámica, de vidrio, los tejidos o las esculturas en madera.
Para completar la oferta turística de Bucarest contamos con su entorno natural. Los alrededores de ciudad están repletos de bosques, lagos, ríos, antiguos palacios y monasterios. Su visita resulta de lo más recomendable, y hay lagos en los que se pueden practicar los deportes náuticos.