Cuatro bellos pueblos en los Pirineos

Altas montañas, grandes lagos, verdes prados y pueblos con mucho encanto. Así son los Pirineos, una de las zonas con más atractivo turístico de la Península Ibérica. Las imponentes cimas, con alturas superiores a los 3.000 metros, son su principal seña de identidad, junto a sus atractivas localidades, muchas de las cuales conservan un gran legado románico.

Con más de 400 kilómetros de extensión, tenemos muchos y diferentes destinos donde elegir, pero todos con un común denominados, una naturaleza desbordante. En Hoteles.net te los ponemos fácil, y te proponemos cuatro pueblos donde, adem.as de poder alojarte, disfrutarás de todas las tradiciones pirenaicas...

• Ochagavía, en el Pirineo navarro: rodeada por altas montañas y verdes bosques, de Ochagavía lo primero que se puede decir es que es uno de los pueblos más bonitos de Navarra. Sus empedradas calles de origen medieval, su sugerente arquitectura tradicional y su impresionante entorno natural son sus señas de identidad. Situada en el valle pirenaico de Salazar, la localidad nos reserva joyas medievales como el Puente sobre el río Anduña, la Iglesia de San Juan Evangelista o el cercano Santuario de Nuestra Señora de Muskilda. En Ochagavía podremos degustar ricas migas, frescas truchas y buen Queso de Roncal; esquiar en las pistas de Abodi-Salazar, en plena Selva de Irati; hacer un precioso recorrido otoñal en coche de 23 kilómetros por la Sierra de Abodi; escalar el mítico Pico de Ori o disfrutar el 8 de septiembre de la tradicional Romería a la Ermita de Muskilda.
• Aínsa, en el Pirineo aragonés: poseedora de un casco histórico declarado Conjunto Histórico-Artístico, y considerada como uno de los Pueblos más Bonitos de España, la Villa de Aínsa es un precioso destino medieval en el Pirineo de Huesca. Se encuentra en la comarca aragonesa de Sobrarbe, y es el lugar ideal para alojarse y como perfecto punto de partida para conocer el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el Parque Natural de los Cañones y la Sierra de Guara o el Parque Natural Posets-Maladeta. Los más pequeños podrán realizar actividades tan divertidas como la Ruta Interactiva a los Abrigos de Peña Miel, y no podemos perdernos a mediados de septiembre las animadas Fiestas Patronales en honor a la Exaltación de la Santa Cruz.

• Vielha, en el Pirineo catalán: emplazada a casi 1.000 metros de altura, en el precioso Valle de Arán, Vielha es uno de los destinos más completos de los Pirineos. Forma parte del municipio de Vielha e Mijaran, y ejerce como capital de este valle leridano. Posee un encantador casco histórico donde se halla una bella iglesia románica, y donde se mantiene la tradicional arquitectura de la zona, con piedra y tejados de pizarra. Como contraposición, cuenta con una zona más moderna con una excelente oferta comercial, de servicios, de restauración y de alojamiento, además de ofrecer un gran ambiente nocturno. En esta zona donde se halla el Palacio de Hielo, el Palai de Gèu, que dispone de una gran pista de patinaje y de otras instalaciones para la práctica de diversas actividades deportivas.
• Benasque, en el Pirineo aragonés: situado en el Valle de Benasque, en pleno corazón de los Pirineos Aragoneses, el pueblo de Benasque ejerce como capital del valle. Es un destino que sabrán apreciar los aficionados a la naturaleza y a las actividades que en ella pueden realizarse, como el senderismo o el esquí. Podremos visitar el Parque Natural Posets-Maladeta, degustar delicias como la olla aragonesa, darnos un merecido homenaje en el balneario ubicado a más altura de España, el de Baños de Benasque, o realizar la Ruta del Románico del Val d’Aran, que incluye hasta 15 impresionantes iglesias de este estilo edificadas entre los siglos XII y XIII.