Portomarín, una antigua villa de Lugo reconstruida con toda su esencia medieval
Portomarín puede presumir de tener dos núcleos de población, aunque uno de ellos está sumergido bajo el embalse de Belesar y solo se pueden ver sus restos cuando su caudal baja.
Portomarín es una población de la provincia de Lugo, situado en la Ribera Sacra, en pleno Camino Francés de Santiago. El nuevo Portomarín tiene una historia fascinante debido a su reubicación ya que, originariamente, el pueblo se encontraba en un valle, pero fue trasladado en la década de 1960 piedra a piedra a una colina cercana, debido a la construcción de un embalse en el río Miño. Este traslado dio lugar a una singularidad arquitectónica, pues muchas de sus construcciones históricas fueron reconstruidas en la nueva ubicación.
Portomarín es una parada muy importante en el Camino de Santiago, lo que le otorga un carácter especial. El camino recorre aproximadamente 13 kilómetros dentro del municipio, que es conocido por los peregrinos por su hospitalidad hacia ellos. Conoce estas y otras peculiaridades que hacen de Portomarín un destino único que combina historia, belleza natural, arquitectura preservada y una rica tradición gastronómica y cultural.
Qué ver en Portomarín
Pese a su reubicación, Portomarín ha sido conservar gran parte de su encanto medieval con sus calles empedradas y sus casas de piedra que mantienen la esencia del pueblo tradicional gallego.
Bien merece una parada por parte del visitante la iglesia de San Nicolás, anteriormente de San Juan. Se trata de una sorprendente iglesia fortaleza del románico tardío que se desmanteló y reconstruyó en la nueva localización. También hay que visitar el Pazo del Conde de la Maza, un buen ejemplo de arquitectura señorial gallego del siglo XVI, y que albera actualmente el Ayuntamiento.
Otros de sus atractivos son la Escalinata de Portomarín, una escalera monumental de granito que conecta la Plaza Mayor con la iglesia de San Juan y que ofrece una fantástica panorámica del pueblo, así como el Cruceiro de San Nicolás, un monumento religioso de gran valor histórico y cultural. Por último, el Miradoiro de San Pedro ofrece unas vistas impresionantes, tanto del río Miño como del pueblo.
¿Por qué trasladaron el pueblo de Portomarín?
En los años 50, se pensó un ambicioso proyecto hidroeléctrico que implicó la construcción del embalse de Belesar, en el río Miño. Con él, el antiguo pueblo de Portomarín quedó sumergido bajo las aguas del embalse, ante lo que se tomó la decisión de reubicar el pueblo entero y colocarlo en el “Monte do Cristo”, mucho más elevada y segura que la anterior. Así pues, el traslado se realizó en el año 1956 y el nuevo pueblo de Portomarín quedó inaugurado oficialmente en el año 1962.
Uno de los quebraderos de cabeza más importante fue el de conservar el rico patrimonio histórico y arquitectónico de Portomarín. Con este fin, varios monumentos y edificios históricos fueron desmantelados con cuidado, trasladados piedra a piedra y reconstruidos en la nueva ubicación. Entre los monumentos que se trasladaron, destacan la iglesia de San Nicolás, la Capilla de la Virgen de las Nieves, la fachada de la iglesia de San Pedro y el Pazo de Berbetoros.
El impacto de este traslado para los habitantes también fue notable. En el emplazamiento anterior había dos barrios y cerca de 750 habitantes, y hubo que construir casas nuevas para ellos. Sin duda, se trata de un ejemplo único de preservación del patrimonio histórico frente a los desafíos del desarrollo moderno, que supo mantener su importancia como punto clave en el Camino de Santiago e incluso tratando de conservar parte del encanto medieval, que le caracterizaba, en su nueva ubicación.