Estrella, la ciudad navarra surgida por y para el Camino de Santiago

En la zona media occidental de la Comunidad Foral de Navarra, casi a la misma distancia de Pamplona y de Logroño, encontramos la localidad de Estella. Construida en torno al río Ega y a las faldas del Montejurra, da nombre a la comarca de Tierra Estella. Conocida también como Lizarra, como “la Toledo del Norte”, “la capital del románico de Navarra” o “Estella la bella”. Y no es para menos. Su gran patrimonio monumental y su historia son aspectos que demuestran su inmenso valor cultural.

Forma parte del Camino de Santiago francés y llegó a ser capital de España durante las guerras carlistas. También fue cercada por los meandros del río Ega, del que se decía que sus aguas curaban enfermos y fertilizaban los campos. Estella invita a perderse entre sus calles, pues estamos ante una de las ciudades medievales más bonitas del norte de España.

Historia y curiosidades de Estella

En el siglo XI, Sancho Ramírez se convirtió en rey de aragoneses y pamploneses. Creó el pueblo de Estella con el objetivo de convertir la localidad en un punto estratégico del Camino de Santiago francés, aunque para ello tuviera que modificar la ruta de la época para lograrlo. Así pues, hoy en día es el final de la quinta etapa de esta ruta, que parte desde Puente la Reina, a 22,6 kilómetros.

Aymeric Picaud, monje al que se le atribuye la guía del Codex Calixtinus, el famoso códice del Camino de Santiago, describe Estella en el siglo XI de esta manera: “Es ciudad de buen pan, excelente vino, mucha carne y pescado y abastecida de toda clase de bienes”. Durante el siguiente siglo la ciudad fue un hervidero de gente debido a la llegada de peregrinos, y se construyeron algunas maravillas del románico como San Pedro de la Rúa o la iglesia del Santo Sepulcro.

Además de la belleza de sus edificios medievales, hay que destacar la judería que envuelve toda la ciudad. Por ello, Estella también forma parte de la Red de Juderías de España-Caminos de Sefarad. Y es que desde el siglo XI se recoge documentalmente la presencia de población judía, aunque fue en el siglo XIII cuando se produjo el mayor desarrollo de la judería de Estella.

Qué ver en Estella

Imposible resumir la gran cantidad de edificios que merecen nuestra atención en Estella. Toda Estella debe ser recorrida sin prisas para poder disfrutar de la riqueza cultural que, de generación en generación, ha estado presente en los peregrinos del Camino de Santiago, donde esta villa destaca como lugar de parada obligatoria. Si entramos por la puerta de San Nicolás, única parte que queda en pie de la muralla, veremos el Palacio de los Reyes de Navarra, del siglo XII. Presenta una bella fachada articulada en tres cuerpos, dos torreones y en las columnas de los extremos, dos capiteles historiados. Desde 1975 el palacio es la sede del Museo del pintor Gustavo de Maeztu.

Todas las iglesias y basílicas que tiene Estella son de un gran valor artístico, pero quizá las más significativas sean la iglesia de San Pedro de la Rua, la iglesia del Santo Sepulcro y la iglesia de San Miguel. La iglesia de San Pedro domina toda la ciudad, su pórtico del siglo XIII de arcos lobulados de influencia árabe ricamente ornamentado y su vistosa torre, alberga en su interior un claustro del siglo XII considerado uno de los conjuntos de mayor riqueza del románico navarro. La iglesia del Santo Sepulcro es una de las más antiguas de la ciudad, atribuida su construcción al gremio de curtidores, y cuyas obras dieron comienzo en el siglo XII, aunque se suspendieron en el XIV. Tiene, pues, una mezcla de distintos estilos arquitectónicos, y a pesar de que no puede visitarse, la belleza de su portada es digna de admiración. En la iglesia de San Miguel destaca su portada norte, una de las más ricas del románico español. En su tímpano aparece el Cristo en Majestad rodeado de los cuatro evangelistas, la Virgen y San Juan, un gran despliegue de iconografía para mostrar la Biblia en piedra. Su aspecto exterior, grandioso, nos da idea de que se concibió como una iglesia fortaleza.

Seguir callejeando por Estella nos descubre bellos palacetes y casonas como el palacio de los Eguía del siglo XVI y sede de la biblioteca actual, la mansión de los Ruiz de Alda del siglo XVII, la Casa de Cultura Fray Diego del siglo XVI o el palacio del Gobernador, del siglo XVII y actual Museo del Carlismo. Toda la calle Mayor, repleta de edificios blasonados y un palacio barroco del siglo XVIII, sigue dando cuenta de la belleza de este pueblo medieval que bien merece una escapada.