Alhama de Murcia, un patrimonio y entorno natural únicos
Esta localidad murciana esconde en su casco antiguo rincones con mucho encanto, así como unos parajes increíbles que solo descubrirás si la eliges como tu próximo destino.
Alhama de Murcia se encuentra a poco más de 30 kilómetros de la capital de la región a la que da nombre, enclavada en el Valle de Guadalentín y al abrigo de las Sierras Espuña y de la Muela. Es muy posible que su nombre provenga de la época islámica ‘Al-hamma’, que significa ‘baño termal’, pues tanto árabes como romanos relacionaban esta zona con sus aguas termales, que emanaban de la sierra.
Entre los lugares más destacados de Alhama de Murcia destacan sus torres defensivas, restos de murallas, palacetes renacentistas y casas nobiliarias. Pero si por algo es conocida especialmente es por el museo arqueológico que alberga las ruinas de los baños romanos, del siglo I. No hay que olvidar tampoco que, al pasear por sus calles, sorprenderá por el colorido de las fachadas de las casas más antiguas, con predominancia de rojos, violetas, azules y ocres.
Patrimonio de Alhama de Murcia
Los Baños Romanos, del siglo I d.C., es uno de los lugares más importantes de Alhama. Con el fin de conservar y proteger estos restos arqueológicos, se realizó el museo de sitio conocido como el Museo Arqueológico Los Baños. Se trata de un claro ejemplo de conservación del patrimonio, en el que se puede observar el posterior uso de estos baños por las siguientes culturas que los reutilizaron en el periodo islámico, el cristiano y la construcción de un balneario en el siglo XIX.
La iglesia de San Lázaro Obispo es otro reconocido lugar de Alhama de Murcia. Se encuentra sobre una antigua iglesia cristiana del siglo XIV, que ya posiblemente se edificó sobre una mezquita. En el siglo XVI, el marqués de los Vélez donó dinero para su ampliación y fue reedificado en el siglo XVIII bajo el estilo barroco. El interior es de una sola nave cubierta con bóveda de cañón, presentando lunetos y decoración de rocallas. La cúpula, sobre el crucero, está decorada con pinturas de los cuatro evangelistas, obra de Silvestre Martínez Teruel, en el siglo XVIII. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 2005.
Otra construcción de referencia es el castillo de Alhama de Murcia, que formó parte de la defensa de la frontera con el reino de Granada y el de Aragón. Está dividido en dos ámbitos: el político y el militar por un lado, y el destinado a refugio y residencia de sus habitantes por otro. Hasta mediados del siglo XIII fue ocupado por los musulmanes y, a finales del siglo XIV, el castillo y Alhama al completo cambiaron de señorío. Después de la conquista de Granada, el castillo dejó de ser punto estratégico de defensa en la frontera y fue abandonado poco a poco hasta su total abandono. Desde el año 1985 ostenta el título de Bien de Interés Cultural.
Espacios naturales en Alhama de Murcia
Uno de los espacios naturales más populares de este lugar son los Barrancos de Gebas, que sorprende al visitante con sus formas y sus contrastes. Un paisaje de características propias del desierto muy próximo al corazón verde de Murcia, Sierra Espuña. Pese a lo que pueda parecer, los Barrancos de Gebas albergan interesantes comunidades de flora y fauna, que han sabido adaptarse a vivir en unas condiciones extremas con poca lluvia y mucha insolación.
Un Espacio Natural Protegido de la Región de Murcia, que pertenece a Alhama de Murcia, es el parque regional El Valle y Carrascoy. Cuenta con un bosque mediterráneo que fue repoblado hace unos 60 años y otro que se ha conservado de forma natural en Carrascoy, con una gran variedad vegetal y animales protegidos. Sus sierras hacen de frontera natural entre el valle de Guadalentín y el Campo de Cartagena, lo que ha favorecido durante siglos la ocupación humana y cultural, por lo que conserva algunas construcciones y yacimientos arqueológicos.
Por último, cabe destacar los Saladares del Guadalentín, un Paisaje Protegido en el fondo del Valle del Guadalentín, que se encuentra camuflado dentro del amplio mosaico de cultivos y construcciones hechas por la mano del hombre. Estos Saladares son una llanura salina alrededor de diferentes cursos fluviales. Se trata, además, de un lugar perfecto en el que contemplar el vuelo de aves, pues es una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).