Hotel Real Monasterio de San Zoilo, en Palencia
Las paredes de este monasterio podrían hablar del desarrollo del Camino Francés y de la historia de los reinos de Castilla y de León. ¿Te sumas a formas parte de esta historia?
Al oeste de la localidad de Carrión de los Condes, en Palencia, se encuentra el Monasterio de San Zoilo. La historia de este emblemático lugar se remonta hasta el reinado de Fernando I de Castilla y León, cuando el propio rey entregó a uno de sus más insignes cortesanos, Gómez Díaz, un pequeño monasterio en mitad del Camino de Santiago francés. ¿Quién iba a imaginar por aquel entonces que se convertiría en una de las sedes benedictinas más prósperas del reino?
Este monasterio cluniacense fue declarado Monumento Histórico-Artístico nacional en 1931 y Bien de Interés Cultural en 2012. Actualmente es uno de los hoteles históricos que ofrecen todas las comodidades de este siglo a sus huéspedes, pero sin perder el encanto y el espíritu del pasado. Historia y arte se respiran a partes iguales en este lugar mágico, ¿preparando una escapada diferente? Este es tu lugar.
Hotel Monasterio de San Zoilo
Este monasterio, situado en el centro geográfico del Camino de Santiago francés, perteneció desde agosto de 1076 a la Abadía de San Pedro de Cluny y fue una de las primeras obras arquitectónicas del románico cluniacense en la Península Ibérica. Ha sido tan ilustre que ha hospedado a reyes, cardenales y obispos, incluso ha servido de sede a las cortes del reino de Castilla y concilios de la Iglesia. Además, durante la Edad Media y hasta el siglo XV fue el representante de Cluny en España.
Actualmente, este monasterio se ha convertido en hotel por el que desfilan peregrinos, paseantes y huéspedes atraídos por esta maravilla de la historia de Castilla. Sus 47 habitaciones rodean la segunda planta del claustro, en lo que antiguamente eran las celdas, pero también hay otras ubicadas en la enfermería, los jardines y espacios de la huerta. El equipo de interioristas no ha querido perder de vista la historia medieval del lugar y algunos de los elementos decorativos que se pueden contemplar son jambas, arcos, lamparillas de mesa, y mobiliario de estilo castellano, propio de la zona. Una de las mejores estancias es, sin duda, la Gran Suite Alfonso VIII, con vistas privilegiadas al Camino de Santiago.
La gastronomía es un pilar fundamental del monasterio que hace las delicias de todo aquel que lo visita. Cuenta con tres espacios destinados a ofrecer platos únicos como el ‘Restaurante Las Vigas’, que ocupa el antiguo desván de las cocinas del monasterio y conserva sus vigas originales. El ‘Comedor del Abad’ es otro de ellos, está en el antiguo calefactorium, una estancia dedicada a calentar a los monjes en las épocas más frías del año. Por último, ‘El Refectorio’, un antiguo refectorio del monasterio del siglo XVI que conserva en muy buen estado las vigas de su artesonado mudéjar original.
Claustro, iglesia y tejidos medievales del siglo X
El claustro gótico renacentista del Monasterio de San Zoilo es una verdadera maravilla, única en Europa. En él están representados los miembros de la genealogía de Jesucristo según la cronología de San Mateo, desde Adán y Eva a José y María. También aparecen emperadores, reyes y reina relacionados con la orden benedictina. En el año 1992 empezaron las obras de restauración y, gracias a ellas, se ha descubierto la disposición, el tamaño y la ubicación de las dependencias del antiguo monasterio románico.
Otro de los elementos históricos y artísticos destacados de este monasterio es su iglesia y su portada románica, uno de los mejores y más antiguos ejemplos del románico cluniacense en la Península Ibérica que estuvo oculta hasta 1993. Las columnas que la enmarcan son de mármol, lo que hace pensar que pudieron pertenecer a un templo romano del siglo II, utilizados posteriormente en la época románica. La iglesia actual es de una sola nave y planta rectangular; está construida sobre los muros de época románica y todavía se puede observar en ellos los huecos de las ventanas, puertas o las pinturas típicas de la época. Conserva un órgano barroco castellano y, en su interior, alberga los sepulcros de los Infantes de Carrión, el de Fernando Melgradinense, yerno de Alfonso VI, y los de la familia Beni Gómez, fundadores de este monasterio.
Por último, dos pequeños tesoros que fueron declarados Bien de Interés Cultural en 2021: dos telas de los Omeya, tejidos medievales del siglo X. El primero de ellos es un tejido de fondo azul índigo que se conserva completamente con sus dimensiones originales cuya finalidad fue, posiblemente, una colgadura mural ornamental. El otro es un tejido de fondo rojo con medallones perlados y aves representados en ellos. Se trata también de una pieza completa que pudo ser un cortinaje que, posteriormente, se utilizó para envolver reliquias.
