Las plazas más bonitas de Madrid
Madrid ofrece siempre su mejor cara, tiene miles de opciones para no aburrirte y una de ella es descubrir sus plazas. Te invitamos a que conozcas nuestra clasificación de las más bonitas.
Las plazas son un elemento presente en todos los pueblos y ciudades del mundo, el ‘corazón’ de cualquier núcleo de población. Allí se habla, se vende, se celebran reuniones o es un punto de quedada. A lo largo de la historia se han celebrado coronaciones y ejecuciones, procesiones y manifestaciones…
Madrid tiene en su haber numerosas plazas y cada una es especial por algo: por su historia, su emplazamiento o simplemente por su belleza. Te ofrecemos una selección de las plazas de la capital que desde Hoteles.net consideramos que sí o sí, merecen una visita.
La Plaza Mayor
La Plaza Mayor es, sin lugar a dudas, una de las que más solera tiene en la capital. Se construyó sobre la antigua Plaza del Arrabal, lugar en el que se hacía el mercado más importante de la ciudad a finales del siglo XV. El rey Felipe II encargó en el año 1580 el proyecto de su remodelación, que finalmente fue acabado en 1619 por Juan Gómez de Mora. Por su parte, Diego Sillero fue el artífice del primer edificio que se construyó tras esta reforma, la Casa de la Panadería, que es hoy en día la sede del Centro de Turismo de Madrid.
Pero si hay un elemento que destaca por encima de otros es la estatua ecuestre de Felipe II, justo en el centro de la explanada, diseñada por Giambologna y finalizada en 1616 por Pietro Tacca. Llama también la atención la parte del Arco de Cuchilleros, la entrada más popular a la plaza. Como curiosidad, en 1790 se produjo un incendio que llevó a cerrar la plaza y a abrir los nueve arcos, como nueve accesos.
La Plaza de Oriente
Es una de las plazas más monumentales de Madrid. Destaca por su grandeza, por sus vistas, por su limpieza y orden, y por estar siempre llena de vida. Su emplazamiento no tiene rival, entre el Palacio Real y el Teatro Real, y rodeada por los Jardines de Lepanto, Sabatini y los del Cabo Noval. Además, la ocupan una colección de esculturas de veinte reyes españoles: cinco visigodos y quince de los primeros reyes cristianos de la Reconquista. El diseño que conocemos actualmente tuvo su origen cuando, en 1844, el rey José I ordenó demoler las casas medievales que allí se encontraban. Años más tarde, Isabel II mandó construir el Teatro Real y, poco a poco, se ha ido remodelando hasta convertirse en el lugar por el que podemos pasear hoy en día.
Como curiosidad, el nombre se lo debe a su propia situación, al ‘oriente de Palacio’. Por otro lado, la escultura ecuestre que se sitúa en el centro de la plaza, construida en honor a Felipe IV en el siglo XVII, se considera la primera estatua ecuestre del mundo sujeta únicamente por las patas traseras del caballo.
La Plaza de la Villa de París
Junto al Tribunal Supremo y la Audiencia Nacional está uno de las plazas más bonitas de Madrid, la Plaza de la Villa de París. Con ese nombre, puedes imaginarte el estilo: muy parisino, elegante, arbolado… Fue bautizada con motivo de la visita del presidente francés Émile Loubert a nuestro país en 1905.
En su origen, fue un huerto que abastecía al convento de las Salesas y actualmente se está tratando de convertir en un espacio protegido por la Comunidad de Madrid por formar parte del entorno de la Iglesia de Santa Bárbara, declarada Monumento Histórico-Nacional.