Te contamos el origen del encanto rosa de las Salinas de San Pedro del Pinatar, en Murcia
San Pedro del Pinatar es mucho más que sus salinas rosadas; es un viaje a través de siglos de historia, donde el legado natural y cultural se encuentran para ofrecer un espectáculo visual único en España.
Las Salinas de San Pedro del Pinatar, ubicadas en la zona norte del Mar Menor, en Murcia, son un paraíso natural en el que la sal y la biodiversidad se combinan para ofrecer un espectáculo de tonos rosados en cada temporada. Con más de 800 hectáreas, este parque regional murciano es un tesoro para la vida silvestre y un atractivo turístico destacado por sus paisajes únicos y su ecosistema protegido.
Este humedal, conocido por sus flamencos y su colorido particular, es uno de los pocos lugares en Europa donde el paisaje natural se tiñe de rosa gracias a la actividad de varias especies y a los procesos tradicionales de extracción de sal que siguen vigentes.
El legado salinero de San Pedro del Pinatar
Las Salinas de San Pedro del Pinatar han sido fundamentales en la producción de sal desde antaño, cuando ya los romanos aprovechaban sus recursos para conservar y dar sabor a los alimentos. Situadas entre el Mar Mediterráneo y el Mar Menor, sus condiciones permitieron a las antiguas civilizaciones extraer grandes cantidades de sal. Hoy en día, la mecanización ha modernizado el proceso, mejorando tanto la producción como las condiciones laborales.
Cada año, San Pedro del Pinatar produce cerca de 90.000 toneladas de sal. A través de un proceso natural de evaporación, el agua marina depositada en las lagunas salineras se convierte en cristales de cloruro sódico que se recogen durante las estaciones cálidas. Dependiendo del clima de cada año, este ciclo puede ajustarse, lo que convierte la salinera en un sistema vivo que reacciona a las variaciones estacionales de Murcia.
Las lagunas del parque se interconectan mediante canales que regulan el flujo de agua y los niveles de salinidad necesarios para la cristalización. En cada temporada, el agua se mueve a través de canales y molinos históricos como el de Quintín y el de la Calcetera, hasta que la concentración de sal permite su extracción. Los cristales de sal, una vez formados, se secan y almacenan en montañas, conocidas como acopios, que caracterizan el paisaje de las salinas.
¿Por qué el color rosa de las lagunas?
El distintivo tono rosado que adquieren las salinas se debe a la presencia de una bacteria halófila y de un pequeño crustáceo, la artemia salina. Este último se alimenta de algas Dunaliella, que contienen betacarotenos, los mismos pigmentos responsables del color de las zanahorias. Cuando los flamencos consumen estas artemias, adquieren su característico tono rosado, creando un espectáculo visual impresionante.
El Parque Regional Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar es el hogar de diversas aves migratorias que encuentran refugio aquí. Además de flamencos, es común ver especies como la avoceta y el cigüeñuela en primavera, así como el cormorán y el zampullín en invierno, lo que convierte a este espacio en un santuario de biodiversidad.
El parque ofrece una variedad de rutas que pueden recorrerse a pie, en bicicleta o en vehículos sostenibles. A lo largo del paseo se encuentran las encañizadas, artes de pesca tradicionales de influencia árabe. El Centro de Interpretación de las Salinas del Pinatar, en una emblemática casita azul, ofrece información sobre la fauna y flora del entorno, permitiendo a los visitantes conocer en profundidad la historia y la ecología de este fascinante paisaje.
