El barrio marinero de El Palo, un lugar único en Málaga
Una tentación más para sumar a la lista de lugares que visitar si estás en Málaga. Así es El Palo, de aires marineros y escenario de históricas batallas.
Nadie puede dudar a día de hoy que Málaga es una de las ciudades más cosmopolitas y con mayor historia de toda Europa, ya que fue fundada por los fenicios en el siglo VIII a.C. El barrio de El Palo es conocido principalmente por su playa, se aferra a sus tradiciones e historia, y mantiene su peculiar esencia marinera.
Situado a unos ocho kilómetros del casco urbano de Málaga, en el Distrito Este, El Palo es un destino de parada obligatoria al viajar por estas tierras. Fundamentalmente marinero y sencillo, todavía conserva, a lo largo de su paseo marítimo, las antiguas casas de pescadores de color verde y amarillo, y numerosos chiringuitos donde saborear sardinas y demás pescados espetados, es decir, ensartados en finas y largas cañas, asados con leña en la arena de la playa, uno de los platos típicos de Málaga y de la costa de Granada.
¿Por qué ‘El Palo? Origen de su nombre
Existen diferentes teorías sobre la denominación de El Palo para este barrio malagueño. Muchas de ellas tienen relación directa con el mar o el agua. El historiador Víctor Heredia, sin embargo, señala que en el camino hacia Vélez-Málaga existió un “ventorrillo de El Palo” que pudo ser el origen de población que dio lugar a esta barriada. Por otro lado, otros estudios relacionan su nombre con una gran cantidad de lagunas que existían en este lugar antes de que las autoridades desecaran el terreno para evitar enfermedades, y es que etimológicamente “palo” proviene del latín “palus paludis” que significa pantano o laguna.
Otra tesis relaciona su nombre con una riada que asoló la zona y arrastró hasta la playa un enorme palo que permaneció en el lugar durante tanto tiempo que los vecinos terminaron por adoptar su nombre. Conjeturas más recientes señalan que en 1908 un palo alto situado en la parada del tranvía del barrio terminó por señalar la parada como “la del palo”. También se habla de un barco hundido que dejó a la vista su mástil cerca de la playa, o que hubo un tiempo que la costa disponía de palos clavados en el agua para que las señoras pudieran asirse a ellos para bañarse sin peligro.
Testimonios más antiguos, concretamente del siglo XV, hacen referencia al marqués de Palo, Alonso Ximénez, que recibió estas tierras tras la reconquista de la ciudad. En cualquier caso, es indudable la entidad propia de este barrio, que, en algún momento, incluso planteó su secesión de la capital y cuyos habitantes todavía mantienen la costumbre de decir que “bajan a Málaga” cuando van al centro de la ciudad.
Historia y tradición marinera
En los alrededores del barrio de El Palo se han encontrado restos de poblados iberos y de colonias fenicias. En el siglo I d.C. la zona fue ocupada por romanos que desarrollaron la industria de la salazón de anchoa y boquerón, así como el cultivo de la vid y el olivo. A partir del siglo VIII, la zona fue dominada por los árabes, y son numerosos los restos arqueológicos encontrados. En el Arroyo Jaboneros, el 21 de marzo de 1483, se produjo una batalla, consecuencia del avance de los Reyes Católicos en su conquista hacia la toma de Málaga. Las pérdidas humanas entre cristianos y musulmanes fueron tantas que el lugar en el que se produjo es conocido como ‘Cuesta de la Matanza’.
La evolución de la población se desarrolló de manera desigual después del correspondiente reparto de tierras tras la conquista cristiana. En el siglo XVIII, bajo el reinado de Carlos III, se ordenó la creación del camino de Vélez, con el que se mejoraron las comunicaciones y la seguridad frente a las incursiones de los berberiscos. La actividad económica del barrio estaba, en aquella época, fundamentalmente relacionada con la pesca, aunque también el cultivo de olivos, vides y almendros. Con el paso de los años, debido a la expansión de la capital, El Palo dejó de ser pedanía y pasó a formar parte del casco urbano de Málaga.
Como muestra de su larga andadura a lo largo de la historia, se pueden observar varadas en su playa y junto a los barcos pesqueros actuales, las jábegas. Se trata de unas embarcaciones de remo, tradicionales de Málaga, que ya eran utilizadas hace unos 3000 años por los fenicios. Se reconocen porque sus quillas están decoradas por dos ojos y poseen un remo a modo de timón. En la actualidad se utilizan como barcas de recreo o competición. Así, el 16 de julio, fiesta de la Virgen del Carmen y patrona de los marineros, la imagen de la Estrella de los Mares, después de parear por las calles del barrio, pasea a bordo de una jábega.
No cabe duda de que el barrio de El Palo posee su particular idiosincrasia. Un barrio que se aferra a su historia y a su esencia, donde sus habitantes se reconocen, donde es fácil ver a las familias durante el buen tiempo almorzar en las calle o compartir cenas frente al paseo marítimo en los chiringuitos, atracciones y mercadillos. El viajero no puede dejar pasar la oportunidad de conocer este barrio y su playa, un lugar que sigue manteniendo el orgullo colectivo de saber que forma parte de un lugar único.