Guía de Pamplona

Situada en el norte de España, en la Comunidad Foral de Navarra, la ciudad de Pamplona es conocida mundialmente por sus populares Sanfermines. Pero la capital navarra es mucho más que esta conocida fiesta. Es una villa moderna, acogedora, muy bonita y cuidada, dotada de un gran patrimonio monumental y con una gran oferta de alojamiento, restauración y comercio.

Cuenta también con una excelente oferta de ocio, y por la villa pasa el Camino de Santiago. El reconocido escritor estadounidense Ernest Hemingway fue uno de los responsables de la merecida fama que, tanto la ciudad como los Sanfermines, adquirieron de forma mundial.

Si visitamos la ciudad tendremos que tener en cuenta el clima local, porque es un tanto caprichoso. Es de transición entre el mediterráneo y el atlántico, siendo la lluvia un fenómeno recurrente a lo largo de todo el año. No lo olvides a la hora de hacer la maleta, y tampoco olvides informarte a través de nuestra Guía de Pamplona.

Qué visitar en Pamplona

• Catedral de Santa María: de estilo gótico, aunque con fachada neoclásica, fue construida entre los siglos XIV y XV. Se encuentra en el Casco Antiguo de Pamplona, y su nave central tiene una altura de 28 metros. Su claustro está considerado como uno de los más espectaculares del gótico universal.
• Murallas de Pamplona: consideradas Monumento Nacional, tienen un recorrido de cinco kilómetros y están en perfecto estado de conservación. Fueron construidas a principios del siglo XVI para rodear todo el Casco Antiguo, y pueden recorrerse desde el Parque de la Media Luna, por el Paseo del Obispo Barbazán, hasta la Taconera. Es muy recomendable pasarse antes por el Centro de Interpretación de las Fortificaciones, que se encuentran al final del Parque de la Media Luna, donde nos informarán sobre todo lo que hay que saber sobre estas murallas.
• La Ciudadela: nada menos que 280.000 metros cuadrados de fortificaciones, pequeños edificios, pabellones, fosos o baluartes que fueron construidos en 1571 por orden de rey Felipe II. En la actualidad albergan lugares públicos de ocio, deporte y cultura. Está considerada como el mejor ejemplo de arquitectura militar del Renacimiento español. Está abierta sólo durante el día, y en ella está prohibida la circulación de todo tipo de vehículos, incluidas las bicicletas.
• Ayuntamiento: la construcción original era del siglo XVIII. Desde su balcón se da el popular Chupinazo, o Txupinazo, de los Sanfermines. Su fachada, entre neoclásica y barroca, fue lo único que se conservó tras ser derruido en 1951. Se encuentra en la plaza Consistorial, y en la parte superior de su fachada se pueden ver varias esculturas.
• Palacio del Archivo Real: el que fuera el Palacio de los Reyes de Navarra, del siglo XII, alberga hoy en día el Archivo Real y General de Navarra. Se encuentra junto a las murallas, y es uno de los edificios históricos más antiguos y emblemáticos de Navarra.
• Palacio del Condestable: se encuentra entre las calles Mayor y Jarauta, y es del siglo XVI. En la actualidad es un centro cívico, y forma parte de la lista de bienes de interés cultural de Navarra.
• Palacio de Navarra: lo encontraremos entre la Plaza del Castillo y el Paseo de Sarasate, y acoge la sede de la Presidencia del Gobierno y de otras dependencias administrativas de la Comunidad Foral. De estilo neoclásico, fue construido en el siglo XIX. En su jardín hay una sequoya gigante, siendo el árbol más alto de la ciudad.

• Museo de Navarra: ubicado en la calle Santo Domingo, en el edifico del antiguo hospital de Nuestra Señora de la Misericordia, alberga una excelente muestra de arte e historia de Navarra desde la Prehistoria hasta nuestros días. Entre sus piezas más importantes se encuentran un mosaico romano del Triunfo de Baco, del siglo I, o un retrato del Marqués de San Adrián, pintado por Francisco de Goya.
• Plaza del Castillo: es el auténtico centro neurálgico de la ciudad de Pamplona, siendo el escenario de los acontecimientos más importantes. Tiene 14.000 metros cuadrados, y desde ella parten muchas de las calles del Casco Viejo. Sus elementos más emblemáticos, el Palacio de Navarra, diversos edificios del siglo XVIII o el popular kiosco.
• Mirador del Caballo Blanco: se encuentra sobre el Baluarte del Redín, en mitad del recinto amurallado de la ciudad. Se trata de un gran balcón que ofrece una vista panorámica de casi 180º sobre el río Arga, los barrios de la Rochapea y la Chantrea y el Paseo de Ronda.
• Iglesia de San Saturnino: su titular es el patrón de Pamplona, junto a San Fermín, que ejerce de copatrón. Es del siglo XIII, y en su fachada destacan sus dos altas torres. Sus gruesos muros dan constancia del uso que se hiciera antaño de ella como fortaleza militar y defensiva. En una de sus torres se encuentra el famoso "gallico" y el reloj que anuncia, con total puntualidad, el inicio de cada uno de los encierros en las fiestas de San Fermín.
• Iglesia de San Nicolás: construida en siglo XII, es otra de las iglesias pamplonicas que también tuvo un uso militar y defensivo. Un incendio destruyó el templo original, y se edificó uno nuevo que quedó consagrado en 1231. Está situada en el Casco Antiguo, entre la Plaza de San Nicolás, la calle San Miguel y el Paseo de Sarasate. Conserva sus gruesos muros y verjas, y sólo una de las tres torres de vigilancia que tenía.
• Cámara de Comptos: construido como palacio en el siglo XIII, se trata del único edificio gótico civil que queda en Pamplona. Declarado Monumento Nacional, lo encontraremos en la calle Ansolega, en el Casco Antiguo. Entre 1524 y 1836 funcionó como sede de la Cámara de Comptos, o lo que es lo mismo, como Tribunal de Cuentas del Reino de Navarra. Cuenta con un pequeño pasadizo abovedado que lleva a un apacible jardín donde hay un pozo muy antiguo.

Parques y jardines de Pamplona

• Parque de la Media Luna: se encuentra en uno de los extremos de las murallas de Pamplona. Es uno de los parques más antiguos, y su nombre proviene de su diseño en forma de luna menguante. En él hay un mirador con unas estupendas vistas sobre el río Arga. Es un jardín de estilo romántico, y cuenta, además de con numerosos árboles, con un estanque con peces y con una pista de patinaje. También hay un monumento al violinista pamplonés Pablo Sarasate y un café con una gran terraza que se anima mucho en verano.
• Parque Yamaguchi: este precioso parque de estilo japonés es un homenaje a las cuatro estaciones. Fue diseñado por paisajistas japoneses en 1997, y en sus 85.000 metros cuadrados encontraremos todos los elementos propios de un jardín nipón: la suhama (playa), una azumaya (caseta sobre el estanque), yatsubashi e ishibasi (puentes), taki (cascada) o el géiser del lago.
• Parque Fluvial del Arga: en torno al río Arga hay un paseo natural de alrededor de 12 kilómetros y casi un millón de metros cuadrados. Se trata de un bello parque fluvial que posee antiguos puentes, presas, jardines, molinos, embarcaderos, merenderos, puntos para pescar, huertas, fuentes, un frontón e incluso un Museo de Educación Medioambiental.
• Jardines de la Taconera: es el parque más antiguo de la capital navarra. Se encuentra junto a las murallas, muy cerca del Casco Antiguo. De estilo romántico, y un tanto versallesco, alberga numerosas especies de árboles, arbustos y flores. En total, son 90.000 metros cuadrados donde numerosas esculturas conviven con un pequeño zoo habitado por patos, faisanes, ciervos, cisnes o pavos reales. Y para tomar algo, nada mejor que el animado Café Vienés.

Comer en Pamplona

Comer en Navarra es un placer, y Pamplona es un buen ejemplo de ello. Y es que la gastronomía está estrechamente ligada a las tradiciones de esta tierra. Las recetas más típicas de sus restaurantes se preparan con los excelentes productos de la huerta navarra, como espárragos, pimientos del piquillo, alubias rojas y pochas, alcachofas, habas, cardo o borraja. No faltan exquisitas carnes de ganado y de caza, además de setas, hongos y peces de río. Como complemento, los ricos quesos Roncal e Idiazabal.

Hay otra forma de disfrutar de la cocina local, y es en forma de pintxos. Esta tradición culinaria es tan popular en Navarra como lo es en el vecino País Vasco. En los bares de Pamplona encontraremos una gran variedad de tapas de gran calidad, preparadas para que constituyan pequeños bocados gourmet.

Y no hay que marcharse de la ciudad sin haber visitado el Café Iruña. Está en la Plaza del Castillo, 44, y fue fundado en el año 1888. Éste fue el primer establecimiento pamplonica que tuvo luz eléctrica, y el escritor Ernest Hemingway era un asiduo de su terraza, donde solía escribir mientras se tomaba una copa de coñac.

De compras por Pamplona

Salir de compras por Pamplona, de la manera más tradicional y con más encanto, es hacerlo por el Casco Antiguo y por el Segundo Ensanche. Es allí donde se concentran las tiendas con más tradición y los pequeños comercios de la ciudad. Algunos llevan pasando mucho tiempo de generación en generación.

Si queremos adquirir productos gastronómicos navarros, el mejor lugar es el mercado que se encuentra en la Cuesta de Santo Domingo, y que lleva el mismo nombre. Es el mercado más antiguo de la villa, y en él podremos adquirir quesos, espárragos, pimientos, alcachofas, vinos navarros o pacharán, entre otras muchas cosas. Hay otros dos buenos mercados, uno en el Segundo Ensanche y otro en Ermitagaña.

¿Y que se puede adquirir además de productos gastronomía? Pues artesanía hecha en madera de boj, como cuencos, cucharas, zuecos… También se pueden comprar recuerdos de la ciudad, como el típico “pañuelico” de San Fermín; botas de vino hechas con piel de cabra o artesanía textil, como puntillas hechas a bolillos o encajes. Hay varias tiendas gourmet repartidas por la ciudad. En ellas se pueden adquirir verduras envasadas y legumbres, como alubias, cardo o borraja; quesos de Roncal e Idiazabal, cuajadas, chorizo de Pamplona, morcillas, vinos con D.O. Navarra, tortas de txantxigorri, pantxineta, almendras garrapiñadas, goxua o coronillas, entre otras muchas exquisiteces.

Los Sanfermines de Pamplona

Hablar de Pamplona es hacerlo de los Sanfermines. Es la fiesta más popular de la ciudad y una de las celebraciones españolas más famosas a nivel mundial. Se celebra en torno al día 7 de julio, festividad de San Fermín. Todo comienza con el Txupinazo, que tiene lugar a las 12 de la mañana en la plaza del Ayuntamiento. Si quieres asistir, lo mejor es que llegues a la plaza unas cuantas horas antes, porque se pone a reventar. Y ve vestido de trapillo, porque acabarás cubierto de vino, de champán o, en el mejor de los casos, de agua.

Lo más apropiado es vestir con el clásico uniforme de San Fermín, es decir, todo de blanco y con un pañuelo rojo al cuello. Con este mismo atuendo corren la mayoría de los participantes que participan en los encierros delante de los toros. Para participar en ellos hay que estar en el principio del recorrido a las 06:30 horas, aunque el encierro no comience hasta las 08:00 horas, y por supuesto en perfectas condiciones físicas. Si no te animas, lo mejor es verlo desde las barreras o desde un balcón.

Durante las fiestas por San Fermín son muchos los actos que tienen lugar en la ciudad de Pamplona, como los conciertos que se celebran todas las noches en la Plaza de los Fueros. No faltan desfiles, procesiones, pasacalles o actuaciones de teatro en la calle. Y tras una semana de fiesta, en muchos casi sin parar ni para dormir, todo termina con el “Pobre de mí”, la popular canción que entonan los asistentes que acuden, de nuevo, a la plaza del Ayuntamiento, esta vez para dar por terminadas las fiestas de San Fermín.