Los lugares imprescindibles de Aranjuez para visitar en un día
Al pensar en Aranjuez, parece un destino idílico al que acudir sin pestañear. Sin embargo, ¿cuál es el listado de lugares a los que acudir exactamente? ¡Te los contamos!
Si solo dispones de un día para visitar Aranjuez, estás de suerte porque es posible organizar una excursión desde Madrid y recorrerla en unas horas. Se encuentra a tan solo 50 kilómetros de la capital de España, entre los ríos Tajo y Jarama, y, aunque con el tiempo ha ido perdiendo importancia como Real Sitio y lo ha ganado como destino turístico, no hay que olvidar que fue escenario de acontecimientos históricos tan importantes como la abdicación de la Corona de España de Carlos IV.
El importante patrimonio histórico artístico de Aranjuez, su naturaleza y su deliciosa gastronomía, hacen de este lugar un imprescindible para visitar al menos una vez en la vida. Un día de visita ya es suficiente para conocer todos sus atractivos turísticos entre los que destacan el Palacio Real o sus jardines ornamentales.
El Palacio Real, varios jardines y otros puntos de interés
Puede que sea el primer lugar que visites si llegas en tren a Aranjuez. Hablamos de su histórica estación de ferrocarril. Fue construida en la década de 1920 y sorprende por su estilo neomudéjar con una elegante fachada ricamente ornamentada y un interior artesonado que impresiona por sus altos techos y grandes lámparas de hierro forjado.
Apenas a 10 minutos de la estación está el Palacio Real de Aranjuez, situado a orillas del río Tajo. Se inició su construcción en el siglo XVI, con Felipe II, fue continuada por Fernando VI y concluida por Carlos III en el siglo XVIII. Se trata de una de las residencia oficiales de la familia real española, utilizada especialmente en primavera. Se pueden realizar visitas guiadas o libres, previa reserva en su página oficial. Unida a este palacio por un brazo porticado, se encuentra la casa de Oficios y Caballeros. Finalizó su construcción bajo el reinado de Carlos III y se utilizaba para albergar al personal de mantenimiento y administración, además del séquito de la corte cuando los Reyes visitaban la ciudad.
En cuanto a jardines, hay dos imprescindibles en Aranjuez. El primero de ellos es el Jardín del Parterre, construido por orden de Felipe V entre 1728 y 1735. Es uno de los pocos ejemplos de jardinería clásica francesa en España y gira alrededor de cuatro fuentes separadas por hileras de setos. Destaca su monumental fuente de Hércules y Anteo, la fuente a la diosa Ceres y la de las Nereidas. El otro jardín al que nos referimos es al de la Isla, al que se accede cruzando un pequeño puente desde el anterior. De hecho, el Jardín de la Isla recibe este nombre por estar sobre una isla artificial rodeada por el Tajo y un canal del mismo río. Es de estilo renacentista italoflamenco y está salpicado por numerosas esculturas y fuentes.
La Plaza de San Antonio y el Jardín del Príncipe
Dando un paseo por Aranjuez, el visitante se puede acercar hasta la Plaza de San Antonio, una gran plaza rectangular presidida por la iglesia de San Antonio de Padua. Este fue el punto de partida del proyecto de ordenación y trazado urbanístico del Real Sitio y Villa de Aranjuez, encargado por Fernando VI al arquitecto italiano Santiago Bonavía. Su elemento más fotografiado es la fuente Mariblanca, cuya estatua representa a la Venus del Jarro. La iglesia de San Antonio de Padua o Real Capilla de San Antonio es de estilo barroco e inspiración italiana. Su exterior es sorprendente ya que es de planta circular y está rodeada por una galería porticada de cinco arcos decorados con pilastras toscanas.
De vuelta a los jardines del Palacio Real de Aranjuez, se pasa por delante de la Casa del Gobernador, construida en el siglo XVIII y que, pese a no contar con muchos elementos decorativos en la fachada, es considerado otros de los edificios históricos de Aranjuez por haber sido el alojamiento del Gobernador del rey y albergar las oficinas de Contaduría, Tesorería y Escribanía.
Terminamos con el jardín del Príncipe, que data de finales del siglo XVIII y ocupa una extensión de 145 hectáreas. Se trata de un enorme jardín paisajista creado por el rey Carlos IV y que cuenta con fuentes, palacios, museos e incluso un castillo. Es un punto muy interesante el embarcadero y el Museo de las Falúas, donde ver las lujosas embarcaciones barrocas utilizadas por la familia real y la corte, con las que recorrían el río Tajo.
