O GROVE, Pontevedra
O Grove es una de las zonas turísticas gallegas más visitadas y con razón. Este istmo situado en la Rías Baixas, cuenta con un excelente clima veraniego, paisajes maravillosos y una larga historia que nos lleva hasta los tiempos anteriores a la romanización.
Introducción
Nos encontramos en la Ría de Arousa, la más amplia de las seis que forman las Rías Baixas, y la que mayores islas presenta. Las más llamativas son la Isla de Arousa, en su interior, y la de Sálvora, que guarda la entrada a la misma Ría como Ons en Pontevedra y las Cíes en Vigo.
O Grove fue en su momento una isla también, pero por causas naturales fue conformándose un estrecho paso de tierra que acabó por unirla a la costa. Existen mapas del siglo XVII que aún recogen O Grove como una isla. El primero que ya muestra la unión data de 1784, con lo que comprobamos que esta es bastante reciente.
Gracias a su situación otorgaba una posición estratégica para las gentes, que fue aprovechada durante milenios por su pobladores. Varios castros han sido encontrados aquí, así como una necrópolis romana. En el medievo sufrieron constantes ataques de piratas normandos y musulmanes, así como tiempo después por parte de los británicos. El gran crecimiento de la región vino durante la época de las ciudades balneario, que se dio durante los finales del siglo XIX, cuando estos centros de terapias naturales se hicieron famosos en toda Europa.
Junto a O Grove se encuentra la Isla de la Toja, Illa da Toxa, también llamada en gallego Illa de Louxo. Toxa e Louxo hacen referencia a los lodos terapéuticos que allí poseen, y es que los mismos romanos ya disfrutaban de ellos.Así se establecerá allí su famoso balneario y hotel, junto a fábricas de cosméticos y jabones. Esto trajo un gran número de visitantes y situó O Grove en los mapas de nuevo. Aún hoy el Gran Hotel-Balneario de la Toja mantiene su elegante porte, un 5 Estrellas considerado uno de los mejores de España.
Y no es el único que acogerá a los visitantes. Nos acercamos a una zona acostumbrada a cuidar a quienes viajan hasta ella.
Aproximándonos
Para llegar a O Grove saldremos desde Pontevedra, capital de la provincia. Es un viaje que no llega a una hora.
De entre las opciones que se nos presentan, quizá las más atractiva sea siguiendo la costa. Así pasaremos junto a la hermosa Ría de Pontevedra y podremos disfrutar de sus vistas y pequeños pueblos. Especialmente de Combarro y Sanxenxo.Será desde este último que abandonaremos la costa y pondremos rumbo norte. En menos de 20 minutos ya nos encontraremos ante el largo pasillo de tierra que une O Grove con la costa sur de la Ría de Arousa.
El viaje nos habrá llevado por un montón de pequeños pueblos y por entre fincas agrarias, rodeadas del constante verdor gallego, sosegado ante la brisa marina. Son estas regiones las más habitadas de la comunidad autónoma, algo que incluso en su remoto pasado también se daba.
Atractivos
Aunque fueron los balnearios de A Toxa lo que situó estas tierras en los mapas del turismo, O Grove nos ofrece muchas otras cosas con que disfrutar. Comenzaremos hablando de sus monumentos más interesantes.
Existen dos iglesias, aunque ninguna destaca por su suntuosidad. La de San Martín, llamada de San Martiño por sus gentes, se edificó en el siglo XV sobre una existente en tiempos romanos. En el interior encontraremos un arco apuntado con decoración del siglo XVI. El campanario barroco fue un añadido en el siglo XVII. La zona exterior es abierta y arbolada. Se encuentra en la misma población de O Grove.La de San Vicente es posterior, del siglo XVIII, construida sobre una más pequeña. Lo interesante de esta es su localización, al noroeste, junto a las playas de esta zona. Destaca precisamente por su situación, que le permite alzarse como el edificio más notable de su entrono. Su torre central y el cruceiro que se erige enfrente al edificio forman un conjunto compensado. Ejemplo de parroquia rural típica gallega.
Por último añadir la Ermita de la San Julián, en la Isla de la Toja. Esta es famosa por su cubierta de conchas, que los visitantes firman. Es un pequeño templo escenario de muchas bodas, con un estilo más luminoso que las iglesias mencionadas.
Los restos castrenses son otros lugares interesantes que conocer, los núcleos fortificados en que vivían los más alejados antepasados de los groveiros.Y ello nos llevará a recorrer esta antigua isla y entonces no podremos evitar acercarnos a sus muchas playas. El Castro de Adro Vello justo se asienta ante la Playa del Carreiro, a la que preceden la de Barreiriño y la de Area Grande, así como la amplia Playa de la Mexioeira. La de Castiñeira mira al oeste y hacia el sur la de Area da Cruz. Pero sin duda la más famosa de todas es la Playa de la Lanzada, un inmenso arenal que recorre el brazo de tierra que cruzamos al llegar.
Existen tres rutas de senderismo que nos invitan a pasear por todas estas tierras. Independientemente de ser tomadas, es delito no subir hasta el Monte de la Siradella, el punto más alto de O Grove y que nos obsequiará con magníficas vistas, así como son su entorno natural.
Y por supuesto no se puede obviar la oferta gastronómica con que se nos seduce. El marisco es una de las joyas, teniendo su famosa Fiesta del Marisco durante la primera quincena de octubre.
Despidiéndonos
La calidad de los servicios de O Grove es algo a señalar. Desde campings hasta hoteles de lujo, incluso pudiendo alojarnos en un palacete tradicional gallego del siglo XVII, el Pazo Sineiro.
Este municipio lleva adaptado al turismo desde hace más de un siglo y es algo que se nota.
El entorno es una delicia y no podemos obviar que si ampliamos las vistas nos encontraremos con muchos otros puntos que reclamarán nuestra visita en estas regiones. No pudiendo dejar pasar acercarnos a las islas de Ons o Sálvora, acercarnos a las Dunas de Corrubedo, o visitar las históricas villas de Cambados, Vilagarcía de Arousa o cerrando la ría querer participar de la sorprendente fiesta que se da en Catoira, su famoso Desembarco Vikingo, que cada primer domingo de Agosto recrea la llegada de los temibles saqueadores nórdicos en un espectáculo que cada año se supera.
Un conjunto inmenso de opciones para disfrutar de una de las regiones más interesantes de la costa gallega.