El Santuario de San Miguel in excelsis: historia, patrimonio y leyenda
Además de ser un conjunto arquitectónico de una gran riqueza patrimonial, este santuario está envuelto de un halo de misterio, de la misma forma qu el aniebla lo envuelve en lo alto de la colina.

El santuario de San Miguel in Excelsis o San Miguel de Aralar fue excavado entre las cumbres de la sierra de Aralar, en el término municipal de Huarte-Araquil, en Navarra. Su iglesia es una joya de la arquitectura románica y alberga un bellísimo frontal de esmaltes que está considerado como una de las obras maestras de la orfebrería europea del siglo XII.
Las puertas del santuario están siempre abiertas para acoger a peregrinos y visitantes que llegan, cada año y desde cualquier parte del mundo, a este bello paraje lleno de historia y devoción. Descubre uno de los centros de espiritualidad más antiguos y enraizados de Navarra, ¡te sorprenderá!

La historia del Santuario de San Miguel de Aralar
El Santuario de San Miguel de Aralar es un conjunto románico que presenta prácticamente el mismo aspecto que tenía en el siglo XII y que se construyó en dos fases, en los siglos XI y XII. En unas excavaciones realizadas en la iglesia prerrománica en la década de los 70 se llegó a la conclusión de que hubo un templo anterior del siglo IX del que únicamente quedan algunos sillares del exterior del ábside central, pues se distinguen por tener una coloración más oscura. Se supone que aquel fue un templo pequeño, de una nave y con porche, que tendría una capilla encima a la que se accedía por una escalera de caracol.
Lo más probable es que ese templo primitivo fuera destruido por los musulmanes, o que un incendio produjera su ruina. La cuestión es que fue construido, o reconstruido con posterioridad y consagrado en el año 1074. Durante la primera mitad del siglo XII se completó el templo y fue consagrado, nuevamente, en 1141. 40 años después se construyó en su interior una capilla completa, dotada de todos sus elementos arquitectónicos, orientada del mismo modo que la iglesia, con sus cuatro muros y el tejado.
El conjunto arquitectónico está formado por tres naves, con cuatro tramos. En el tercer tramo de la nave central está la capilla citada anteriormente, que es el elemento más característico de todo el conjunto. Otra característica es que, debido a la irregularidad del terreno, el suelo de la iglesia se encuentra en cinco niveles diferentes.

Las leyendas del santuario de San Miguel in excelsis
Uno de los mayores atractivos del santuario de San Miguel de Aralar, además de su rico patrimonio histórico y artístico, son las tradiciones y leyendas que hay a su alrededor. Una de las tradiciones, apoyada sobre algunos datos históricos, cuenta que el lugar que ocupa el santuario en la loma de Putregain, ha sido un lugar sagrado para las diversas culturas desde hace miles de años. No en vano, la sierra de Aralar alberga un gran conjunto de monumentos magalíticos que datan de hace 5.000 años. Se ha llegado a pensar que, incluso, el lugar que ocupa el santuario, albergara un dolmen principal.
Durante la romanización asumió el carácter sagrado de la cumbre llamándola “mons excelsis”, y construyó en este montículo el “ara coeli”, un templo levantado en honor de los dioses romanos que protegía a quienes recorrían la calzada romana del valle de Araquil y que unía Burdeos con Astorga.
Pero si hay una leyenda concreta en torno al santuario de San Miguel de Aralar es la de Teodosio de Goñi, un noble navarro de finales del siglo VII que mató a sus padres, confundiéndolos con su esposa y un supuesto amante. Con gran arrepentimiento, viajó a Roma en busca del perdón del Papa y, como penitencia, se le ordenó vagar por la sierra de Aralar con cadenas atadas a su cintura.Teodosio cumplió su condena durante siete años hasta que un día, se encontró con un dragón llamado Herensuge. En ese momento, Teodosio invocó la ayuda de San Miguel Arcángel, que se apareció, derrotando al dragón al mismo tiempo que las cadenas de Teodosio se rompían, simbolizando su perdón divino. Agradecido, Teodosio de Goñi fundo el santuario de San Miguel de Aralar en el lugar de la aparición, llamándolo San Miguel in excelsis.