Mahón, un destino idílico en Menorca
No hay que cruzar medio mundo para encontrar un destino idílico y paradisiaco. Nos vamos a Menorca a descubrir la preciosa ciudad de Mahón, una capital con el encanto de un pueblo de pescadores.
La isla de Menorca es uno de los destinos más apreciados porque conserva intacta su esencia natural y tradicional. Alejada del turismo masificado, Mahón es una capital con el encanto de un pueblo de pescadores.
Patrimonio cultural, historia, naturaleza en estado puro y unas playas paradisiacas son algunos de los atractivos que te encuentras en la capital de Menorca. Pon en marcha tus cinco sentidos para disfrutar de Mahón.
Qué ver en Mahón
Que Mahón es un destino idílico lo comprobarás paseando por las calles de su casco histórico. El Ayuntamiento, de estilo barroco es uno de los edificios más emblemáticos, pero también la Casa Mir, claro exponente del modernismo. Todas las épocas y estilos están representados en esta capital que te ofrece el Museo de Mahón para poder disfrutarla mejor.
La iglesia de Santa María, de estilo neogótico alberga en su interior un increíble órgano que te fascinará y la iglesia de la Concepción, construida sobre las antiguas murallas, también es un punto de gran interés.
No te pierdas el Ateneo Científico, Literario y Artístico, en la Plaza de l'Esplanada porque además de ser el corazón cultural de la ciudad, tiene colecciones y exposiciones muy interesantes.
El puerto de Mahón
Si por algo destaca Mahón es por su puerto que, con más de 5 kilómetros, es uno de los puertos naturales más grandes del mundo. Y más espectaculares. Por él han entrado a la isla de Menorca pueblos diferentes en todas las épocas históricas y hoy siguen recalando en Mahón visitantes ávidos de empaparse de la esencia mediterránea.
En un paseo por el puerto podrás descubrir lugares emblemáticos como la Cala Figuera donde antiguamente estaba la fábrica de tejidos que creó el famoso Azul de Mahón. Si sigues caminando por el Moll de Levante encontrarás una variada oferta en deportes náuticos y puedes sentarte un momento junto a la Sirenita de Mô, obra de Leonardo Lucarini.
El Moll de Ponent era la antigua zona industrial y hoy está repleta de bares, restaurantes y comercios. Allí encuentras la destilería de gin menorquín, que puede ser un buen lugar para hacer un alto en el camino. Pero sigue descubriendo esta zona portuaria por la Estación Naval y esos los islotes, Illa del Rei e Illa del Llazeret.
Sigue hasta el final, o hasta el principio del puerto porque te allí te espera la fascinante Fortaleza de la Mola, en la península homónima. Esta fortaleza que también se llama de Isabel II se construyó en el siglo XIX para defender a la población de los frecuentes ataques piratas.
Qué comer en Mahón
Hablar de cocina mediterránea es hablar de la gastronomía de Mahón. Pero dejemos de hablar porque lo que importa es probar delicias como la caldereta de marisco o las berenjenas rellenas.
No te olvides de que fue en esta isla donde los franceses elaboraron la salsa más imprescindibles, la mahonesa. Y permítete una buen copa con la ginebra local Gin Xoriquer.