Caimari, en el corazón de Mallorca
En el interior de la isla de Mallorca se encuentra Caimari, un precioso pueblo rodeado por montañas y olivares donde el tiempo pasa lento y todavía permanecen intactas muchas de las encantadoras tradiciones de las Islas Baleares.
A los pies de la bella Sierra de Tramuntana, en el interior de la isla de Mallorca, se halla la localidad de Caimari. Se trata de un pequeño y bonito pueblo balear donde predominan las casas de piedra y que, gracias a sus numerosos olivos, cuenta con una excelente producción de aceite.
Se encuentra a ocho kilómetros de la localidad de Inca, y pertenece al término municipal de Selva, en el que también están incluidos otros bellos pueblos, como Moscari, Biniamar o Binibona. Te invitamos a conocer esta localidad mallorquina de larga tradición olivarera que lleva habitada desde la época talayótica, como demuestran los restos prehistóricos hallados entre las montañas y las cuevas de Caimari.
Qué ver y hacer en Caimari
Paseando por las calles y los alrededores de Caimari descubriremos lugares como la Iglesia Vella, la Iglesia de la Inmaculada Concepció, las Casas de Nieve de Ses Figueroles, el Parque Etnológico, la Comuna de Caimari, el Pozo Major, el Camino Viejo de Lluc, Son Alberti, que fue la primera casa que hubo en la localidad, o el paraje de Ses Rotes, considerado Bien de Interés Cultural por el Consell de Mallorca.
El calendario de eventos local incluye la celebración de un mercado semanal, que tiene lugar cada lunes en la Plaza Mayor del pueblo; las Fiestas de la Inmaculada, que se celebran el 15 de agosto, o la Feria de la Oliva, que tiene lugar los días 21 y 22 de noviembre.
En los alrededores de Caimari hay otros muchos planes que disfrutar, como visitar el Museo del Calzado de Selva, acercarse a la localidad de Inca, conocer el Monasterio de Lluc y la Ermita de Sant Miquel o darse una vuelta por los mercados de Lloseta, Campanet o Inca.
Caimari y los olivos
Los olivos en Mallorca no sólo crecen en las llanuras, también se pueden ver en las zona de montaña. Buen ejemplo de ello es Caimari, que cuenta con una de las mayores extensiones de olivares de la isla balear. No es de extrañar que la agricultura haya sido la base de la economía local durante muchos siglos, junto con la extracción maderera y la producción de carbón vegetal.
El principal cultivo de la zona es el del olivo, que proliferó en esta parte de la isla gracias a los sistemas de riego que instalaron los árabes. Los olivares han conformado el peculiar paisaje de llanura de la localidad, contrastando con las montañas que la rodean.
En Caimari se lleva produciendo aceite desde el siglo XVI, creando una tradición olivarera que se ha mantenido hasta nuestros días. Se puede encontrar el aceite de esta villa en casi todas las tiendas de Mallorca, pero merece la pena acercarse hasta esta población para perderse por sus calles, disfrutar de su entorno natural y, por supuesto, comprar aceite.