Frying Pan Tower, el hotel más peligroso del mundo
Situado en una zona azotada por huracanes, infestada de tiburones y a la que se accede sólo en helicóptero o barco, el Frying Pan Tower es el hotel más peligroso del mundo.
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La Frying Pan Tower, o Torre de la Sartén, está ubicada mar adentro, a 47 kilómetros al sudeste de la localidad de Southport, en Carolina del Norte (Estados Unidos). Fue construida en el año 1964 para la guardia costera, y funcionó como faro hasta 1979. Estuvo en desuso durante más de tres décadas, hasta que en el año 2009 fue adquirida por un empresario, Richard Neal, que pago por ella alrededor de 85.000 dólares en una subasta, y decidió convertirla en hotel. Quien decide dormir allí sabe que puede correr ciertos riesgos cada minuto que pase en él.
El Hotel Frying Pan Tower
Decorado de forma sencilla pero muy cuidada, el Hotel Frying Tower posee unas vistas espectaculares. Cuenta con ocho habitaciones dotadas de varias ventanas desde las que se puede contemplar el océano en todo su esplendor. No faltan en el hotel una cocina, agua caliente e incluso hay servicio de Internet por Wi-Fi. A pesar de los peligros que rodean a este peculiar alojamiento, alojarte en él no resulta barato. La estancia mínima y más económica es de tres noches, con precios que van desde los 498 dólares, alrededor de 472 euros.
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Los peligros del Hotel Frying Pan Tower
Una vez que reservas habitación en el Hotel Frying Pan Tower comienza la aventura. Llegar a él sólo puede hacerse en barco o helicóptero, ya que el establecimiento se halla mar adentro, y desde él no se divisa tierra firme. Se trata de una plataforma ubicada a unos 25 metros por encima del nivel del mar, y posee dos pisos.
Aunque su dueño ha conseguido que este alojamiento resulte acogedor, debe resultar difícil olvidar que nos encontramos en el extremo sur del llamado “Cementerio del Atlántico”, llamado así porque han sido muchos los barcos que se han hundido en esta zona. Por si no fuera suficiente, las aguas que rodean el hotel están plagadas de tiburones, y en esta parte del mundo los huracanes golpean con frecuencia.
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Antes de alojarnos en el Hotel Frying Pan Tower deberemos firmar un documento reconociendo que nos hacemos cargo de cualquier accidente que podamos tener, incluyendo los que suframos por desastres como un huracán o el ataque de tiburones. No se permiten en el hotel los niños menores de 10 años, y tampoco las mascotas.
El espacio en el hotel es algo limitado, y lógicamente no se puede salir a pasear por los alrededores. Por este motivo, el hotel cuenta con diversas actividades, siendo la pesca la principal atracción. De hecho, la mayoría de los huéspedes que se alojan en el Hotel Frying Pan Tower son adictos a la pesca. También es un buen lugar para los aficionados al golf, que cuentan con un original campo de práctica en la pista superior, es decir, en el techo del hotel. Lógicamente, todos los lanzamientos van directamente al mar. Cuando el mal tiempo se instala en la zona, el hotel ofrece a sus clientes diversos juegos en su sala de estar, como una mesa de pool o un tablero para lanzar dardos.
Sin duda, alojarse en el Hotel Frying Pan Tower constituye una vivencia única, sólo apta para viajeros osados y adictos a las aventuras extremas.