Escapada a Herrera del Duque, en Badajoz
El magnífico patrimonio natural, monumental y arqueológico de Herrera del Duque hacen de esta localidad un destino preferente en Badajoz.
A unas dos horas y media en coche de la ciudad de Badajoz, al norte de la Sierra de los Golondrinos y al sur del arroyo Pelochejo, se encuentra la localidad de Herrera del Duque. Pertenece a la mancomunidad de Cijara, conocida popularmente como “La Siberia Norte”. Según nos vayamos acercando a esta villa pacense, por la carretera N-502 o por la N-521, ya podremos vislumbrar en la lejanía su castillo.
Los orígenes de este pueblo se remontan a la ocupación romana. Por aquí también pasaron los árabes, y durante la Edad Media fue un señorío de los Sotomayor, aunque también fue propiedad de la Orden de Alcántara. Esta histórica trayectoria ha legado a la villa un excelente patrimonio monumental de iglesias, casas nobles y conventos.
A Herrera del Duque pertenece la pedanía de Peloche, que se encuentra ubicada a orillas del Embalse de García de Solá. Esta población es famosa por un plato tradicional llamado el escarapuche de peces y por tener en el lago una gran fuente de actividades, como la pesca, el baño o los deportes acuáticos.
Patrimonio de Herrera del Duque
Encabeza el patrimonio local su imponente castillo-fortaleza, que se encuentra en lo más alto de una sierra cercana a la villa. Les siguen en importancia la Iglesia de San Juan Bautista, cuyo origen se data en el siglo XV; la Ermita de Nuestra Señora de Consolación, también del siglo XV, que se halla a cinco kilómetros del pueblo, o el Convento franciscano de la Purísima Concepción, del siglo XVI.
El recorrido por el pueblo nos lleva a lugares tan emblemáticos como la Plaza Mayor, también llamada Plaza de España que, aunque en su origen era cuadrada, las sucesivas transformaciones la han dado forma rectangular. No hay que perderse el Puente Medieval de Herrera, que está sobre el arroyo de Peloche, y las ilustres casas solariegas ubicadas en el Casco Antiguo, como la Casa de los Chacones. Nos queda por visitar el Palacio de Cijara, que fue edificado por la familia Villapadierna en el año 1873.
La belleza del entorno natural se disfruta mucho más contemplándola desde alguno de los miradores repartidos por el término municipal. Es el caso del Mirador del Puerto de Consolación, hecho en piedra y madera; el Mirador de las Víboras, un balcón sobre los valles de Consolación; el Mirador del Castillo, que está junto al castillo; el Mirador del Puerto de las Navas, ubicado en el camino que va hacia la reserva de Cijara, o el Observatorio de la Berrea situado en plena Reserva Regional de Cijara, que es el emplazamiento ideal para observar a los jabalís, ciervos, venados, y gamos en la época de la berrea.
Las playas de Peloche
Peloche, pedanía de Herrera del Duque, se encuentra junto al Embalse de García de Sola, donde se originado una gran zona de recreo. Sus aguas, procedentes del río Guadiana, son muy limpias y cálidas, por lo que se han acondicionado dos playas o zonas de baño.
La zona de baño más agradable es la que conforma la playa de arena, que ocupa una superficie de 10.374 metros cuadrados. Cuenta con un gran aparcamiento y con una zona de árboles donde refugiarse del sol cuando pega fuerte, que aquí suele hacerlo y mucho en verano. La otra playa es de hormigón, y dispone de una superficie de 16.441 metros cuadrados.
La zona del embalse también está equipada con dos embarcaderos con una rampa para acceder al agua, un paseo arbolado que se puede recorrer tanto de día como de noche gracias a su iluminación, y el Chiringuito “El Espolón”, que se encuentra junto a la playa hormigonada y abre los meses de primavera y verano. También junto a esta playa hay un merendero con árboles y mesas y bancos de madera. No falta para los más pequeños un parque infantil, situado entre las playas de arena y hormigón.