Aguilar de Campoo, un pueblo con olor a galletas
La palentina localidad de Aguilar de Campoo posee una excelente y completa propuesta turística.
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Al borde de la meseta central, lindando con la Comunidad de Cantabria, se encuentra un pueblo de lo más castellano, de los de buen cordero y mejor vino, pero también con olor a galletas. Se trata de Aguilar de Campoo, una villa palentina de Castilla y León con mucho que ofrecer.
Conocida por su destacada industria galletera, posee un importante Conjunto Histórico-Artístico integrado por antiguos edificios religiosos y civiles, e incluso de tipo militar, con estilos tan diversos como el románico, el gótico o el renacentista. Se encuentra a un paso de la bella Montaña Palentina, y forma parte de la Ruta del Besaya del Camino de Santiago.
Surcada por el palentino río Pisuerga, en el municipio encontraremos varios puentes de origen medieval, como el puente del Molino Turruntero, el puente de las Tenerías y el puente de la Teja. Sigue leyendo, porque todavía hay más.
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Qué ver en Aguilar de Campoo
Aunque no es un pueblo grande, tampoco pequeño, posee una gran riqueza monumental. Por lo que a edificios religiosos se refiere, cuenta con el Monasterio de Santa María la Real, del siglo XI; la Colegiata de San Miguel, del siglo X; la Iglesia de San Andrés, del siglo XII; la Iglesia de Santa Cecilia, del siglo XII, y el Monasterio de Santa Clara, del siglo XV. Además, en los alrededores de Aguilar se encuentra la mayor concentración de iglesias románicas de toda Europa.
Como a todo buen pueblo castellano de origen medieval, no le falta un castillo. Se construyó entre los siglos XI y XII en lo alto de una montaña rocosa y sobre un castro celtibérico, y actualmente está en ruinas. Siguiendo la Ruta Medieval, podremos ver la muralla del siglo XII, la Puerta de Reinosa y la Puerta del Paseo Real, ambas del siglo XIV, y otras cuatro puertas: la de Tobalina, la de la Cascajera, la de San Roque o la del Beaterio. En esta ruta se incluye el Barrio Judío y la Sinagoga.
Otras joyas monumentales son el palacio de los Marqueses de Aguilar, de estilo barroco; el palacio de los Fontaneda, de estilo señorial cántabro; el palacio de los Manrique, el palacio de los Villalbos-Solorzano, el palacio de los Marqueses de Villatorre o la casa de los Siete Linajes.
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Comer en Aguilar de Campoo
En Aguilar de Campoo podremos dar buena cuenta de las carnes que se crían en la Montaña Palentina, con las que se preparan deliciosas terneras y lechazos en hornos de leña. También se dan buenos cerdos en la zona, de los que se obtienen productos de matanza, y la huerta palentina produce magníficas legumbres y hortalizas. No faltan buenos pescados y mariscos, llegados directamente de la costa cantábrica.
Y como colofón, los dulces de Aguilar. Son famosas sus galletas, pero también se elaboran aquí deliciosos hojaldres artesanos, pastas y el queso de Nestar, que se suele acompañar con membrillo.
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Turismo por Aguilar de Campoo
Es hora de conocer los alrededores de la villa. Desde aquí se pueden hacer excursiones como la de la preciosa Ruta de los Pantanos, que atraviesa la impresionante Montaña Palentina. En el mismo pantano de Aguilar se pueden realizar deportes acuáticos, y su entorno es ideal para practicar el senderismo o la escalada.
Posee este pueblo palentino un estupendo calendario de eventos, que incluye las Fiestas Patronales de San Juan y San Pedro, que a finales de junio; el Carnaval de La Galleta, que se celebra en febrero y es todo un símbolo de la villa, o el Mercado Medieval, una divertida representación de cómo era la vida durante la Edad Media, y que en el que podremos ver como eran las costumbres y los oficios de esta época. También cuenta con numerosos puestos de productos artesanales, actuaciones musicales y teatrales y bailes.