Patones de Arriba: dos formas de visitarlo

Patones de Arriba es sin duda uno de los pueblos más bonitos de la Sierra Norte de Madrid y también uno de los más visitados los fines de semana. Sus cuestas empedradas, su amplia oferta natural y sus casas con arquitectura de pizarra negra convierten a esta localidad en un destino muy agradable para pasear porque parece anclada en el tiempo y se respira paz. Uno de sus muchos encantos son sus increíbles vistas de la Sierra, ya que se encuentra a más de 800 metros sobre el nivel de mar.

Patones se encuentra sólo a unos sesenta kilómetros de la capital, y a poco más de media hora de Buitrago de Lozoya, y hay dos Patones: Patones de Arriba y Patones de Abajo. Patones de Arriba data de 1500 y Patones de Abajo es mucho más reciente y data de los años 60.

En la la Oficina de Turismo, dotada de una exposición permanente y maquetas de la zona en la antigua Iglesia de San José, organizan rutas guiadas los sábados, domingos y festivos a las 12.00 horas por 2,5 euros.

Visita Virtual

Una de las grandes novedades de este año es la posibilidad de visitar Patones desde el sofá de casa. Puede que no tenga el mismo encanto que salir a que nos de el sol y respirar aire fresco, pero en tiempos de pandemia cualquier excusa es buena para intentar viajar, aunque solo sea de manera virtual. Una forma nueva de conocer las curiosidades de este bonito pueblo sin correr riesgos.

Patones de Arriba estrena una ruta digitalizada para recorrer los rincones más bellos y emblemáticos de esta villa.

'Vamos a dar una vuelta por nuestro reino...'. Así comienza este viaje tan diferente que puedes vivir desde la comodidad de tu casa y que recorre las callejuelas de este pueblo que ha sido declarado Bien de Interés Cultural. Basta con seguir los pasos que indican las imágenes capturadas en 360º y elegir tu propia aventura.

Recorrido singular y vistas panorámicas

El punto de salida se encuentra en la plaza de entrada al pueblo, justo en la puerta del Centro de Iniciativas Turísticas y, desde ahí, moviendo el ratón por la pantalla del ordenador, se puede visitar desde el histórico lavadero y el cementerio donde todavía descansan algunos de los los antepasados del pueblo, hasta las eras o la plaza de arriba.

Por el camino encontraréis rincones singulares, como la presa colmatada, el salto de agua que se forma junto a la antigua presilla de un molino harinero, el puente del arroyo, la calle Real (aunque no podáis degustar los impresionantes torreznos de la Taberna Real desde la distancia) y otros paisajes espectaculares que rodean la villa, como el Cancho de la Cabeza o el Cabezo, desde donde se tienen unas increíbles vistas panorámicas del pueblo.

De todas formas, siempre que se pueda, es mejor visitar en persona este precioso rincón de Madrid que te hace regresar al pasado y disfrutar de la singularidad de su arquitectura, su entramado urbanístico y los restos de otras civilizaciones que todavía se conservan en sus alrededores.