La Taberna La Elisa, un clásico del Madrid más castizo

Situada en la calle de Santa de María, en el barrio de Las Letras, la Taberna La Elisa lleva más de un siglo formando parte del aperitivo de los madrileños. Su llamativa fachada roja, que desde fuera nos recuerda a un pub irlandés, nos sorprende en el interior con toda una manifestación de casticismo.

Las sillas, los bancos y taburetes son de madera, al igual que la barra y los suelos; las mesas son de mármol y las paredes tienen azulejos y están cubiertas de estanterías donde lucen los vasos, las copas, las botellas… Aquí todo rezuma puro casticismo del Madrid más auténtico.

Durante la primera década del 2000 se hicieron con ella el Grupo TriCiclo, propietarios en la misma calle de los restaurantes Triciclo y Tándem. Su intención no era cambiar el espíritu de la Taberna La Elisa, sino renovarlo para darle un aire nuevo al arte de la tapa y el pincho, pero sin apenas tocar el local, que sigue siendo prácticamente el de toda la vida.

Cambios necesarios en La Elisa

No todo podía permanecer inamovible en la Taberna La Elisa. Los nuevos dueños incorporaron lo necesario para mejorar el servicio y la calidad del local. Mejoras como otra cámara frigorífica, una cocina más para dar apoyo al catering de TriCiclo o unos aseos totalmente renovados fueron decisiones necesarias.

Y mientras todo esto pasa en la planta de arriba, en la de abajo se ha montado un comedor con mesas con capacidad para 30 comensales, y en el que se han mantenido el ambiente de taberna de las de toda la vida.

El horario actual de la Taberna La Elisa es los lunes de 13:00 a 16:00 horas, y por la noche cierran, y de martes a domingo de 13:00 a 23:00 horas. Para comer, es más que recomendable reservar, y se puede hacer en el teléfono 914 216 409.

La oferta gastronómica de la Taberna La Elisa

Ante todo, esta taberna es el lugar perfecto para ir de cañas, tapas y pinchos. Y sus nuevos dueños han sabido darles un toque especial a las exquisiteces tradicionales de la hora del aperitivo en Madrid sin que pierdan ni un ápice de casticismo, aunque por supuesto no faltan los deliciosos pinchos de autor. Y todo está elaborado con productos de altísima calidad.

Para picar cuentan con gildas, chicharrones, matrimonio de boquerones y anchoas de Santoña, bacalao crujiente, berenjenas de Almagro, ostras, terrina de foie casera, croquetas de jamón ibérico, mejillones tigre, patas de calamar fritas con alioli, caracoles o un champiñón relleno hecho con mucho arte, y que lleva foie, un huevo de codorniz y un poco de jamón ibérico por encima. Las cañas están muy bien tiradas, y ofrecen una gran oferta de vinos de Madrid.

También se puede comer con más peso, porque su carta incluye platos como las manitas de cordero con hueso, los callos a la madrileña, las mollejas de cordero, los judiones de la granja con rabo estofado, el asadillo manchego, ensaladilla rusa con escabeche casero de bonito o pisto manchego. Y para postre, recetas tan clásicas como el arroz con leche o las tejas con helado de vainilla y chocolate caliente.