El estrecho de la Arboleja, una maravilla natural en Murcia
Si eres de los que solo desconectan de la rutina en un entorno natural, tienes que visitar el estrecho de la Arboleja, en Murcia. Una formación de más de 9000 años que habla con voz propia.
El estrecho de la Arboleja es uno de los espacios naturales más bonitos y desconocidos de Murcia. Perteneciente a la localidad de Aledo, próxima a Totana y a unos 60 kilómetros de Murcia capital y es un lugar perfecto para desconectar, relajarse y disfrutar de la naturaleza en su estado más puro.
Una vez allí, hay que visitar el estrecho de la Agualeja o Arboleja, comer y descansar en el área recreativa y recorrer el pueblo de Aledo, cuyos orígenes se remontan a la época musulmana, con la construcción de una villa fortificada. ¿Quieres disfrutar de este estrecho formado hace 9000 años? ¡Sigue leyendo!
El estrecho de la Arboleja
El estrecho de la Arboleja es un impresionante cañón en la zona sur de Sierra Espuña. Forma parte de la rambla de Lébor y se trata de un lugar de gran interés paisajístico, ecológico y cultural declarado Lugar de Interés Geológico (LIG). Es un desfiladero parecido a un túnel en el que se aprovecha la presencia del agua, los musgos y otros organismos que tapizan sus paredes. Su interior es un templo natural en la roca, que proporciona una sensación de frescor que se agradece recorrer en días calurosos.
Este territorio es una especie de libro abierto de más de 9 millones de años en el que identificar en las paredes de la rambla restos de antiguas playas y los procesos erosivos actuales. Además, el paso del agua ha dejado huellas sorprendentes como galerías, balsas, diques, acueductos y acequias, entre otros elementos. Como curiosidad, cabe destacar que no es difícil encontrar restos fósiles de los arrecifes de coral que allí existieron hace miles y miles de años.
Para descubrirlo, lo mejor es hacer una ruta que comienza en el aparcamiento del área de descanso del estrecho, de unos 2 kilómetros y de una hora de duración que puede recorrerse de forma fácil. Se recomienda, eso sí, llevar ropa cómoda, calzado adecuado, bastones, agua, gorra y, por supuesto, una cámara de fotos para inmortalizar el momento y lugar.
Ruta por el estrecho de la Arboleja
Una vez aparcado el coche en el área recreativa del estrecho de la Arboleja, hay que volver sobre nuestros pasos, cruzar un puente de madera y comenzar el sendero, muy bien señalizado y acondicionado con un pasamano de cuerda que llega hasta la entrada del estrecho. Habrá que caminar hasta el siguiente puente de madera que cruza la rambla de Lébor y justo, a partir de allí, se empiezan a ver las grietas del estrecho que está por recorrer.
Siguiendo este camino se logra realizar un sendero circular que devuelve de nuevo al visitante al aparcamiento, sin embargo, hay otra opción en la que se puede seguir bajando hasta un lugar que bien parece una plaza, con una balsa con pedruscos y enormes algarrobos. Es precisamente a la derecha de este lugar por donde se entra al estrecho y desde donde se puede contemplar cómo las paredes se van estrechando y, cada vez, entra menos luz. Se aprecia también el agua caer por la roca y, mirando hacia arriba, vemos una buena cantidad de estalactitas en formación constante.
A lo largo de esta ruta, hay ocasiones en las que se puede tocar ambos lados de las paredes con los brazos abiertos, pero, transcurridos unos 500 metros, hay unos escalones de piedra que indican el final del estrecho, la vuelta al aparcamiento y, por tanto, el fin del sendero. Una buena opción para acabar de pasar el día con amigos o en familia es quedarse en el área recreativa disfrutando de la naturaleza, comiendo y descansando.
