¿Por qué nuestra piel y vista se queman en la nieve?
La nieve refleja alrededor del 80% de la luz solar, provocando graves quemaduras en la piel y en los ojos si no se tienen los cuidados necesarios.
Cuando acudimos a una estación invernal para esquiar, realizar snow, montar en trineo o, sencillamente, para hacer un muñeco de nieve con los niños, estamos expuestos durante horas a las radiaciones ultravioleta (UV). La nieve refleja hasta el 80% de este tipo de radiación, siendo de hasta cuatro veces más que el agua. Y según ascendemos, las radiaciones ultravioleta también aumentan, hasta un 10% cada 1.000 metros.
Estas radiaciones pueden provocar graves lesiones en los ojos si no llevamos las gafas adecuadas. La afección más habitual es la queratitis solar o fotoqueratitis, también llamada la ceguera de la nieve. Afecta a los dos ojos, y los primeros síntomas aparecen entre cuatro y seis horas después de la exposición a los rayos UV. Los síntomas van desde un dolor intenso de cabeza hasta la disminución de la agudeza visual. Una exposición de sólo dos horas sin protección ocular es suficiente para causar una queratitis solar.
En el caso de la piel, su exposición a los rayo UV en la nieve sin la protección adecuada puede causar sequedad, sensibilidad, envejecimiento e incluso quemaduras graves.
Consejos para cuidar la piel en la nieve
Durante el invierno hay que seguir prestando atención a los cuidados de la piel. El frío y el viento pueden resecarla, por lo que debemos mantenerla bien hidratada. El sol, aunque caliente menos, sigue siendo un factor de riesgo, por lo que conviene utilizar cremas con factor de protección solar.
Cuando estamos en la nieve, la incidencia del sol sobre nuestra piel se multiplica, debido al intenso reflejo de los rayos UV. Por ello, 20 minutos antes de salir de casa conviene aplicarse una buena crema con un alto factor de protección solar, incluso en días nublados. Conviene volver a aplicar la crema cada tres o cuatro horas.
Es importante incidir en ciertas zonas que se queman con mayor facilidad, como la nariz, los pómulos y las orejas. Y no hay que olvidar el cuidado de los labios en la nieve. Para evitar que se agrieten es altamente recomendable aplicar continuamente una crema o bálsamo labial.
Consejos para cuidar los ojos en la nieve
La mejor protección ocular en la nieve la proporcionan unas gafas. Pero no valen unas gafas cualquiera, ya que deben contar con filtro UV. Esto significa que no sirven unas gafas sólo por el hecho de que sean oscuras, ya que sin el filtro adecuado pueden llegar a ser muy peligrosas para la vista.
El estándar europeo EN 1836:2006 establece hasta cinco niveles para las gafas, que van, de menor a mayor protección, de 0 a 4. En el caso de la exposición ocular en estaciones de esquí y en alta montaña es necesario utilizar la máxima categoría, la 4. Es importante que las gafas lleven la marca de la Unión Europea (CE), que representa la garantía de que cumplen con la norma.
En el caso de la exposición visual a la nieve, es conveniente también que las gafas dispongan de protecciones laterales, ya que reducen notablemente la intensidad de los rayos UV que llegan a los ojos. Es conveniente que hayan sido fabricadas con materiales resistentes a los impactos, como el policarbonato, los orgánicos endurecidos o el trivex, y si son polarizadas, mejor que mejor, ya que son las mejores gafas para condiciones de luz elevada, como cuando estamos en la nieve. Lleva las gafas adecuadas incluso si esquías en días nublados.