El Bosque Finlandés de Rascafría
No hay que ir hasta Finlandia para disfrutar de un bosque de árboles escandinavos, basta con acercarse a la localidad madrileña de Rascafría.
El precioso pueblo de Rascafría, en el lado madrileño de la Sierra de Guadarrama, acoge una sinfín de bellos y frondosos parajes naturales. Uno de esos paraísos verdes es el Bosque de Finlandia, al que se llega tras un agradable y tranquilo paseo.
Este bosque se creó en los años 80 del siglo pasado con árboles que no son autóctonos, ya que proceden de Finlandia. El motivo fue la celebración del hermanamiento de la localidad de Rascafría con la ciudad Helsinki, la capital finlandesa.
Cómo llegar al Bosque Finlandés
Aunque no hay ninguna señalización específica, llegar al Bosque Finlandés de Rascafría no tiene ninguna complicación. Lo primero es situarse en el Monasterio del Paular, cruzar la carretera y encaminarse al Puente del Perdón. Pasaremos por el antiguo Centro de Interpretación que, aunque ya no funciona como tal, todavía cuenta con una oficina de información donde entregan mapas con todas las excursiones y rutas que se pueden hacer en esta parte de la Sierra de Guadarrama.
Tras cruzar el puente hay un camino a la izquierda que lleva a Los Batanes. Del mismo camino, a unos cien metros, sale otro camino a la izquierda, que en realidad es la entrada al Bosque Finlandés. Lo reconocerás porque hay dos enormes piedras a ambos lados de la entrada.
En el bosque, además de diversas especies de árboles finlandeses, hay un lago con un muelle y una cabaña de madera. El lugar es realmente bonito y bucólico, y resulta perfecto para hacerse fotografías. Desde aquí se puede iniciar una ruta a otro de los maravillosos parajes de Rascafría, las Cascadas del Purgatorio.
Otras cosas que hacer en Rascafría
Durante nuestra estancia en la población serrana de Rascafría no podemos dejar de visitar el Monasterio de Nuestra Señora de Santa María de El Paular, del siglo XIV, que está considerado Monumento Histórico Artístico Nacional. Otros lugares que merece la pena recorrer son la Parroquia de San Andrés Apóstol, del siglo XV; el Puente del Perdón, el Antiguo Molino de papel de los Batanes, la Plaza de los Trastámaras o el Ayuntamiento neomúdejar de la villa.
Imprescindible es también degustar en alguno de sus restaurantes un buen asado de carne, o asistir a las Jornadas Gastronómicas de Setas, Caza y Vino si visitamos el pueblo entre los meses de octubre o noviembre.
Y si nuestra visita a Rascafría es en la época estival, nada mejor que darse un buen chapuzón en las piscinas naturales de las Presillas mientras contemplamos a nuestro alrededor un espectacular paisaje, coronado por el pico de Peñalara.